EL-SUR

Jueves 18 de Abril de 2024

Guerrero, México

Opinión

La oportunidad de transformar

Arturo Martínez Núñez

Mayo 24, 2022

Tras el lamentable suceso de la desaparición de una menor en la periferia de Acapulco. lo que parecía que terminaría en una tragedia, se convirtió en una oportunidad para comenzar a reconstruir el raído tejido social de nuestra entidad.
La gobernadora Evelyn Salgado Pineda mostró gran olfato político, pero, sobre todo, una gran sensibilidad humana al acudir personalmente a dialogar con los familiares y vecinos de la menor.
La ruta es clara: no puede haber mejora en la seguridad pública sin la participación coordinada de los tres órdenes de gobierno sumados a una intensa participación ciudadana. La desaparición de la menor Yoseline movilizó a sus vecinos de una manera pocas veces vista y esto ayudó a que las autoridades actuaran con la velocidad y energía necesarias. Hay momentos que se convierten en parteaguas y este pudiera ser uno de ellos.
Gobierno y sociedad tienen que comenzar a verse como lo que son: como aliados, subordinado uno del otro (el gobierno de la sociedad), que buscan exactamente los mismos objetivos en la materia: seguridad, paz, justicia, garantía de no repetición, reparación de los daños y reconciliación.
Algunos críticos y agoreros del mal critican que la gobernadora tenga que acudir a todos los conflictos ante la falta de interlocución de sus funcionarios y que, de seguir haciéndolo, terminará desgastada y con ella la investidura que representa. Yo estoy convencido de lo contrario: en la medida en que la sociedad sienta que hay una gobernadora sensible, cercana y sobre todo eficaz, se abrirán las puertas y se tenderán los puentes para que el pueblo vuelva a confiar en sus gobernantes y en los funcionarios de éstos.
Durante años de conflictos sociales los “diques” se han ido rompiendo y ante la falta de soluciones y de consecuencias, cualquiera se siente con el derecho de bloquear o “tomar” carreteras, calles principales y oficinas de gobierno. Lo mismo ocurre si la petición es “menor” como la falta de maestros para algún centro escolar, o en casos como el de Yoseline, que indignan y movilizan a importantes grupos. También están los grupos de intereses particulares (campesinos, transportistas, magisterio, etc.) que utilizan esta misma forma de protesta. Recordemos por ejemplo a los jóvenes no aceptados en la UAGro que durante meses bloquearon la glorieta de la Diana en Acapulco sin que nadie hiciera nada o los grupos que constantemente toman el Recinto gubernamental de Chilpancingo.
La libre manifestación de ideas no solo es aceptada, sino que es un derecho que consagra la Constitu-ción Política de los Estados Unidos Mexicanos, como también lo hace con el derecho de los terceros: Artículo 6o. La manifestacioìn de las ideas no será objeto de ninguna inquisición judicial o administrativa, sino en el caso de que ataque a la moral, la vida privada o los derechos de terceros, provoque algún delito, o perturbe el orden público; (…) La pregunta es ¿cómo llegamos a este extremo en donde es necesaria la movilización masiva y el bloqueo del libre paso para que las autoridades atiendan las demandas? La respuesta es simple: porque antes al gobierno no le interesaba solucionar sino administrar los problemas. No buscaba el origen ni la raíz, sino que buscaba paliar las consecuencias comprando conciencias, liderazgos y utilizando el dilema de la zanahoria o el garrote.
En Guerrero y en México queda mucho por reconstruir. En el caso de nuestra patria chica, es alentador contar con una gobernadora a la que no le incomode hablar de tú a tú con quien sea, sabedora de la fuerza de su legalidad, emanada de las urnas y de su cada vez más sólida legitimidad construida día a día y acción tras acción.
Lo que el sábado por la noche era una pesadilla, el domingo por la mañana se convirtió en un gran alivio para los familiares, amigos y vecinos de Yoseline; la gobernadora que horas antes dialogaba ahora recibía al embajador de Estados Unidos de América, inauguraba con éxito el Tianguis Turístico y demostraba que las cosas sí pueden hacerse de otra forma.
Pero no hay que bajar la guardia. Este suceso puede ser la oportunidad de iniciar una nueva relación entre gobierno y pueblo que nos lleve a reestablecer poco a poco el respeto, la interlocución y la búsqueda de solución a los muchos y diferentes problemas que aquejan a nuestra entidad, sabedores de que del lado del Ejecutivo hay una titular que escucha, que siente y que resuelve. Enhora-buena.