EL-SUR

Viernes 19 de Abril de 2024

Guerrero, México

Opinión

La elección presidencial en EU parece estar decidida

Gaspard Estrada

Octubre 19, 2016

Conforme la fecha de los comicios se acerca, las realidades electorales de Estados Unidos parecen regresar a su cauce. En efecto, la mayoría de las encuestas de opinión le dan la ventaja a la aspirante del Partido Demócrata, la ex senadora Hillary Clinton, frente a su rival del Partido Republicano, el magnate Donald Trump. Como lo hemos venido reseñando en este espacio durante los últimos meses, las dinámicas de las campañas electorales son en buena medida fruto de la construcción de percepciones por parte de los equipos de los candidatos. En este caso, después de un mes de agosto difícil para Trump, todo parecía indicar que septiembre marcaría la caída estrepitosa en las encuestas para la ex primera dama. Finalmente, después de dos debates, todo parece indicar que el Partido Demócrata ganará por tercera vez consecutiva la presidencia de Estados Unidos. ¿Qué puede explicar estos cambios drásticos en las encuestas?
En primer lugar, el no ser disciplinado en su mensaje político y la voluntad de Trump de mantener su discurso radical, de odio hacia los inmigrantes –en particular contra los mexicanos y los latinos en general– le empezó finalmente a quitar puntos en las encuestas de opinión. Hace algunos meses habíamos comentado que el discurso del empresario podía ser eficaz durante las primarias de su partido –para agradar a la base dura–, pero que el uso de esos mismos conceptos podía ser contraproducente para la elección general. Si bien este hecho político no quedaba claro en los resultados de las encuestas nacionales, en los círculos políticos esta lectura era clara. El sistema electoral norteamericano es muy específico en el sentido de que la elección presidencial es una elección indirecta en la cual quienes finalmente deciden son 358 delegados elegidos en los 50 estados de la Unión Americana. Estadísticamente hablando, un candidato puede ser elegido presidente de Estados Unidos aun habiendo quedado en el segundo lugar de la votación popular. En este contexto, aun en los momentos en los cuales Hillary Clinton veía su posición debilitada por el ascenso de Trump, los resultados del colegio electoral siempre le han sido favorables desde el comienzo de la campaña presidencial. En suma, la ley electoral beneficia a los demócratas en esta elección presidencial.
En segundo lugar, esta tendencia a la baja de Trump, y el aumento de la probabilidad de la victoria de Hillary Clinton dentro de pocas semanas, se debe también al surgimiento de un gran número de polémicas, en particular al acoso del candidato republicano a un número considerable –y que sigue creciendo– de mujeres durante su carrera como empresario y político. En particular, a raíz de la divulgación por el periódico The Wasghington Post el pasado fin de semana de un video del año 2005, en el cual se puede ver a Trump haciendo una serie de comentarios ofensivos para las mujeres. Además de que el contenido del video per se es ofensivo para las mujeres en general, su mensaje hizo que Trump perdiera impulso incluso en los sectores conservadores y religiosos, que hasta ahora han sido bastiones de su candidatura. De manera más general, en un país tan puritano y basado en los valores morales como Estados Unidos, hacer ese tipo de declaraciones no contribuye a crear mayorías políticas.
El problema para Trump es que parece haber perdido el control de su campaña. En vez de querer enderezar el paso e intentar moderar su discurso, tendiendo puentes con sectores más distantes de su ideología, todo indica que ha escogido el camino inverso, lo cual está preocupando cada vez más a la elite del Partido Republicano, que teme perder no sólo la Casa Blanca, pero también el control del Congreso y de una buena parte de estados hasta ahora controlados por el llamado Grand Old Party. Si bien en una campaña la percepción es lo que cuenta, las matemáticas siempre juegan. No haberlas tomado en cuenta parece ser fatal a las aspiraciones de Donald Trump. Para bien de México y de los mexicanos.
* Director Ejecutivo del Observatorio Político de América Latina y el Caribe (OPALC), con sede en París.

Twitter: @Gaspard_Estrada