EL-SUR

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Opinión

La República o la extrema derecha: el dilema de Francia

Gaspard Estrada

Mayo 03, 2017

El pasado domingo 23 de abril, por vez primera en la historia de la Quinta República, los dos partidos que se han alternado en el gobierno, el Partido Socialista y el partido Los Republicanos, no llegaron a la segunda vuelta de la elección presidencial francesa. Los dos finalistas, el centrista Emmanuel Macron y la candidata de la extrema derecha, Marine Le Pen, han emprendido un maratón que los llevará, o no, al Palacio del Elíseo. El ex ministro de Economía Macron, que llegó en primer lugar con el 24 por ciento de los votos, pronunció un discurso ante sus seguidores en el palacio de convenciones de la puerta de Versalles, en París, y nombró la segunda vuelta electoral como una disputa entre “conservadores” y “progresistas”, al tiempo que decidió organizar un festejo con su equipo cercano en el famoso restaurante parisino La Rotonde. Frente a ello, la candidata del Frente Nacional, Marine Le Pen, decidió tomar la iniciativa política al calificar a su adversario como el candidato del “sistema financiero y oligárquico”, no sólo por el perfil de Macron (un ex banquero de negocios del banco Rothschild), sino por su voluntad de defender a la Unión Europea y al euro. El pasado miércoles, los dos candidatos protagonizaron un acalorado embate dentro de una fábrica de la empresa Whirlpool, que está a punto de cerrar sus puertas por la voluntad de sus accionistas de trasladarla a Polonia, donde los costos son inferiores. Marine Le Pen posó frente a las cámaras junto a los militantes de su partido, al tiempo que Macron fue abucheado por una parte de los obreros de la fábrica. Después de un discurso tenso, Macron logró convencer a la mayor parte de los obreros de que su candidatura no representa al “sistema financiero” como lo dice la candidata de la ultraderecha. Sin embargo, esa imagen quedó grabada en los lentes de las cámaras de televisión, y el balance de la semana fue negativo para el candidato centrista. Las encuestas de opinión publicadas durante el fin de semana dieron cuenta de una ligera caída de su candidatura.
Es por eso que, durante el fin de semana, el equipo de este último decidió reaccionar ante las críticas de su adversaria y de la prensa en general, cambiando en primer lugar su eslogan y su afiche de campaña. Sobre todo, un mitin de gran envergadura fue organizado el lunes en la afueras de París, ante más de 12 mil personas. Emmanuel Macron dejó de lado su discurso entre “conservadores” y “progresistas” (que era aprovechado por la candidata del Frente Nacional para crear una dicotomía entre los “nacionalistas” frente a los “globalifílicos”) para presentarse ante los electores como el baluarte de la defensa de la República frente al extremismo encarnado por la candidatura de Marine Le Pen. Esta estrategia, además de agregar más votos de cara a la segunda vuelta electoral el próximo domingo, también le permite tener un horizonte más amplio. En efecto, en Francia quién gobierna según la constitución no es el presidente, sino el primer ministro, que es ratificado por la mayoría del Congreso. De manera general, el primer ministro es del mismo partido que el presidente, lo que provoca que este último sea quien tenga el control efectivo del gobierno. Sin embargo, en tres ocasiones, el presidente y el primer ministro no fueron del mismo partido, lo que produjo una “cohabitación” a la cabeza del Estado francés. En este caso, es posible que nos encontremos ante una situación inédita, en la cual el vencedor de la elección no disponga de una mayoría en el Congreso, que se renovará totalmente después de las elecciones legislativas de junio, por el hecho que sus partidos, ¡En Marcha! y el Frente Nacional, no disponen al día de hoy de una estructura electoral. No puede descartarse tampoco que el pueblo francés decida darle una mayoría política al nuevo gobierno, pero por el momento se trata de pura futurología. Sin embargo, en dado caso que el nuevo presidente (o presidenta) no obtenga una mayoría para gobernar a raíz de la fragmentación del nuevo Congreso, la crisis política que azota a Francia y a Europa no se acabará pronto.
* Director Ejecutivo del Observatorio Político de América Latina y el Caribe (OPALC), con sede en París.

Twitter: @Gaspard_Estrada