EL-SUR

Martes 23 de Abril de 2024

Guerrero, México

Opinión

LA REPÚBLICA DE LAS LETRAS

Humberto Musacchio

Noviembre 21, 2017

Falleció Álvarez-Gayou

En la Ciudad de México, donde nació en 1940, falleció Juan Luis Álvarez-Gayou Jurgenson, quien fundó en 1979 el Instituto Mexicano de Sexología, primer organismo de su tipo creado en México. Álvarez-Gayou era médico cirujano egresado de la UNAM, maestro en pedagogía por la Universidad Pedagógica Nacional, doctor en investigación en sicología por la Universidad Iberoamericana y educador y terapeuta sexual certificado por la Association of Sex Educators, Counsellors and Terapists de Washington. Miembro del Consejo Mexicano de Psiquiatría y de la Asociación Psiquiátrica Mexicana y presidente de la Asociación Mundial de Sexología. Fue director de Prevención del Censida, editor de la revista Archivos Hispanoamericanos de Sexología y autor de Sexoterapia integral (2011), Sexualidad: los jóvenes preguntan (2012), Educación de la sexualidad, ¿en la casa o en la escuela? (2014) y Homosexualidad, bisexualidad, travestismo, transgeneridad y transexualidad: derrumbe de mitos y falacias, entre varias obras escritas individualmente o en coautoría.

Falsa imagen de Goertiz

Un par de amigos bienintencionados le reclamaron a este republicano porque señaló que en el libro de la recientemente fallecida Lily Kassner sobre Mathias Goeritz, la autora no sólo omite el pasado nazi de éste, sino que incluso lo considera un callado opositor del régimen hitleriano. Pero los hechos son los hechos. Escribió la investigadora que la “trayectoria vital” del artista alemán estuvo “regida por una profunda convicción religiosa, (que) se significa por el rechazo al autoritarismo y la intolerancia que lo llevó a elegir el amargo pan del exilio antes que someterse a la complicidad o aquiescencia de la infamia que proponía en su patria el nazismo”, el que –agrega Kassner– lo llevó a “huir” de Alemania en 1941. En realidad no huyó, sino que fue a España como funcionario del servicio consular alemán y de ahí fue enviado a Tetúan, Marruecos, donde no tuvo que probar el “amargo pan del exilio”, pues era funcionario del gobierno hitleriano como profesor de lengua alemana y “representante cultural en el Instituto Alemán de Tetuán). Al término de la Segunda Guerra Mundial, dice Kassner, recibe una invitación “para ir a Berlín y disfrutar de los derechos de su postura antinazi que declina”. En realidad no tuvo tal postura antinazi, sino que no quiso arriesgarse a ser juzgado por su pasado como funcionario del gobierno de Adolfo Hitler. Por eso, prefirió ir a la España franquista que protegió a numerosos fascistas perseguidos por crímenes de guerra e incluso, en ese tiempo Goeritz no figuraba públicamente con su nombre, sino que adoptó el seudónimo de Magó. El traslado a México en 1949, de acuerdo con una versión, o en 1951 según otras fuentes, fue para él su salvación y tal vez la de su alma, pues en su afán de ser reconocido como antifascista estableció una importante red de relaciones con la comunidad judía y prominentes católicos.

Comisión de Mexicanidad

Aunque usted no lo crea, existe en el Senado una Comisión de Rescate y Gestión a (sic) la Mexicanidad, que para la priista Rocío Pineda Gochi, presidenta de ese órgano, tiene como fin “la preservación de las raíces y el nacionalismo” mediante el establecimiento de “bases que permitan no sólo promover nuestras tradiciones, valores y costumbres, sino también difundir la riqueza cultural mexicana y a su vez, impulsar las investigaciones sociales que den cuenta de lo que significa ser mexicano o mexicana”, algo que necesitan urgentemente los integrantes del gobierno federal, convencidos como están de que la capital mexicana es Washington. Los secretarios de tan importante órgano senatorial (sin albur) son la panista Marcela Torres Peimbert y el petista Zoe Robledo. En fin, lo que hacen “nuestros” legisladores con tal de ganar más de 200 mil pesos mensuales.
Se despide Cinetoma

Apareció el número 52 y último de Cinetoma. Revista Mexicana de Cinematografía, publicación editada por la firma Paso de Gato, y en verdad es una lástima que salga de circulación esa revista espléndida que dirigió con gran acierto José Sefami y tuvo como subdirectores a Jaime Chaubad y Sergio Raúl López. En esas páginas aparece una crónica firmada por Sabina Berman de la reunión sobre el TLCAN con el secretario de Comercio, Ildefonso Guajardo, a la que asistió un grupo de personas y personajes de la cultura previamente escogidos por María Cristina García Cepeda. La rigurosa selección al convite no impidió que, por ejemplo, la productora de cine Mónica Lozano le informara a Guajardo y a Maraki (¿o ya lo sabrían?) que las películas gringas cobran 60 por ciento de la taquilla, contra sólo 30 por ciento que se paga a las producciones mexicanas. La propia Sabina recordó que plataformas como Netfix y Amazon venden lo gabacho en todo el mundo, pero lo de cualquier otro país sólo en su mercado local, cosas que para el secretario de Comercio nada tienen qué ver con el TLC. En fin, que los mexicanos debemos apercibirnos para la negociación en curso del Tratado, pues con estos funcionarios, sólo Estados Unidos puede esperar algo bueno.