Marcial Rodríguez Saldaña
Septiembre 20, 2018
En artículos anteriores me he referido al tema de la Cuarta Transformación en México que en mi opinión debe pasar necesariamente por la transformación –regeneración– de todos los poderes públicos del Estado mexicano, entre los cuales deben incluirse los poderes de las entidades federativas.
1.- El sistema político autoritario que se instauró después de la Revolución Mexicana de concentración excesiva del poder en el presidente de la República, se replicó en las entidades de la federación, en muchos casos con mayor énfasis. Hasta mediados de la década de los años setenta, muchos estados estuvieron gobernados por militares, que no habían participado en la revolución, pero que tenían una formación con mentalidad de mano dura que en muchos casos devino en la represión hacia sectores de la población. Los gobernadores en el período del partido hegemónico mantuvieron el control absoluto de los poderes Legislativo y Judicial, lo cual no se ha modificado sustancialmente en la época reciente de alternancia en el poder federal ni en el poder local independientemente del partido que gobierne.
2.- El control de los gobernadores de los otros poderes ha derivado en violaciones graves a los derechos humanos, de complicidades y colusión con la delincuencia organizada y de corrupción extrema como los casos recientes de Javier Duarte en Veracruz, César Duarte en Chihuahua, Roberto Borge en Quintana Roo, Tomás Yarrington en Tamaulipas, Ney González en Nayarit, José de Jesús Reyna en Michoacán y Guillermo Padrés en Sonora entre tantos. Es por ello que debe llevarse a cabo una profunda revisión del modelo de organización y funcionamiento de los poderes de los estados para inhibir los excesos en que han derivado. A nivel de participación ciudadana debe aprobarse la revocación de mandato de todos los representantes de elección popular –que incluya gobernadores, diputados, y miembros de los Ayuntamientos– de tal manera que cualquier abuso de poder tenga un medio eficaz de control popular que conlleve la destitución del encargo de quienes violen las leyes, los derechos humanos y cometan actos de falta de probidad y honradez.
3.- El Poder Judicial generalmente ha sido dependiente de los gobernadores toda vez que son éstos quienes nombran a los magistrados y los diputados locales normalmente los ratifican, razón por la cual guardan gratitud y dependencia hacia el Poder Ejecutivo. Es necesario que el sistema de selección de magistrados del Tribunal Superior de Justicia se modifique mediante un proceso abierto y transparente, para que en caso de vacantes mediante convocatoria pública se dé oportunidad de concursar a cualquier juez, abogado litigante, docente o investigador, para que se sometan al escrutinio público –en donde cualquier ciudadano pueda señalar alguna conducta indebida en su trayectoria– y con base en sus méritos profesionales puedan ser evaluados en sesión pública por los diputados locales. Se trata que en el futuro no intervengan los gobernadores en el nombramiento de jueces y magistrados para asegurar la independencia del Poder Judicial, su profesionalización y la impartición imparcial de la justicia.
4.- Los Congresos de las entidades de la federación son muy obesos, tienen demasiados legisladores y muy pocos resultados; por ello es indispensable que se reduzca su número para evitar un gasto inútil, mejorar su profesionalización y someter su actividad al constante escrutinio de los ciudadanos. Tomando como base la nueva forma de integración del Congreso de la Ciudad de México en la nueva Constitución, ratificada por la Suprema Corte de Justicia de la Nación, debe modificarse el sistema actual de elección mixto por mayoría relativa preponderante y representación proporcional para dar paso a un sistema mixto en donde el 50 por ciento de los legisladores se elija bajo el sistema de mayoría relativa y el otro 50 por ciento se elija por el sistema de representación proporcional, de tal forma que no exista sobre ni subrepresentación como ha sido la regla bajo el régimen político autoritario y así cada patido esté representado en proporción lo más exacta a sus votos y se garantice la equidad de género.
5.- Los diputados integrantes de los Congresos de los estados, salvo honrosas excepciones, generalmente han sido subordinados de los gobernadores en turno, independientemente del partido al que pertenezcan. Existe una imagen de los legisladores locales muy negativa en la opinión pública. Esto es así porque han sido comparsas de las tropelías de los gobernadores a cambio de muchas monedas. Han deshonrado la representación que les ha otorgado el pueblo toda vez que han abdicado su función de control del Poder Ejecutivo, puesto que han permitido y han sido cómplices de la corrupción que campea en los gobiernos locales, particularmente en los gobernadores. Es necesario entonces aprobar la revocación de mandato de los diputados que no cumplan con su función. Para garantizar un mayor control del gobierno local es indispensable incluir la ratificación del gabinete y la moción de censura, de tal manera que se cumpla con el principio de la división de poderes en las entidades federativas.