EL-SUR

Martes 10 de Diciembre de 2024

Guerrero, México

Opinión

La estrategia de Lula para recuperar el protagonismo ambiental de Brasil

Gaspard Estrada

Agosto 09, 2023

Hoy terminó la primera cumbre Amazónica en la ciudad de Belém, Pará (norte de Brasil). Esta cumbre en la cual participaron jefes de Estado y de Gobierno de los ocho países amazónicos, constituye en sí un hecho sin precedentes: es la primera vez que la agenda ambiental tiene tanta importancia para los dirigentes de América del Sur. ¿Cómo explicar este interés?
Para Brasil esta cumbre tiene como objetivo recuperar la soberanía sobre la Amazonia así como devolver su presencia al Estado. Al contrario de la narrativa de Bolsonaro de control sobre la Amazonia, la percepción del gobierno actual es que los últimos años han estado marcados por la pérdida efectiva de soberanía sobre el territorio, abriendo espacio al crimen organizado, la falta de control de las fronteras, la interferencia de grupos religiosos e incluso a los intereses estadunidenses en la región amazónica.
Pero no solo se trata de retomar el control del territorio. El gobierno de Lula quiere recuperar la agenda medioambiental de los países en desarrollo, eliminando el protagonismo y la influencia de Europa y Estados Unidos en la definición de la agenda climática internacional. En este sentido, esta cumbre es considerada la principal iniciativa diplomática del gobierno Lula, al menos en su primer año. El encuentro ya se barajaba antes de la toma de posesión del presidente, el 1 de enero, y se presentó durante los meses de transición entre bastidores como una oportunidad para poner en marcha una nueva estrategia geopolítica. La valoración del gobierno brasileño es que dos temas dominarán la agenda internacional en los próximos años: La redefinición del equilibrio de poder entre la OTAN, Rusia y China, y la cuestión climática, que se considera definirá el siglo XXI. Y es en este segundo aspecto donde Brasil espera desempeñar un papel destacado.
Para llevar a cabo con éxito esta estrategia, algunos pasos eran esenciales: sacar a Brasil de la condición de paria internacional, y por otro lado, permitir que la agenda climática la construyan los países emergentes, no los países desarrollados.
Con relación al primer punto, después de cuatro años de gobierno de Jair Bolsonaro y dos de Michel Temer –periodo en el que las reuniones con líderes extranjeros cayeron en picada–, el objetivo de la nueva diplomacia era volver a colocar a Brasil en el grupo de los actores con poder de decisión en la agenda global.
A pesar de los discursos de Lula sobre la guerra en Ucrania, considerados incluso internamente como polémicos, la percepción de los embajadores y de los formuladores de la política exterior brasileña es que el objetivo ha sido alcanzado y que Brasil ha vuelto a estar en la lista de invitados en los principales debates mundiales.
En este sentido, la organización de la cúpula de la Amazonia en Belém tiene relevancia. La voluntad reiterada de países como Estados Unidos o Francia en asumir un papel de liderazgo en materia climática o de convocar a reuniones sobre temas específicos de la agenda medioambiental son vistos dentro del gobierno brasileño como la admisión de un fracaso de las economías emergentes a la hora de asumir el papel de fijar la agenda para la protección de sus propios recursos.
Por eso, es visible la resistencia de los países ricos a esta voluntad política de emancipación de los países emergentes. El Presidente Lula había invitado personalmente al Presidente Macron en junio, en París, para que participe en la cumbre, teniendo en cuenta la existencia de un territorio francés en la Amazonia: la Guyana Francesa. Si bien Macron envió una carta y a su embajadora ante Brasil, su ausencia fue vista como una señal de que la forma en que los países emergentes quieren debatir el tema puede no ser cómoda para los europeos.
Otros obstáculos existen para la diplomacia de Lula en el frente climático: la necesidad de mostrar que la deforestación está disminuyendo realmente. Y por otro lado, dejar claro que la prioridad es recuperar realmente el control sobre el territorio amazónico. No será una tarea fácil.

* Director Ejecutivo del Observa-torio Político de América Latina y el Caribe (OPALC), con sede en París

Twitter: @Gaspard_Estrada