Silvestre Pacheco León
Septiembre 07, 2020
El cierre de la minera canadiense Los Filos en el municipio de Eduardo Neri por los ejidatarios de Carrizalillo el pasado viernes, resulta alarmante por el momento de crisis en que estamos con la economía estancada y la pérdida de empleos, y porque su origen parece estar en el incumplimiento de la empresa con el convenio firmado al inicio de sus operaciones, relacionado con las obras hidráulicas para el abasto de agua limpia a la población del lugar.
Los representantes ejidales han informado su decisión de terminar su relación con la empresa acudiendo al último recurso que les queda de cerrar los accesos a la mina, cansados del incumplimiento de los compromisos pactados.
En conferencia de prensa, los representantes del ejido denunciaron el trato racista y clasista que han recibido de parte de los directivos de la empresa durante tres largos meses de negociación, preocupados porque el efecto de la contaminación generado por la explotación de la mina está envenenando sus fuentes de abastecimiento de agua que las obras convenidas debieron poner a salvo y porque debido a la falta de atención por parte de la firma canadiense se han agudizado los problemas de salud derivados de la falta de cuidado en los protocolos de sanidad que le corresponde seguir con sus trabajadores.
Los Filos es una mina concesionada a una empresa canadiense que produce oro y plata. Es la más importante del estado con una producción diaria de 684 onzas de mineral que a precios actuales equivalen a 28 millones de pesos los cuales está dejando de percibir por incumplimiento de sus obligaciones con los dueños de los terrenos que explota.
La presencia de la pandemia del coronavirus en Carrizalillo fue el detonante en la reacción de los pobladores porque aducen que fueron los trabajadores foráneos que llegaron a la mina en su reapertura del mes de junio los causantes de la infectación de hasta 21 vecinos en una población que no llega a mil 500 habitantes.
Cuando menos resulta inexplicable que siendo la minería una de las ramas de la economía más dinámica en el mundo que en el estado emplea a casi 10 mil trabajadores, esas empresas vivan en constante desencuentro con los pobladores que dan sustento a sus explotaciones.
Suave Patria: En piso de metal vives al día
Ni siquiera por el alto valor de su producción, los impuestos que paga y el número de empleos que genera se tiene diseñada una política oficial de acompañamiento a los dueños de los terrenos para el diseño de los convenios de explotación que deben incluir las obras de infraestructura, el cuidado de los recursos naturales, el abasto de agua limpia, espacios para la educación, salud y esparcimiento, que son los servicios básicos a los que deberían aspirar sus pobladores por la suerte de haberse asentado sobre los tesoros que guarda la madre tierra.
Después de tantos años que tienen las explotaciones mineras en Guerrero debería darle vergüenza al gobierno permitir que los dueños de la tierra concesionada a las mineras sigan viviendo en la marginación, con su agua envenenada y en un ambiente contaminado además del maltrato y menosprecio de que son víctimas no ya de los dueños de las minas, sino de sus empleados que suelen ser peores que aquellos.
Está en las obligaciones legales de las explotaciones mineras remediar y mitigar con obras e inversiones que reparen el daño y prevengan riesgos, sobre todo si eso afecta a la población; sin embargo y ante la presencia de tantas calamidades a causa de las explotaciones mineras, parece una maldición la que sufren los habitantes porque con la extracción del mineral llega la contaminación, la violencia y los vicios que transforman el modo de vida de los lugareños pero no en sentido positivo.
Suave Patria: tu superficie es el maíz/ tus minas el palacio del Rey de Oros
Frente a esta situación desastroza de la que se quejan los pobladores de Carrizalillo pero de la que no están exentos los que se encuentran en el área de influencia de la minera Capela en Teloloapan, Campo Morado en Arcelia y Media Luna en Cocula, la noticia importante para ellos viene de Zacatecas, la tierra del autor del poema Suave Patria, Ramón López Velarde.
Allá en aquel estado la Conagua consiguió que la minera Peñasquito, la más grande del mundo que tiene el primer lugar en producción de oro, ha renunciado al uso de 5 millones de metros cúbicos de agua del subsuelo que tenía concesionada en cinco de sus minas localizadas en el desértico municipio de Mazapil, no muy lejos de la capital.
El año pasado y a principios del presente los ejidatarios y los habitantes de los poblados aledaños a Cedros, que así se llama el ejido dueño de los terrenos, tomaron el acuerdo de cerrar la mina que tenía acaparada su agua provocando que se secaran sus dos pozos y los acuíferos que los abastecían, exigiendo por ello una indeminización a la empresa que produce el 20 por ciento de oro del mundo.
Al fin, y así lo ha anunciado la Semarnat la semana pasada, como resultado de esa movilización los ejidatarios de Cedros lograron que se les garantizara “el derecho de los pobladores locales al agua” con la recarga de sus fuentes de abastecimiento, además de que serán beneficiados con obras de infraestructura por un valor de 100 millones de pesos a cargo de la empresa. Un ínfimo desembolso para el Rey de Oros que así seguirá extrayendo las 8 millones de onzas de oro que tiene en reserva.