EL-SUR

Martes 30 de Abril de 2024

Guerrero, México

Opinión

La economía de Guerrero

Héctor Manuel Popoca Boone

Febrero 04, 2023

 

Históricamente Guerrero, junto con Oaxaca y Chiapas, ha ocupado los últimos lugares del país en cuanto a rezago socio económico se refiere. Lejos está la mayoría de sus habitantes de ser los más felices de México. Las cifras y los indicadores estadísticos en la materia señalan la pobreza que prevalece, la inseguridad pública que los embarga, la inicua depredación de sus recursos naturales y ambientales, la débil legalidad imperante, la atroz desigualdad e injusticia social que los distingue, los bajos niveles de educación, salud, vivienda, el insuficiente crecimiento económico (inversión y empleo) predominante, así como los malos gobiernos que han padecido a lo largo de su historia como entidades federativas.

En 2021, de acuerdo con el Índice de Desarrollo Humano (IDH) de la Organización de las Naciones Unidas, que es una ponderación de los factores salud, educación e ingresos económicos per cápita, los estados con menor progreso en la formación de su activo humano eran 1.- Chiapas, que ocupaba el 32 lugar nacional. 2.- Oaxaca, ubicado en el 31 lugar y 3.- Guerrero, en el sitio 30.

Para ese mismo año, los datos del Inegi arrojaban que la aportación porcentual que realizaron al Producto Interno Bruto Nacional (generación de riqueza anual de un país) fue: Guerrero con el 1.4 por ciento; Oaxaca y Chiapas, con 1.6 respectivamente. Conclusión: los dos estados primeramente mencionados, contribuyeron más que estas tierras del sur en la configuración de la riqueza nacional. También el Inegi, señalaba que en Guerrero sus actividades primarias (agropecuaria, forestal y pesca en general) registraron una caída de -3.4 por ciento. En las dedicadas a las manufacturas, servicios, minería y otros, el desplome fue de -1.9; mientras que las actividades terciarias (comercio de bienes, servicios en general, técnico-profesionales, recreativos y gubernamentales) se incrementaron en 7.3 por ciento.

La endeble fortaleza de las economías estatales indicadas, fue reflejada en la caída del Producto Interno Bruto correspondiente dentro de la contingencia pandémica; siendo Guerrero el de mayor decremento (-9.9 por ciento), seguido de Oaxaca (-5.8) y Chiapas (-3.8). Ergo, las pérdidas económicas en Guerrero fueron mayores que en los otros dos estados. El crecimiento económico para Guerrero fue de 4 por ciento; para Oaxaca, 5.1 y para Chiapas, 5.4. De tal suerte que, la entidad con mayor dinámica económica fue Chiapas seguida de Oaxaca y abajo de las dos, Guerrero. De seguir como vamos, estas tierras sureñas están orientadas a ser el último cabús (#32) de la economía nacional.

La primera valoración que se puede tener es que a pesar de la disminución del crecimiento que tuvimos en nuestra economía, la actividad turística sigue siendo su soporte principal; además de las crecientes remesas que envían nuestros migrantes por su trabajo en el país vecino del norte. La segunda es que andamos mal en el dinamismo que debería tener nuestra economía estatal si la comparamos con los otros dos estados mencionados.

Por otro lado, y como adenda, en el tema de la microeconomía, uno de los flagelos que actualmente padecen las familias mexicanas es la inflación (incremento de precios); sobre todo en los alimentos, como da cuenta el siguiente cuadro sobre precios promedio de productos básicos alimenticios a nivel nacional; cuya resultante es un aumento de casi el doble de lo que costaban hace cuatro años:

 

Concepto       Año: 2018      Año 2022        Incremento porcentual

 

Aceite. (L.)           23 pesos          38 pesos         165 %

Huevo. (Kg.)        21 pesos          43 pesos         205 %

Tortilla. (Kg.)       8 pesos           22 pesos         275 %

Carne. (Kg.)         87 pesos          160 pesos        184 %

Leche. (Kg.)         11 pesos          25 pesos          227 %

 

Total:                   150 pesos        288 pesos        192 %

 

Fuente: Atypical te ve. YouTube

 

PD1. En Guerrero, históricamente hasta nuestros días, los gobernantes prefieren más incondicionalidad, que capacidad y eficacia. Por eso estamos, como estamos,

PD2. Lo repito una vez más. Somos un pueblo bíblico. Somos hijos de Job. Estamos ¡jobdidos!