EL-SUR

Viernes 26 de Abril de 2024

Guerrero, México

Opinión

La resiliencia de las democracias europeas frente a la extrema derecha

Gaspard Estrada

Septiembre 11, 2019

En los últimos días la vida política de la Unión Europea ha pasado por una serie de acontecimientos políticos muy importantes. En el Reino Unido, contrariamente a lo que se pronosticaba hasta hace poco, el ex alcalde de Londres, Boris Johnson, no logró su cometido de imponer una salida no negociada del Brexit al Parlamento inglés. Si bien no existe una definición de lo que sucederá en las próximas semanas – en particular si el Brexit se llevará a cabo o si Boris Johnson se mantendrá en el cargo de primer ministro– queda claro que la clase política británica, en particular en el seno del partido conservador, ha decidido ponerle un alto a los impulsos autoritarios del actual primer ministro. En Italia, el líder del partido de extrema derecha Liga del Norte, Matteo Salvini, fracasó en su intento de obtener unas elecciones anticipadas que le hubieran permitido gobernar libremente. Frente a él, el Movimiento 5 Estrellas, que defiende la anti política, y el Partido Democrático, el partido heredero de la izquierda italiana, decidieron dejar de lado sus conflictos y asumieron construir un gobierno de coalición. Como resultado, el primer ministro Giuseppe Conte, un antiguo profesor universitario, pudo reconstruir un nuevo gabinete, compuesto por personalidades de ambos partidos y así evitar una crisis institucional, que hubiera tenido consecuencias imprevisibles para el futuro de Italia, y más generalmente, para el futuro de la propia Unión Europea.
En efecto, el futuro de la Unión Europea, este objeto político no identificado para retomar una de las formulas de la ciencia política francesa, ha sido el objeto de múltiples debates en los últimos años. La llegada de la crisis económica y financiera de 2008, la multiplicación de las críticas al funcionamiento de las instituciones y el aumento del número de gobiernos abiertamente contrarios a los principios fundadores de la Unión Europea ha suscitado en el seno de los medios y de las élites políticas y económicas, el miedo a una dislocación de la Unión Europea. Y no es para menos, tomando en cuenta la historia de Europa: hoy en día se vive el tiempo de paz más largo desde finales del siglo XVIII. Nunca antes había existido un ente supranacional capaz de fórmulas políticas públicas, de arbitrar disputas por el medio del derecho, y de elaborar planes de acción para disminuir las desigualdades entre las diferentes regiones de los 28 países miembros. Sin embargo, con el paso del tiempo, el fin de la Unión Soviética, y la llegada del desempleo masivo y de la pérdida de oportunidades para las clases medias, las críticas sobre el carácter opaco de la construcción europea han ido en aumento. Si bien el proyecto de los fundadores de esta Unión, Jean Monnet, Robert Schuman, Alcido de Gasperi y Paul Henri Spaak, entre otros, era crear a final de cuentas una federación europea democrática, en primer lugar era indispensable fundar instituciones fuertes, que sean capaces de impedir cualquier regreso a un conflicto armado.
Sin embargo, para ello, los creadores de la Unión Europea tuvieron que crear un organismo burocrático, supranacional: la Comisión Europea. En un primer momento, este organismo tenía poco impacto y peso en la política de la región. Pero conforme fue pasando el tiempo y la comisión fue adquiriendo peso, los Estados miembros comenzaron a quejarse de este peso. Más recientemente, fue la sociedad civil de la región que comenzó a criticar el peso de la Comisión Europea, una instancia no electa que tiene actualmente un peso político muy importante. Cuando la crisis financiera de 2008 llegó, buena parte de la opinión pública juzgó que esta Comisión era la responsable por la falta de empleo y de oportunidades, así como por la crisis de la democracia en la Unión Europea. Es en este contexto que emergieron los partidos y liderazgos de la extrema derecha, que critican la democracia representativa, así como el proceso de integración en la Unión Europea. Sin embargo la respuesta de la ciudadanía en las urnas y la responsabilidad institucional de las formaciones políticas europeas, han evitado que la desconstrucción de la Unión Europea como objeto político sea una realidad.

* Director Ejecutivo del Observatorio Político de América Latina y el Caribe (OPALC), con sede en París

Twitter: @Gaspard_Estrada