La derrota del gobierno de Enrique Peña Nieto en las elecciones del pasado domingo 5 de junio del 2016, no sirvió para que hiciera un balance mesurado, prudente y sereno de las causas que la ocasionaron, para analizar los factores que influyeron en los electores que decidieron propinarle un contundente rechazo a las políticas derivadas del Pacto por México y el mal “humor social”; por el contrario, ha buscado inmediatamente quien pague su molestia y mal humor personal, acudiendo a la venganza y a la represión en contra del magisterio democrático nacional que se ha opuesto a la mal denominada reforma educativa y a las demás reformas estructurales.
1.- Las reformas estructurales y la supuesta reforma educativa promovida por Peña Nieto y avalada por el PRI-PAN y PRD en el Pacto por México, fue una determinación de las élites políticas del país. En la campaña del 2012 ninguno de los firmantes expusieron a los ciudadanos esas propuestas para que los votantes supieran a qué se atendrían si sufragaran por ellos; en consecuencia, fue una decisión ilegítima del gobierno federal y las cúpulas partidistas, que tomaron al margen de la mayoría del pueblo de México, ya que no establecieron ningún procedimiento de consulta o diálogo que permitiera a los ciudadanos expresar sus opiniones, además que en las encuestas sobre las reformas, especialmente la energética, la mayoría de los electores se manifestó en contra.
2.- La detención de los dirigentes de la sección 22 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) de Oaxaca pertenecientes a la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), es un acto que refleja la vocación autoritaria y represiva de Peña Nieto, y sus secretarios de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong y de Educación, Aurelio Nuño, quienes en vez de dialogar –como naturalmente ocurre en los sistemas políticos democráticos– acuden a la fuerza policiaca del Estado –siguiendo los malos consejos de Thomas Hobbes expuestos en el Leviatán, aun cuando no lo hayan leído–, para tomar prisioneros a líderes sindicalistas que con todo el derecho han manifestado su oposición a la reforma educativa. Peña no escucha ni dialoga, mete a la cárcel a sus opositores, así ejerce un poder que elimina los derechos fundamentales como el de la libre expresión, manifestación y aún el de oposición a sus políticas gubernamentales.
3.- La detención de los representantes sindicales es un acto de venganza política pues, como se sabe, algunos dirigentes magisteriales de la CNTE en Oaxaca, firmaron un acuerdo con Morena y su presidente Andrés Manuel López Obrador para que juntos lucharan en contra de la reforma educativa y llamaran a votar por los candidatos de Morena en las pasadas elecciones. Las maestras y maestros de Oaxaca y de México tienen todo el derecho de votar en forma individual y libre por quien decidan, pero esta determinación que tomaron es otra de las causas principales por las que han sido hechos prisioneros los líderes sindicales, lo cual constituye un mensaje de intimidación para inhibir el voto en las siguientes elecciones a favor de Morena.
4.- La medida de tomar como prisioneros a ciudadanos, o líderes que se oponen a decisiones de gobierno es propia de los regímenes más autoritarios; esto se adiciona al entorno de violencia policiaca en que se han realizado las evaluaciones, al asesinato de varios profesores, a los descuentos salariales y despidos de docentes; mientras los dirigentes herederos de Elba Esther Gordillo a nivel nacional y sus réplicas en los estados siguen enriqueciéndose a costa de las cuotas de los trabajadores sindicalizados, de las prebendas financieras que les obsequia el gobierno, quien a esos sí en vez de enjuiciarlos los premia volviéndose cómplice de la corrupción que permea en los líderes charros del sindicalismo magisterial. Pero ante medidas autoritarias de los gobernantes, siempre existirá la lucha por la defensa de los derechos ciudadanos, la solidaridad y la movilización popular.

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