David Colmenares Páramo
Junio 18, 2021
Como he comentado en ocasiones anteriores, la colaboración entre las Entidades de Fiscalización Superior es de gran relevancia. Auxiliados por experiencias exitosas, podemos contribuir a mejorar las políticas de cumplimiento institucional, sumando eficacia y oportunidad. La colaboración además fortalece nuestra independencia e incrementan nuestras capacidades, tanto institucionales como humanas.
Es por ello, que la Auditoría Superior de la Federación ha procurado generar vínculos con otras instancias, a nivel nacional, regional e internacional, los cuales generen un valor agregado y la posicionen como un socio confiable, íntegro, profesional y técnicamente solvente.
Un espacio que nos ha permitido generar sinergias prioritarias de participación y cooperación sumamente valiosas es nuestra región, América Latina y el Caribe, de manera directa o a través de la Organización Latinoamericana y del Caribe de Entidades Fiscalizadoras Superiores (OLACEFS) o la Organización Centroamericana y del Caribe de Entidades Fiscalizadoras Superiores (OCCEFS), el compartir buenas prácticas, experiencias y conocimientos con las EFS latinoamericanas y caribeñas, ha resultado sumamente enriquecedor, porque nos permite conocer nuevas aproximaciones e ideas para abordar problemáticas comunes, con características y desafíos similares y en escenarios comparables.
Por ejemplo, esta semana estuvieron en México, concretamente en la ASF, los titulares de la Corte de Cuentas de la República de El Salvador, la Contraloría General de Cuentas de la República de Guatemala, presidencia de OCCEFS, y el Tribunal Superior de Cuentas de la República de Honduras.
Considerando que nuestros países están especialmente hermanados culturalmente y comparten retos, algunos de carácter incluso transfronterizo, como las situaciones derivadas de la migración, es necesario que las EFS establezcamos lazos que nos permitan impulsar la cooperación técnica y promover la buena gobernanza, la transparencia, la rendición de cuentas y el combate a la corrupción.
Por ello, durante las próximas semanas, se estarán desarrollando los talleres de capacitación para los mentores y equipos auditores que llevarán a cabo la Auditoría de transparencia, rendición de cuentas y el uso de los Fondos de Emergencia para la COVID-19, o auditoría TAI, por sus siglas en inglés, de la Iniciativa de Desarrollo (IDI) de INTOSAI y que la ASF lidera como Presidencia del Grupo de Fiscalización de la Gestión de Desastres de OLACEFS.
Estas auditorías de cumplimiento financiero, como su nombre lo indica, contribuyen a mejorar la transparencia, la rendición de cuentas y la inclusión en el uso y manejo de los recursos públicos destinados a responder a una emergencia o desastre y se dirigen, por ejemplo, a revisar las contrataciones públicas y transacciones realizadas durante la crisis para comprar equipo o suministro médico, en un lapso o período determinado.
Realizar estas auditorías genera múltiples beneficios. El primero de ellos, es que nos permitirá, además de detectar desperdicios, desvíos o mal uso de los recursos públicos en la atención a la pandemia en la región, contribuirá a mejorar la gestión de los fondos asignados, el control interno y prevenir desperdicios y desviaciones.
El segundo, fortalece a las EFS que participan en ellas, incrementando su capacidad técnica y profesional, ya que los equipos auditores aprenden de sus pares y otros expertos “haciendo”, es decir, practicando lo que aprenden en los talleres y cursos de capacitación, con el acompañamiento de sus mentores, lo cual favorece y nivela el conocimiento tanto de los temas abordados como de los métodos utilizados, la aplicación y difusión de las normas internacionales y las mejores prácticas.