A partir de los hechos violentos de hace dos semanas en Culiacán, se desató en la vida política del país una guerra fría que se libra sobre todo en las redes sociales y en los medios de comunicación.
Ayer el presidente de la República informó en compañía de los responsables de la estrategia digital del gobierno que habían sido detectadas diversas granjas de los llamados boots, que no son otra cosa que usuarios y perfiles ficticios creados masivamente con el objeto de incidir en la opinión pública.
La utilización de estos recursos de comunicación no es nueva y no dista mucho de las viejas técnicas de propaganda de lo que antes se conocía como guerra sucia. Previo a la aparición de redes sociales, la propaganda política se difundía en medios tradicionales (periódicos, revistas, radio), o a través de libelos y opúsculos, folletos y volantes que se imprimían y se distribuían masivamente muchas veces utilizando el anonimato de la noche. Por eso no debe de sorprendernos que existan técnicas y tácticas que buscan confundir y sesgar a la opinión pública en un sentido o en otro, lo que sería grave es que la utilización de estas técnicas sea patrocinada o francamente dirigida por actores políticos reconocidos.
En la conferencia de prensa se señalaron algunos nombres que rápidamente salieron a desmentir su participación en estos comportamientos. Pero no es suficiente con que se deslinden los señalados, debe haber una investigación seria para determinar quién o quiénes están detrás de estas campañas de odio que solo buscan separar a los mexicanos.
En este espacio lo hemos dicho reiteradamente, la oposición está extraviada, desarticulada, desorientada, sin figuras que la lideren y encerrada en la lucha desde el anonimato y la cobardía de las redes sociales.
Nadie le rehúye al debate político, a la confrontación de ideas, incluso a la denostación y al insulto, como ha hecho Vicente Fox, indigno ex presidente de México, lo que no es correcto es que se utilice el anonimato para intentar golpear al adversario.
Urge una oposición inteligente, una oposición que dé la cara, una oposición que cambie de técnicas y de estrategias, una oposición propositiva, una oposición que busque y que sea realmente un contrapeso a la 4T de lo contrario, de continuar ocultos en la locura del anonimato, estarán cayendo en lo que ha señalado el presidente que es la derrota moral e histórica.
La oposición no ha podido descifrar cuál debe ser su actuación, siguen atravesando las distintas etapas de la pérdida, parece ser que ya pasaron por la negación, por la negociación, están entrando a la etapa de la ira. La etapa que sigue es la de la depresión, queda poco mas de año y medio para los comicios del año 2021, si la oposición no logra resolver su papel en el mapa estratégico, estará condenada a tener una participación testimonial en las elecciones de 2021.

@ArruroMB