EL-SUR

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Guerrero, México

Opinión

La presidencia Trump en acción

Gaspard Estrada

Enero 25, 2017

Donald Trump, definitivamente, no es un político convencional. Contrariamente a la mayoría de los políticos recién electos, que, por lo general, buscan aprovechar la “luna de miel” postelectoral lanzando mensajes de reconciliación frente a los sectores de la sociedad que no votaron por ellos, el flamante presidente de Estados Unidos ha tomado el camino contrario. En un mensaje político claramente unívoco, el nuevo huésped de la Casa Blanca ha dejado claro sus prioridades en la Presidencia. Ni el libre comercio, ni la igualdad entre los hombres y las mujeres, ni el medio ambiente, ni la despenalización del aborto harán parte de las prioridades de la administración republicana, al contrario. Los hispanos, que hasta ahora podían contar con un gobierno federal que hablaba en su lengua –el español– a través de la web, tendrán que hablar el inglés. Todo, en nombre de la defensa de los “intereses de Estados Unidos” y de los “empleos de los estadunidenses”. Sin embargo, para muchos especialistas todavía no queda claro hasta dónde esta reorientación política y económica de nuestro vecino del norte se traducirá en una mejora de la economía norteamericana. Lo que sí queda claro es que México vivirá tiempos muy complicados en los próximos meses.
¿Cómo entender este hecho? Contrariamente a los demás candidatos del Partido Republicano desde Ronald Reagan (que tampoco fue un político tradicional, sino que tuvo una carrera de actor antes de ser presidente), Donald Trump no se inscribe en la lógica política del partido que lo postuló al cargo. Es decir, su lógica política responde a un interés personal, guiado por sus intuiciones, así como por su entorno más cercano, compuesto principalmente por su familia. De manera general, los políticos, guiados por el principio clave de la confianza como parámetro de cercanía, tienen a su alrededor a un pequeño grupo de asesores que lo orientan en su toma de decisión (el llamado “kitchen cabinet” en inglés, para designar a los hombres de más confianza de un presidente, tanto que se reúne con ellos en la cocina). Regularmente se trata de personas que han acompañado al candidato a lo largo de su trayectoria política, como los asesores parlamentarios, el consejero de comunicación, el enlace con el distrito electoral o con la región de origen del político… Y, en algunos casos, algun miembro de la familia puede venir a agregarse. Sin embargo, como Donald Trump no hizo una carrera política propiamente dicha, su entorno más cercano está compuesto principalmente por su familia. Por ende, se puede deducir que las orientaciones fundamentales de Trump no pasan por el filtro de una valoración política externa, que le permita ponderar los costos y los beneficios de una decisión.
Como lo hemos visto en estos primeros días de la presidencia, el magnate ha decidido tomar decisiones radicales en múltiples aspectos de la política, de la economía y de la sociedad estadunidenses. Pero tratándose de una potencia como Estados Unidos, estas determinaciones tienen un impacto global. El problema a mediano y largo plazo para Trump será, sin duda, la capacidad política de mantener tales decisiones, con las implicaciones que tendrán, teniendo la hostilidad no sólo de la opinión pública, sino también de su partido. Si bien perdió la elección presidencial en términos del voto popular (por casi tres millones de sufragios frente a Hillary Clinton), el Partido Republicano ganó por amplio margen en la Cámara de Representantes. Hasta ahora, estos últimos han apoyado las iniciativas del presidente, como la voluntad de reducir los impuestos, en particular para los más ricos, así como de congelar la contratación de funcionarios públicos. Sin embargo, ¿qué pasará si el gobierno de Estados Unidos intenta realmente ponerle fin al tratado de libre comercio con México y Canadá? Buena parte de los intereses afectados a corto plazo por tal decisión no serían de la base del Partido Demócrata (los sindicatos por ejemplo), sino los empresarios (que hacen parte de la base republicana de manera general) que han venido sacando provecho del TLCAN para aumentar las ganancias de sus empresas. Si bien Donald Trump acaba de acceder al cargo más poderoso del mundo, tendrá que someterse, como todos sus antecesores en el puesto, a la dura regla del juego político.

* Director Ejecutivo del Observa-torio Político de América Latina y el Caribe (OPALC), con sede en París.

Twitter: @Gaspard_Estrada