EL-SUR

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Guerrero, México

Opinión

La difícil salida política a la crisis en Venezuela

Gaspard Estrada

Agosto 02, 2017

La elección, el pasado domingo, de la asamblea constituyente venezolana, marcó un paso más en la grave crisis política, económica y social que vive este país desde hace varios meses. Según la Comisión Nacional Electoral, controlada por el gobierno, un poco más de 8 millones de venezolanos votaron en esta ocasión. Es decir, más que la cifra adelantada por la oposición hace quince días, cuando esta última organizó una consulta para pedir la salida del presidente Maduro del poder. Como estos dos procesos electorales no fueron objeto de una verificación independiente, es difícil saber quién del gobierno o de la oposición dice la verdad; sin embargo, lo que sí queda claro es la tremenda polarización del país, que impide la construcción de una salida política, fruto de un diálogo, a corto plazo. En ambos lados, los sectores más radicales han venido ganando terreno en las últimas semanas. Según el periódico francés Le Monde, se llevaron a cabo en las últimas semanas una serie de negociaciones secretas entre el gobierno y la oposición, para por lo menos aplazar la realización de la elección de la asamblea constituyente. El presidente Nicolás Maduro, según esta nota, habría estado dispuesto a conceder este gesto para enviar una señal de distensión hacia la oposición. Sin embargo, Diosdado Cabello, ex vicepresidente de Venezuela y posible futuro presidente de la Asamblea Constituyente, habría rechazado tal propuesta. Por su lado, nadie en la oposición está de acuerdo con un eventual diálogo con el gobierno de Maduro si no se incluye en la agenda la salida de este último del gobierno. De ahí que el impasse político actual no presagie nada bueno para los próximos días.
Además del tema de la agenda, uno de los principales problemas que hace difícil una solución pacífica al conflicto reside en la personalidad que podría encargarse de la mediación entre el gobierno y la oposición. Durante los últimos años, los ex presidentes de República Dominicana, Leonel Fernández, de Panamá, Martín Torrijos, y el ex presidente del gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, han llevado a cabo esa tarea de mediación entre las partes. No tuvieron éxito. Tampoco lo tuvo la gestión política del papa Francisco, que tuvo lugar durante el año pasado y el principio del 2017(tal vez continúe de manera confidencial). Por su lado, los gobiernos de América Latina han ido tomando posición sobre la crisis venezolana durante los últimos meses, también con orientaciones divergentes. Esto quedó de relieve durante el pasado mes de junio, cuando se llevó a cabo en Cancún la asamblea general de la Organización de los Estados Americanos (OEA). El secretario general de ese organismo, el uruguayo Luis Almagro, ha sido un fuerte crítico del régimen del presidente Maduro, y durante esta asamblea general, intentó junto con México, Estados Unidos y otros países de la región hacer votar una resolución contra el régimen del presidente Maduro. Sin embargo, los países del Caribe, aliados desde tiempo atrás del gobierno venezolano, junto a países como Bolivia, Ecuador o Nicaragua, impidieron que esto sucediera. Esta parálisis también es perceptible en el seno de la Unión de Naciones de América del Sur (Unasur), que se encuentra acéfala desde hace más de cinco meses tras la salida del ex presidente Ernesto Samper, sin que exista un consenso entre los países para reemplazarlo. Finalmente, los anuncios del gobierno de Donald Trump, de querer imponer sanciones económicas a Venezuela, han generado un rechazo mayoritario en la comunidad internacional.
Frente a la profundización de la crisis política, económica y humanitaria, así como al aumento del número de muertos, queda claro que un aumento de la polarización entre ambas partes podría tener consecuencias terribles para Venezuela. En este caso, tal vez sea la hora para que países como Cuba, que dispone de gran credibilidad e influencia en Venezuela, entren de lleno en esta mediación para evitar el aumento de la violencia en este país.

* Director Ejecutivo del Observatorio Político de América Latina y el Caribe (OPALC), con sede en París.

Twitter: @Gaspard_Estrada