EL-SUR

Martes 23 de Abril de 2024

Guerrero, México

Opinión

LA REPÚBLICA DE LAS LETRAS

Humberto Musacchio

Noviembre 13, 2006

En una carta que le envía el pintor Benjamín Romero Duarte a Marcelo Ebrard, le pide que
tome en cuenta a la comunidad intelectual para nombrar al próximo secretario o secretaria
de Cultura del Distrito Federal, quien deberá contar con reconocimiento como “creador,
investigador o docente con una cultura interdisciplinaria”. El equipo de trabajo –agrega
Romero Duarte– “debe estar igualmente constituido por profesionales de las artes en
áreas como literatura, música, danza, teatro, artes plásticas, cine, arquitectura
complementadas con áreas de investigación, nuevas tecnologías, promoción y difusión”.
Propone también integrar un consejo asesor “real, no simbólico”; descentralizar las
actividades de cultura que ahora se realizan en el Zócalo, recuperar el Museo de la Ciudad
para esa función y no darle otros usos; crear una estación cultural de radio (el gobierno
capitalino tiene una frecuencia que debe rescatar) y un canal de televisión; incrementar el
número de las casas de cultura, sobre todo en el norte de la ciudad, y aumentar sus
presupuestos así como facilitar gratuitamente y temporalmente los espacios a los gremios
artísticos y promotores culturales para foros, exposiciones, recitales y conciertos; y dar
incentivos fiscales a las empresas pequeñas capitalinas de teatro, danza y música.
Romero Duarte señala que la comunidad artístico-intelectual espera que no se integre una
Secretaría de Educación y Cultura. Los interesados en suscribir este y otros documentos
del mismo tenor pueden ponerse en contacto con Romero Duarte en
[email protected]
Extrañas cosas de la Internet
Me llegó un correo en portugués desde una dirección que antes de la arroba dice
“yorkagamarra”. Me declaraba “Bem vindo a lista de discussão Anp_español” (bienvenido a
lista de discusión Anp_español). Me pedía confirmar mi inscripción y me daba varios sitios
de Internet donde podía obtener más información. Me imaginé que se trataría de un chat o
alguna de esas cosas donde cualquiera puede postular que la luna es cúbica y todos los
participantes se empeñan en demostrar que el ponente está equivocado, pues como todo
mundo sabe es cilíndrica. Por supuesto borré ese correo que ignoro cómo me llegó, pero
lo más extraño vino después, cuando me llegó un correo –y eso sí es cierto– de Isidoro
Aramburu, desde Ushuaia, Argentina, diciéndome en español que se adhería a la lista.
Cacia Cortez, no sé de dónde, amistosa me puso: “Hola, confirmo minha asesão a la lista”.
Isabella Kenfield, de Estados Unidos, coincidió parcialmente conmigo, pues empezaba
informándome: “Não sei como eu cheguei nessa lista” (no sé cómo llegué a esa lista),
pero agregaba: “mas gostaria ser tirado. Por favor. Obrigada”. Pedía no ser tirada, como
parece, sino incluida. Lo pedía por favor y hasta adelantaba las gracias. Ahora, ignoro por
qué razón, me llegan correos en los que hasta me ruegan que incluya a los remitentes en
la lista de marras, que tal vez pretenda ganar adeptos para una nueva religión, incautos
para una pirámide o reclutas para combatir en Irak, pero en cualquier caso nada tengo qué
ver con el asunto. Trampas de la Internet.
Tres historias de Humanismo
Humanismo es una revista cultural olvidada, pese a que en ella escribieron don Jesús
Silva Herzog, Alfonso Reyes, Andrés Eloy Blanco, Paul Westheim, Margarita Nelken y la
entonces casi niña Margarita Paz Paredes. En esas páginas se cuenta que durante una de
las visitas que Rodolfo Usigli hizo al viejo Bernard Shaw éste le preguntó de dónde era, a lo
que respondió nuestro dramaturgo: “De México”. Shaw reviró provocador: “Y eso qué es,
barra o estrella”. Y Usigli puso en su lugar al irlandés al contestarle: “Ni una ni otra cosa por
la misma razón que Irlanda no es cola del ratón ni cabeza del león (del león británico, se
entiende). Cuenta también Humanismo, la publicación que dirigía el peruano Mario Puga,
que la “excelente novelista inglesa Catherine Mansfield… dijo una vez a Gabriel d’Annunzio
una frase que éste hubiera dado un brazo por crear: La experiencia es como el sol: madura
los frutos y marchita las flores”. Otra anécdota sacada de la misma revista: “Una colegiala
se precipitó sobre José Clemente Orozco a la salida de una exposición en Bellas Artes y,
colmándole de elogios, le pidió que firmara la foto que llevaba en la mano. ‘Pero señorita
–objetó el pintor– éste es el retrato de Diego Rivera’ No importa, respondió alegremente la
admiradora, y Orozco sacó su estilográfica y firmó: ‘David A. Siqueiros’”.
De buenas intenciones están
llenos…
Los defensores de la Ley del Libro dicen que al quitarle a las grandes librerías la
posibilidad de vender con descuento, las pequeñas librerías podrán competir exitosamente
con las primeras. Si eso fuera cierto, desde hace mucho tiempo hubieran desplazado del
mercado a Sanborns, que vende al precio máximo que establece el editor. Pero lo cierto es
que mientras la gran cadena de tiendas con cafetería crece en forma apabullante, las
pequeñas librerías viven siempre al borde de la quiebra. Es más, muchas poblaciones
contaron con un mercado de libros hasta que a Carlos Slim se le ocurrió instalar uno de
sus restaurantes con expendio de impresos anexo, lo que ha creado nuevos lectores y
llevado a los existentes una oferta de títulos con la que antes no contaban. Alguien dijo que
concentrarse la venta de libros en pocos lugares por efecto de los descuentos, “la oferta y
la variedad de libros se restringe también a los best sellers” y de las “novedades que se
producen cada mes, muy pocas sobreviven en librería”. Lo cierto es que no existe una
relación causa-efecto entre descuento y venta de best sellers, pues éstos son los títulos de
mayor venta en la citada cadena Sanborns, donde no hay descuentos, en cambio, como
puede constatarlo cualquier cliente observador, la proporción de best sellers en las ventas
totales de las librerías de descuento es mucho menor. En lo que se refiere a la
sobrevivencia de las novedades, tampoco hay pruebas de que su vida sea más corta en las
librerías de descuento que en las otras. Más bien las cosas son al revés y los señores
diputados deben tenerlo presente.