Murió Rafael Ramírez Heredia
Hace poco más de un año, en Gijón, celebramos que ganara el Premio Dashiell Hammet de la Semana Negra. Allá charlamos buenas horas con ese hombre que detrás de la bronca apariencia escondía a un ser tierno, amistoso y leal. Rafael Ramírez Heredia ha muerto cuando estaba en plena madurez productiva como escritor y había dado la que, creo, será su obra más perdurable: La Mara, en la que nuestro querido Rayo Macoy elaboró una atmósfera densa, agobiante; una obra en la que describe el submundo de la gran pandilla trasnacional para ofrecer el drama de los pobres de la tierra, de sus peregrinaciones en busca del pan, de su degeneración y a fin de cuentas de su desesperanza. Alguien compró los derechos de La Mara para llevarla al cine. Vano empeño. La lectura de esa novela resulta fascinante, pero lo es precisamente porque se trata de una sólida construcción literaria, un monumento hecho de palabras, un altar levantado a golpes de lenguaje, con personajes sumidos en una angustia contagiosa; una galería de antihéroes situados en la frontera, en los límites de dos países, entre la vida y muerte, viajante hacia todos los rumbos y prisioneros de todas las desgracias. La Mara y otras historias de Ramírez Heredia son su legado. Sus lectores lo seguiremos admirando por esas páginas, pero lo recordaremos también por las anécdotas compartidas y por la no pequeña leyenda que se formó alrededor del taurófilo irredento o del ciudadano que, como lo hizo en 1988 durante la irrupción neocardenista, cumplió con naturalidad, sin pedir reconocimiento, tareas que le pudieron costar la libertad y hasta la vida. Porque el Rayo era como un buen personaje de la mejor literatura: contradictorio, fuerte, firmemente trazado, tan apto para la vida que ni la muerte lo pudo sorprender. ¡Olé, Rayito!
¿Encuesta o quemadero?
La sección cultural del diario Reforma publicó una encuesta entre 53 integrantes del gremio intelectual, a quienes se presentó una lista de siete nombres y se les preguntó a quién consideraban como más adecuado para ocupar la presidencia de Conaculta. De los entrevistados, 17 dijeron que Lourdes Arizpe, seis se manifestaron por Sergio Vela, cuatro por Consuelo Sáizar, dos por Lolita Béistegui y otros tantos por Sabina Berman, uno por Román Revueltas y otro por Sealtiel Alatriste. Lo curioso es que Gerardo Estrada, sin estar en el pelotón, resultó el elegido por 18 de los encuestados, quienes también mencionaron a Ignacio Durán Loera, quien desde el sexenio de López Portillo se ha mantenido trabajando junto a Juan José Bremer. Otros mencionados son Ana Cristina García Cepeda, Lucina Jiménez, Jaime Nualart, Alejandro Ordorica, Andrés Roemer, Raúl Zorrilla, el poeta Dionisio Morales, Enrique Krauze y Paco Ignacio Taibo II, a quien seguramente le repugnará la idea de servir a la derecha. Uno de los incluidos declaró a este columnista que se trataba de “una grilla”, otro se mostró indiferente a la encuesta y un tercero, molesto, comentó que el asunto se resolverá en el cuartel de campaña de Felipe Calderón, no en los periódicos.
Se estrena El cuarto azul
Otto Minera es hombre de teatro. Muchos años ha pasado en los escenarios y alrededor de ellos. Ama el fenómeno dramático y lo ha abordado como actor, director y ahora como traductor de una obra, The blue room, de David Hare, que a su vez es una adaptación libre de La Ronde, de Arthur Schnitzler, que originalmente fue un conjunto de sketches que al estrenarse en 1921 motivaron un juicio por obscenidad contra el autor. David Hare retomó esas historias y les dio una ubicación en el mundo de hoy, con dos actores que interpretan varios personajes “cuyas vidas sexuales se entrelazan como los eslabones de una cadena”, dice Minera, porque El cuarto azul es, sobre todo, “una brillante meditación sobre los hombres y las mujeres, el sexo y las clases sociales, los actores y el teatro”. La dirección escénica está a cargo de Mauricio García Lozano y los actores son Plutarco Haza y Patricia Llaca. El estreno será el próximo viernes 3, en el teatro Julio Prieto, antes Xola.
Presentaron el disco Personae
El jueves, en el museo El Eco, se presentó el disco Personae, coproducción de Motín Poeta, la revista DF e Instrumenta Oaxaca, que se halla en receso obligado. En la grabación participaron Guillermo Galindo, Alejandra Hernández, Manuel Rocha, Javier Álvarez, Carole Chargueron, Víctor Manuel Rivas Dávalos, Gonzalo Macías, Roberto Morales, Antonio Fernández Ross y Rogelio Sosa. Junto a ellos intervinieron Carla Faesler y Rocío Cerón, fundadoras de Motín Poeta, y los también motineros Myriam Moscona, Julio Trujillo, Luis Felipe Fabre, Ernesto Lumbreras, Mónica Nepote, Eduardo Padilla, José Eugenio Sánchez y el maestro Gerardo Deniz. Fungió como presentador el crítico Guillermo Santamarina. Se trata, hasta donde entendemos, de una creación interdisciplinaria en la que “los límites son transgredidos para formar piezas que recrean un todo inscribiéndose en una línea de vida”. Los interesados pueden dirigirse a [email protected]
Breviario…
Un gentío acompañó a Saúl Juárez la noche del lunes, cuando la embajadora de España, Cristina Barrios, le impuso la Orden de Isabel la Católica. Por ahí estaban Sari Bermúdez, Rafael Tovar (“acabo de regresar”, dijo), Fernando Serrano Migallón, Vicente Quirarte, Carlos Montemayor, Eduardo Langagne, José Luis Cuevas, Mario Lavista, Benito Taibo, Miguel Ángel Pineda y alrededor de 187 candidatos a la presidencia de Conaculta. @@@ El viernes, en el centro cultural Jaime Torres Bodet de Ciudad Nezahualcóyotl, se inauguró el mural efímero Piñanacochafímero o “segunda pinta rupestre” del colectivo Neza Arte Nel, que cumplió siete años “chafeando el arte”. Los interesados en el quehacer de Neza Arte Nel pueden abrir su página de Internet: www.fotolog.com.ciudadnezia (sic). @@@ Hubo un cambio y no fue el miércoles pasado, sino que será hoy a las 19 horas, en el teatro Wilberto Cantón, cuando Héctor Anaya presente sus calendarios culturales. Actuarán como presentadores María Rojo y Carlos Montemayor. @@@ Dice Víctor Hugo Rascón Banda que los diputados aprobarán en diciembre la Ley del Libro. Está por verse.