EL-SUR

Lunes 22 de Abril de 2024

Guerrero, México

Opinión

La gira de Lula por el Nordeste

Gaspard Estrada

Agosto 23, 2017

Luis Inácio Lula da Silva está de regreso. De la misma manera que en los años 1990, cuando el antiguo obrero metalúrgico llevó a cabo una serie de “caravanas de la ciudadanía” por la mayor parte del país para conocer las demandas populares, el líder de la izquierda brasileña ha comenzado una intensa gira por el Nordeste desde el pasado 17 de agosto. Es en esta región del país, la más pobre y excluida, que nació el ex presidente de Brasil, y que se transformó a partir del 2006 en la base electoral del Partido de los Trabajadores (PT). Dentro de poco más de un año se llevarán a cabo elecciones presidenciales, estatales y legislativas, y en este marco, Lula ha comenzado su pre campaña electoral.
Sin embargo, a diferencia de las campañas anteriores, todavía no sabemos si finalmente Lula podrá ser el candidato de su partido a la Presidencia de la República. Desde hace tres años, el juez Sergio Moro ha tratado de destruir la imagen pública del ex mandatario, hasta condenarlo el pasado 14 de julio a nueve años y medio de cárcel por corrupción pasiva y lavado de dinero, a pesar de no disponer de pruebas materiales para ello. Pero, para la “República de Curitiba”, como se denomina al grupo de jueces y miembros del ministerio público que encabezan la operación “Lava-Jato”, eso es lo de menos. De la misma manera, Dilma Rousseff fue destituida como presidenta de la República, supuestamente por haber maquillado las cuentas públicas (un asunto de orden administrativo, no político, dicho sea de paso), sin que pese contra ella ninguna sospecha o denuncia por corrupción, contrariamente a los políticos que hicieron posible este atropello, es decir los diputados y senadores que votaron en su contra.
Desde la destitución definitiva de Rousseff en septiembre del año pasado, las cosas han seguido de mal en peor en Brasil. Contrariamente a lo pregonado por los medios de comunicación y buena parte del empresariado de Sao Paulo (el más influyente del país) la economía ha empeorado. A pesar de la benevolencia con la que ha sido tratado Henrique Meirelles, el ministro de Economía de Michel Temer y ex presidente del banco central durante los gobiernos de Lula, por los mercados financieros, los números son malos: el desempleo está a la alza (casi 14 millones de desempleados en julio de 2017 en el sector formal), la recesión se profundiza y el déficit fiscal está alcanzando niveles récord. Paradójicamente, Dilma Rousseff, que fue destituida por haber “perdido el control de la economía de Brasil”, tiene un mejor resultado como gestora que el actual gobierno. Por su lado, el presidente Michel Temer, a pesar de tener a cuatro de sus cinco principales operadores políticos en la cárcel por actos probados de corrupción, logró evitar la apertura de un proceso de destitución por el Congreso, a raíz de una negociación nada republicana con un grupo de diputados con intereses en la tala ilegal de la Amazonia. De tal manera que un presidente de la República corrupto (probado con conversaciones grabadas por un empresario poderoso del sector agroalimentario) tiene buenas posibilidades de permanecer en el cargo hasta diciembre del 2018. Sin embargo, queda claro que su índice de popularidad, hoy en 5%, tendrá muchas dificultades en aumentar de manera sustancial.
Es en este contexto que la gira de Lula toma toda su importancia. Frente a la crisis política, económica y moral que vive el país, el recuerdo de los gobiernos exitosos del sindicalista, en particular en las zonas más pobres del país como el nordeste, contribuyen a aumentar su fuerza política. Por ende, no sorprende que las últimas encuestas de opinión indiquen un crecimiento de la intención de voto de Lula a raíz de la sentencia del juez Sergio Moro. Veremos en los próximos meses si la “República de Curitiba” estará dispuesta a dejar fuera de la contienda presidencial al principal actor de esta disputa.

* Director Ejecutivo del Observatorio Político de América Latina y el Caribe (OPALC), con sede en París.

Twitter: @Gaspard_Estrada