EL-SUR

Viernes 19 de Abril de 2024

Guerrero, México

Opinión

La SEP y la CNTE; “es México, güey, capta” 

Jorge Zepeda Patterson

Julio 31, 2016

La reforma de la Secretaría de Educación está más entrampada que Lord Audi, el tripulante sorprendido por un video en el momento de agredir a un ciclista. Por más que argumente que el de la bicicleta lo molestaba porque no lo dejaba pasar (en un carril destinado a bicicletas) y que el policía que intentó detenerlo no tenía atribuciones porque era bancario y no de tránsito, el video viralizado en redes sociales no deja ninguna salida a este mirrey de pacotilla. Una vez que fracasaron sus esfuerzos para imponer su estatus social o amedrentar con el nombre de su padre sólo le quedó apelar a la madre de todas las argumentaciones: “Es México, güey, capta”.
Aurelio Nuño, secretario de Educación, puede decir misa sobre las virtudes de la reforma pedagógica (que como se ha dicho muchas veces es en realidad una reforma laboral), pero a estas alturas prácticamente está muerta. Puede invocar el apoyo de sus tutores, Peña Nieto mismo y su poderoso ministro Luis Videgaray, y puede desgañitarse afirmando que sus propuestas representan la modernidad y la civilización frente el atavismo clientelar y anacrónico que entrañan los privilegios del sindicato magisterial. Pero aun si tuviera razón, lo cual está sujeto a controversia, el hecho es que las posibilidades de su reforma son tan grises como el aire del Valle de México.
La verdad es que en este momento el costo político de reprimir a los maestros que toman carreteras y vías públicas resulta absolutamente prohibitivo para el gobierno federal. La misma opinión pública que exige poner un alto a los desmanes, demandaría cabezas y dimisiones ante el muy probable derramamiento de sangre que supondría una acción violenta de parte de las autoridades. Los inconformes han dejado en claro que están dispuestos a llevar la confrontación hasta sus últimas consecuencias, y estas, las últimas consecuencias, podrían ser catastróficas. No se necesitan muchos nochixtlanes más para incendiar una región en la que anida la rabia y la desesperación por la miseria y la desigualdad crónicas.
Pero el gobierno tampoco puede seguir nadando de muertito. Los paros de los maestros y sus grupos aliados están asfixiando económicamente a la región. Los daños al turismo, la industria y el comercio han sido severos y en caso de prolongarse podrían ser irreversibles. Empresas internacionales que operan en o a través del puerto de Lázaro Cárdenas, Michoacán, amenazan con retirarse para no regresar; el cerco a los aeropuertos de la zona genera un daño que, si se hace más longevo, tomará años subsanar. Eso por mencionar un par de ejemplos.
A la Secretaría de Gobernación, responsable de las negociaciones, sólo le queda la salida de la vía de una claudicación que no lo parezca. Y justamente eso es lo que están en proceso de definir, aunque nadie lo diga. Presidencia y la SEP dijeron tantas veces que la reforma educativa no cedería ante el chantaje, que ahora tienen que desarticular las propuestas laborales a satisfacción de los agraviados y al mismo tiempo salvar la cara. Así que no nos extrañe que las negociaciones terminen en un arreglo cargado de eufemismos, fórmulas compensatorias, privilegios escondidos. En suma, una reforma de letra muerta.
En esta confrontación no hay buenos o malos, sólo ineptitud política e intolerancia. Muchos de los privilegios de los que goza el sindicato son absurdos y francamente lesivos para la calidad de la enseñanza pública; y por más que resulten eficaces sus métodos de lucha el costo que infligen a la comunidad tomándola como rehén, es irresponsable y egoísta, por decir lo menos.
Del otro lado, la soberbia y la insensibilidad que supone tratar de imponer de manera vertical y punitiva un cambio laboral al interior del gremio más combativo y articulado (entre sí y con su comunidad) revela un desconocimiento abismal de la realidad. Al salirse con la suya, la CNTE le ha dicho al gobierno federal “es México, güey, capta”.
Hay zonas en las que no podemos transigir con el México viejo y atrasado, plagado de privilegios; en ese sentido los mirreyes no merecen consideración alguna. Pero hay otros anacronismos que responden a situaciones complejas, producto de las necesidades de sobrevivencia de grupos sociales y políticos prohijados por el propio sistema. Creer que pueden desaparecer simplemente por así convenir a la carrera política de un ministro revela que, en efecto, no han captado.

@jorgezepedap
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