Marcial Rodríguez Saldaña
Septiembre 07, 2006
El Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (Trife) ha concluido el proceso para imponer a Felipe Calderón como presidente de México, acatando la voluntad de Vicente Fox, de heredar el poder a toda costa a un gobernante panista. El Trife ha emitido una sentencia injusta que contiene una argumentación subjetiva y sus puntos resolutivos contradicen los considerandos de la misma.
1. Los magistrados del Trife reconocen textualmente en su resolución, que Vicente Fox en su calidad de presidente de la República intervino en la campaña electoral a favor de Felipe Calderón y que puso en riesgo la elección presidencial; sin embargo, no consideran que la participación de Fox fue determinante en el resultado electoral; por otra parte, también admiten que el Consejo Coordinador Empresarial (CCE) intervino indebidamente en la campaña electoral mediante spots publicitarios en contra de Andrés Manuel López Obrador candidato presidencial de la coalición Por el Bien de Todos.
2. Otro de los aspectos que reconoce el Trife es que hubo una campaña negativa promovida por el PAN en contra de AMLO mediante anuncios en medios escritos y electrónicos en donde lo consideraban “un peligro para México” que afectó los principios esenciales de una elección al señalar que “cuando la propaganda se dirige más bien a afectar la imagen de alguno de los participantes del proceso electoral, partido político, coalición o candidato, pero con contenido en sí mismo contrario a las disposiciones del Código Federal de Instituciones y Procedimientos Electorales, o bien cuando en sí mismos los mensajes propagandísticos sean injuriosos, infamantes, atenten contra los propios candidatos, por cuestiones netamente personales, íntimas o que afecten su honor o decoro. De ahí que, cuando un proceso electoral no se desarrolla sobre esas bases, indudablemente se lesionan las cualidades esenciales de toda elección, porque no puede afirmarse que sea libre, auténtica y democrática, toda vez que ha sido afectado el sufragio al carecer de los elementos que lo caracterizan”.
3. Uno de los principios fundamentales de toda elección de acuerdo con la Constitución de México reconocido por el Trife es la equidad, que consiste en que los candidatos en una elección tengan las mismas condiciones para competir y ganarla, sin embargo en la elección presidencial del 2006 no fue así, puesto que Fox utilizó todo el poder del Estado a su alcance para favorecer a uno de los candidatos, a Felipe Calderón; si a esto le agregamos la intervención del Consejo Coordinador Empresarial, se complementa el poder del gobierno con la agrupación que representa el poder económico en una confabulación, lo que da lugar sin ninguna duda a una contienda totalmente desigual, por lo que el Trife debió anular la elección.
4. A propósito de esta sentencia del Trife hay un debate en el país sobre el tema de la institucionalidad. Hay quienes pretenden que los ciudadanos acepten a ciegas y como súbditos las decisiones de los órganos de poder del Estado –las instituciones–. Al respecto existe amplia literatura de escritores –no rusos ni cubanos– sino alemanes, estadunidenses e ingleses como Ronal Dworkin, John Rawls, Jürguen Habermas y Hannah Arend entre otros, que coinciden en algo muy simple, en que los seres humanos son susceptibles de cometer errores, y como las instituciones se integran por seres humanos, sus decisiones pueden ser erróneas; es decir, que se ha demostrado que una Ley que aprueban los legisladores pude ser contraria a la Constitución, que una decisión administrativa del Poder Ejecutivo puede ser contraria a la ley y que una sentencia que emiten los jueces puede ser contraria a las leyes y además injusta.
5. Por ello, estos notables escritores, han argumentado con sapiencia filosófica y política, que ante las decisiones ilegales y/o injustas de las Instituciones del Estado, los ciudadanos siempre deben de conservar el derecho de oponerse a ellas mediante algo que han denominado “La desobediencia civil” pues en un Estado democrático jamás se puede obligar al ciudadano a que acepte actos de autoridad contrarios a la ley o a la justicia, aún cuando se hayan agotado los recursos formales que previene la ley, incluso admiten la violación de normas secundarias cuando el ciudadano defiende una causa justa y principios constitucionales.
6. La sentencia del Trife que califica la elección presidencial del 2006 y da como ganador a Calderón contraviene los principios constitucionales en materia electoral de imparcialidad, objetividad, legalidad, certeza, independencia, equidad y es una decisión injusta; pues a pesar de que reconocen que fue inequitativa la elección, imponen con criterios subjetivos a un presidente de México.
7. La ausencia de Fox en el informe ante el Congreso el pasado primero de septiembre, fue el anuncio de que hay una crisis política y de las instituciones en México, el Trife no fue sensible a la situación que vive el país; su resolución es un acto formal que en vez de ayudar a resolver la crisis la va a incrementar, pues ante una sentencia injusta, no queda más que acudir al legítimo derecho de la desobediencia o resistencia civil –como lo hizo Cloutier en 1988– lo cual va ha generar un clima de ingobernabilidad ante un presidente de la República considerado ilegítimo.
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