EL-SUR

Viernes 19 de Abril de 2024

Guerrero, México

Opinión

LA REPÚBLICA DE LAS LETRAS

Humberto Musacchio

Mayo 15, 2006

Responde el INAH al madruguete
Ante el acuerdo del Senado que otorga a las legislaturas de los estados la facultad de legislar sobre patrimonio paleontológico, arqueológico e histórico, el Instituto Nacional de Antropología e Historia declaró que nunca se le consultó sobre el asunto, pese a ser la autoridad en la materia, y señala que no se valoró la viabilidad técnica, financiera y social de entregar esa responsabilidad a los estados. La reforma, dice el INAH, carece de razonamientos sustentados en la doctrina y en la vasta experiencia de nuestro federalismo; contraviene el principio recogido por la ley de que el referido patrimonio es propiedad de la nación y su preservación de interés general, no local; imposibilitaría al Congreso de la Unión para emitir disposiciones que regulen esa riqueza y por lo tanto es contraria al criterio de que ese patrimonio es propiedad de la nación, inalienable, imprescriptible y no susceptible de trasmitirse a los estados, municipios, comunidades o particulares y, consecuentemente, su legislación corresponde al Congreso federal. Los senadores ignoraron una tradición que se remonta a las leyes de Indias, según la cual ese patrimonio pertenecía a la Real Propiedad, por lo que al independizarse México se estableció el criterio de que esos bienes eran patrimonio nacional y se reservó la facultad de su custodia, conservación y estudio a la Federación, lo que es ley desde 1897, y que al crearse el INAH la nación se daba un órgano técnico y profesional altamente especializado con autoridad plena y única en la materia. Por añadidura, la reforma creará conflictos de actuación por los compromisos internacionales contraídos por México en convenciones, tratados y otros documentos. ¿Seguimos?
Mundial de fut, libros y policías
La semana pasada arrancó en Nezahuacóyotl el Torneo de Futbol, Literatura y Policía. En conferencia de prensa realizada en la librería Elena Poniatowska de esa ciudad, el escritor Juan Hernández Luna, coordinador del programa Literatura siempre Alerta, dio a conocer la mecánica del torneo y lo singular del mismo ya que los jugadores –policías del municipio– portarán en su playera el nombre de un literato y tendrán la obligación de conocer su vida y obra. Paralelamente habrá conferencias sobre literatura y futbol impartidas por Juan Villoro, Rolo Díez, Felipe Garrido, Jorge Belarmino, Víctor Ronquillo y otros escritores. Desde hace un año, el gobierno municipal de Neza echó a andar entre los integrantes del cuerpo de policía un programa que comprende círculos de lectura y redacción de textos, en la idea de que la literatu-ra amplía horizontes, fortalece la ética personal y social y fomenta el humanismo. La patada inicial la dio el futbolista retirado Pedro Pineda, nativo de Nezahual-cóyotl, quien fuera seleccionado nacional. El certamen concluye el próximo 24 de mayo.
Megainvitaciones de la megabiblioteca…
Mañana, a las 12 horas, el presidente Vicente Fox inaugurará oficialmente la Biblioteca Pública José Vasconcelos, la obra mayor del sexenio en el ámbito cultural. A nadie escapa que la apertura del inmenso edificio se adelantó por razones de conveniencia electoral. Pero es lo de menos. Ya habrá tiempo de reparar averías y completar lo necesario. Lo cierto es que el proyecto arquitectónico de Alberto Kalach entrará en funciones de inmediato y los habitantes de la colonia Guerrero, Tlatelolco y áreas aledañas contarán desde mañana con algunos de los servicios que se ofrecerán en la mole de Aldama y el Eje Uno Norte, y no Insurgentes y Mosqueta, como dice erradamente la megainvitación que mide 25 por 25 centímetros e incluye un dibujo arquitectónico (un corte frontal). Un atractivo más de la inauguración será la ballena de Gabriel Orozco. Por lo pronto, con todas las críticas que se puedan y quieran hacer, debe reconocerse lo positivo de contar con un recinto de grandes proporciones para albergar lo que algún día será el mayor fondo bibliográfico del país.
Laco Zepeda ataca de nuevo
La política lo apasiona, pero indudablemente lo de Eraclio Zepeda son las letras. Lo confirman los juicios sobre Las grandes lluvias, su primera novela y primera también de lo que sería una trilogía y que ahora parece que se convertirá en una tetralogía, una serie de cuatro novelas en las que el escritor chiapaneco ha venido trabajando en los últimos años en forma apasionada, cabal. La presentación de Las grandes lluvias será en próximo jueves 18, a las 18:30 horas, en la librería Rosario Castellanos del Centro Cultural Bella Época, situado Tamaulipas y Benjamín Hill, en la colonia Condesa. Los presentadores serán Ana Clavel, Vicente Quirarte y Emmanuel Carballo, un trío de lujo para celebrar el regreso de Laco a la literatura.
Murió Margarita López Portillo
Cuando su hermano José llegó a la presidencia de la República, Margarita López Portillo y Pacheco había publicado libros como La de los laureles, por el que recibió el Premio El Universal en 1952; Sólo el viento, de 1964, Tierra bronca, de 1962, y Los días de la voz, de 1975. Su obra más conocida era Toña Machetes, ganadora del Premio Lanz Duret en 1955 y posteriormente llevada al cine. En 1956 había recibido el Premio Sor Juana Inés de la Cruz y veinte años después, al recibir su hermano la banda presidencial, ella era maestra en letras por la UNAM y había hecho en el sector público una modesta carrera, pues el amor fraterno le consiguió, entre otros cargos, el de directora del Museo Tecnológico de la Comisión Federal de Electricidad. Ya presidente, su hermano la hizo directora general de Radio, Televisión y Cinematografía, de la Secretaría de Gobernación, y coordinadora del Teatro de la Nación del IMSS (1976-82). Durante su gestión, los medios electrónicos del Estado fueron manejados caótica y onerosamente, la producción fílmica cayó a los niveles más bajos de los anteriores 40 años, se incendió la Cineteca Nacional (1981), prestigiados cineastas fueron hostilizados y a varios de ellos los puso en prisión. Así, quedó en el recuerdo de los mexicanos, pero no por su producción literaria, sino por hacer del cine zona de desastre en aquel sexenio de frivolidad y excesos.