En el 2012, apareció en México un libro, una serie de ensayos sobre el género de la novela del escritor turco Orhan Pamuk, El novelista ingenuo y el sentimental. Se trata de un conjunto extraordinario en donde explica su amor por la ficción, hace exégesis de autores y libros, y entre estos asuntos, cuenta la experiencia de escribir narrativa; el sentimiento un tanto ingenuo de todo lector de pensar, de suponer al grado de estar un cien por ciento cierto, que todo aquello que narra un autor le sucedió en carne propia. En uno de los ensayos de este libro, ¿De verdad le sucedió todo esto, señor Pamuk?, rememora una experiencia en particular. Dice: “En 2008 publiqué en Turquía una novela titulada El museo de la inocencia. Esta novela trata… de los actos y sentimientos de un hombre llamado Kemal que está enamorado de manera profunda y obsesiva. Tras la aparición de este libro no tardé en recibir la siguiente pregunta de un buen número de lectores, ‘Señor Pamuk, ¿es usted Kemal?’”
Luego dice Pamuk que sus respuestas a estas preguntas son dos y que ambas son ciertas aunque se contradigan. La primera, “No, no soy mi héroe Kemal.” Y la segunda: “Pero me resultaría imposible convencer a los lectores de mi novela que no soy Kemal”. Pamuk escribe aquí sobre las paradojas de la ficción. Nada de lo que se cuenta sucedió pero en la medida del talento del escritor, pienso, todo es cierto. En las novelas nos encontramos con historias y sentimientos que nunca sucedieron, pero que son reales.
Antes de ir al libro de esta semana, El libro de las mentiras de Gastón García Marinozzi (Córdoba, Argentina, 1974), me gustaría citar el conjunto de ensayos Misterios de la sala oscura de la crítica de cine Fernanda Solórzano, en el cual relata el inicio de la película de David Lynch, Mullholand drive, donde nos cuenta que hay un tipo que “tiene el aspecto de un mago que, con ademanes histriónicos, explica al público que todos los sonidos que habrán de escuchar en el teatro son producto de una grabación. A la inversa que los magos, explica el truco antes de ejecutarlo…” Posteriormente, Solórzano concluye: “Todo en el cine es falso y, sin embargo, real”.
Traigo a cuenta todo esto porque me resulta imprescindible para comenzar a leer, escribir, sobre un libro que se titula La historia de las mentiras. Una novela con un inicio trepidante en donde se cuenta la vida de un joven llamado Mike. El impulso de volver una y otra vez sobre el nombre de la novela es imparable, pues según avanzamos en la lectura es irresistible pensar que se trata de una biografía, de una confesión, de una obra que por la narración de la juventud con su sangre y sus fluidos, sólo puede ser real. Sin embargo, Gastón García Marinozzi nos está diciendo todo el tiempo que la novela debe ser leída con cuidado porque nada es verdad, todo es mentira.
Mike es un joven que vive en la Argentina de finales de los 90, tiene aspiraciones artísticas que pronto lo convierten en pintor y se enamora profundamente de una mujer. Sin embargo, la vida está de alguna forma predispuesta para que su existencia no sea fácil. Enferma de cáncer, la sociedad está podrida y se cae a pedazos al mismo tiempo que su núcleo familiar colapsa. ¿Cómo puede ser todo esto ficción? Debe ser real.
El libro de las mentiras es un viaje en el tiempo en donde se recuerda que ser joven era lo mismo que ser revolucionario, que ser artista; que estar vivo significaba vivir al borde del colapso. Si una relación no estaba cargada por una pasión potente y destructiva, no lo era.
Es una novela en donde se subraya la fuerza existencialista del artista que va buscando su vida, definiéndola, resistiendo y sobreviviendo en medio de las grietas que deja la patria, la familia y el amor. Gastón García Marinozzi cuenta la historia de las mentiras en las que ardemos.
El novelista es un mago que a pesar de que nos asegura que todo es falso nos convence que todo es real. Porque como escribe Gastón García Marinozzi: “Por eso disfrazaba las verdades de la mentira, porque es la única manera de preservarlas.”
(Gastón García Marinozzi, El libro de las mentiras, Alfaguara, Ciudad de México, 2018. 263 páginas).