EL-SUR

Viernes 19 de Abril de 2024

Guerrero, México

Opinión

La polarización

Silvestre Pacheco León

Abril 25, 2022

El bloque opositor formado por el PRI, el PAN y lo que queda del PRD aparece preocupado porque observa que la sociedad mexicana se ha polarizado, lo cual sienten que les provoca inseguridad porque piensan que la población los puede agredir al identificarlos como traidores, contrarios al presidente de la República y a la nación, porque votaron contra la reforma eléctrica que buscaba recuperar la rectoría del Estado mediante el fortalecimiento de la Comisión Federal de Electricidad para garantizar el abasto y el precio de la luz por debajo de la inflación, para beneficio del pueblo pobre frente a los intereses extranjeros de quienes hacen negocio generando energía para venderla a socios simulados.
Los opositores quisieran que su postura política defendiendo intereses extranjeros pasara desapercibida para la población como sucedía antes, cuando ellos desde el gobierno hacían y deshacían sin que nadie los llamara a cuentas porque era grande su eficacia para extender la creencia de que la política era materia exclusiva de los profesionales quienes se preparaban para gobernar haciendo carrera en los partidos, mientras los ciudadanos debían ajustarse a su papel de electores teniendo la oportunidad de hacer política solamente votando.
Pero como después de 30 años la izquierda logró hacer mayoría de quienes piensan que la política es un derecho de todos y que incluso la oposición podía aspirar a ser gobierno, su fuerza creció frente a los errores y abusos de los gobiernos neoliberales tanto del PRI como del PAN.
En la disputa por los recursos energéticos de la nación la oposición política de derecha votó contra los intereses populares al ponerse de lado de las empresas trasnacionales que generan energía en nuestro territorio aprovechando la fuerza del viento y el sol.
Su voto contra la soberanía popular lo quisieron defender con el argumento de que el gobierno de Andrés Manuel está en contra de la libre empresa, que la CFE genera energía sucia y que pretende el monopolio de los energéticos, lo cual constituye una gran mentira porque su gobierno ha sido escrupulosamente respetuoso con los empresarios ofreciéndoles hasta el 46 por ciento del mercado para no afectar la soberanía del país al tiempo que ha sido enérgico combatiendo los abusos que cometen contra los trabajadores y contra los que se aprovechan ilegalmente de los bienes de la nación.
El debate de los diputados que presenciamos en la Cámara el domingo 17 de abril sirvió para exhibir ante el pueblo la postura política de cada uno porque no dejó lugar para las ambigüedades, o votaban a favor de fortalecer a la CFE como un recurso estratégico en manos del Estado para beneficio de los intereses populares o en contra de ellos. Votaban a favor de poder decidir internamente el aprovechamiento de nuestros recursos energéticos o para entregarlos a manos extranjeras para depender de ellas como ahora ocurre con el pueblo español donde la mayoría se queja de que no puede pagar su recibo de luz sufriendo el frío en sus hogares.
Los diputados opositores en vez de apoyar la propuesta de fortalecer a la Comisión Federal de Electricidad para que compita en igualdad de condiciones con las empresas extranjeras que han entrado al mercado nacional, sostienen que conviene más dejarlas hacer aunque el manejo de precios en el cobro de la luz afecte negativamente a los más 46 millones de usuarios.
A los opositores a la iniciativa presidencial no les importó votar contra los intereses nacionales y menos que se les acusara de traidores como se lo merecen.
Creyeron que además de pasar inadvertida su posición ante los ciudadanos que antes les favorecían con sus votos, continuarían recibiendo financiamiento para sus campañas electorales de parte de las empresas energéticas a pesar de la ineficacia que mostraron, pues el gobierno del cambio democrático sabía de antemano que aún con tener mayoría en el Congreso (275 votos de la izquierda contra 223 de la oposición de derecha) sus votos no eran suficientes para alcanzar mayoría calificada que son 284 votos, pero quiso probar si entre los diputados de oposición había alguno que tuviera vergüenza y no quisiera convertirse en traidor a la patria votando del lado del cambio, pero la oposición conservadora se mantuvo fiel a su amor por el dinero, sin sentir vergüenza de su papel frente a los millones de mexicanos que ahora los han visto desnudos, exhibiendo sus pobres valores al tiempo que confiesan su miedo por la polarización de la que ellos mismos han creado y profundizado.
Su aparente triunfo del 17 de abril quedó pronto superado con la resolución de la Suprema Corte de Justicia de la Nación que califica como ilegal el estado de las empresas que simulan tener como socios a quienes son simples clientes a quienes cobran su producto sin reportar a la CFE pago alguno por el uso de la red eléctrica para transportar la energía que comercializan.
El gobierno de López Obrador ha anunciado que inició la negociación con las empresas generadoras de energía y las 70 mil que tienen como clientes para que regularicen su situación si no quieren ser denunciadas de que están en la ilegalidad causando daño al erario nacional.
¿Puede haber una polarización más grande que la generada por lo política económica neoliberal que condenó a que cada vez más mexicanos nacieran y murieran en la pobreza mientras saqueaban los bienes de la nación pensando en que la historia jamás podría cambiar porque los pobres jamás repararían en que son mayoría y menos que su fuerza nacida del voto ciudadano podía hacer la diferencia?
La enorme polarización generada por los que todo tienen de sobra y quienes ni siquiera alcanzan lo indispensable, ha crecido tanto en nuestro país que ya no fue suficiente el manejo ideológico de la clase en el poder para seguir justificando con mentiras su papel privilegiado.
Esa desigualdad constituye la más notable polarización económica y social que llevó a la sociedad al hartazgo votando sistemáticamente por el cambio en las elecciones del 2006 y 2012, hasta que su mayoría fue tan contundente que no hubo fuerza ni medios para evitar su triunfo en el 2018.
Los conservadores neoliberales de la derecha que han sido los principales agresores del electorado hora se muestran preocupados por la polarización social que ellos mismos provocaron. Temen por su integridad física, aunque en el fondo saben que no hay gente más respetuosa y noble que la del pueblo de México que evitará agredirlos. Saben que nunca como ahora podemos expresarnos en completa libertad sin temor de nada porque a nadie se le persigue por su postura política, pero igualmente a nadie se le prohíbe el justo reclamo público contra los traidores a la patria que se niegan a entender que desde que perdieron en este país ya no hay exclusividad para nadie, que ahora el poder es de la mayoría de los jodidos y pobres que ellos desprecian, los cuales con justicia harán lo que corresponda en el momento adecuado para defender lo que han conquistado, faltaba más.