EL-SUR

Viernes 26 de Abril de 2024

Guerrero, México

Opinión

La Ley Sari, a la congeladora

Humberto Musacchio

Diciembre 11, 2005

LA REPÚBLICA DE LAS LETRAS*

 

A punto estuvieron los operadores de Sari Bermúdez de dar un sabadazo en San Lázaro. En medio de la fiebre parlamentaria que quiere quitarle a AMLO la posibilidad de nombrar a su gabinete, los muchachos de Conaculta decidieron hacer su posada y pedir a los diputados que en nombre de cielo aprobaran la Ley Sari aderezada con tonterías y despropósitos todavía mayores. Ya estaba puestísimo Filemón Arcos para pasarse por su apellido las protestas de los sindicatos del ramo y el desconcierto de los creadores cuando el senador Tomás Vázquez Vigil le lanzó un grito a uno de sus empleados y le ordenó que desmontara todo el numerito. Luego se supo que Filemón había aceptado el proyecto a cambio de unos centavos para jugar a la escuelita de filarmónicos, porque “hay que incrementar el número de agremiados al Sindicato del tololoche y la tambora”, dijo uno de sus cultos asesores vestido de elegante traje de charro, mientras tecleaba su calculadora para calcular cuánto sumarían las cuotas de los nuevos miembros del sindicato, que en breve contará con una sección de chiflido y trompetilla, de donde saldrá el nuevo proyecto de ley que sustituirá a la Ley Sari, que por lo pronto fue sometida a criogenización (la mandaron a la congeladora, pues).

Tagore era mujer y le decían la Grande

La comidilla de la semana fue el discurso de doña Martha Sahagún de Fox en el auditorio Jaime Torres Bodet, donde terminó citando a la poetisa Rabina Gran Tagore, de acuerdo con una versión, o a la escritora Rabinagrand Tagora, según la otra, quien habría dicho: “Yo dormía y soñé que la vida era alegría, desperté y vi que la vida era servicio, serví y comprendí que el servicio es alegría”. Los sabios de la colonia Condesa se pusieron a discutir la autoría de esas sabias y profundas palabras sin que se hubieran puesto de acuerdo, pues hay quien se las atribuye a Sari Bermúdez, alguien más aseguró que eran del filósofo de Güemes y otros, los que parecían más serios, dijeron que eran de un tal Rabindranath Tagore. Pero como agregaran que era un hijo de Calcuta, alguien creyó que eso era un insulto y los sabios se sumieron de nuevo en sesuda polémica y el único punto de acuerdo fue pedirle a doña Martha que despida de inmediato a sus redactores de discursos, que por hacerla parecer culta la meten en esos berenjenales.

Conaliteg recibe el Premio Innova

La Comisión Nacional de los Libros de Texto Gratuitos que encabeza don Jorge Velasco Félix recibió el Premio Innova por el programa de las bibliotecas de aula, las que al 30 de junio de 2005 contabilizaban la instalación de dos y medio millones de libreros, tres por salón de clase, con 70 títulos en promedio que se espera aumentar hasta 120 a fines del sexenio. A lo anterior hay que agregar las bibliotecas escolares, que suman ya 150 mil y que disponen de un acervo abierto a los alumnos, profesores y padres de familia. La Conaliteg promueve también la donación, por parte de las instituciones públicas y las grandes empresas, de papel de desecho destinado a producir papel reciclado, lo que sólo en 2004 permitió recibir 15 mil toneladas que significan un ahorro de 15 millones de pesos, bastantes para adquirir un millón 300 libros para las bibliotecas de aula. A fines de 2006 se espera que la recolección de papel usado llegue a 300 mil toneladas.

El GDF olvida su documentación

El Centro de Documentación Francisco Gamoneda, del gobierno del Distrito Federal, no tiene dinero ni para fotocopias. Las penurias de la institución, abierta en septiembre de 2005, obligan a Rocío Ramírez, su responsable, a poner de su bolsillo para los pequeños gastos. Su jefe, Carlos Ruiz Abreu, director del Archivo Histórico de la Ciudad de México, desmiente a su subordinada, pues dice el citado Centro “ni está abandonado ni le hace falta presupuesto”. Admite que hacen falta computadoras y que las existentes datan del tiempo del gobernador Juan José Baz, pero eso sí, “tenemos hojas de sobra”, dice muy ufano. “Tampoco tenemos reguladores de humedad y temperatura”, pero ni falta que hacen, porque “siempre que hay presupuesto no se hacen las cosas, en cambio, si no hay, se trabaja mucho”, declaró don Carlos Ruiz muy en línea con su ex jefe, ahora en campaña electoral, quien alguna vez dijo a los integrantes del consejo asesor de la Secretaría de Cultura que “donde hay dinero, hay corrupción”.

Breviario…

Ahora que empiezan las posadas, nada como organizar la bailada con la Orquesta de la Tercera Edad, dirigida por Francisco Jaime Mora y formada por ex integrantes de los conjuntos de Pérez Prado, Mariano Mercerón, Luis Arcaraz, Acerina, Ray Coniff y otros maestros de ese tamaño. Tel. 55-66-81-44. *** Raúl Zorrilla dejará la Dirección de Publicaciones para ocupar la Secretaría Técnica del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, misma que cambiará Jaime Nualart por la embajada en Egipto, dice Milenio. Nualart, uno de los pocos funcionarios que entienden de política en las oficinas de la calle Arenal, abandona muy a tiempo un barco que está a punto de naufragar. *** La Comunidad Judía de México celebra sus primeros cien años de vida, pese a que entre los soldados de Cortés vino Hernando Alonso, quien murió quemado en Tlatelolco por judaizante en 1528.

 

*Desde hoy y todos los lunes se publicará en este espacio la columna de Humberto Musacchio, una de las más prestigiadas en torno al acontecer cultural del país.