EL-SUR

Martes 23 de Abril de 2024

Guerrero, México

Opinión

La sorpresa portuguesa

Gaspard Estrada

Febrero 02, 2022

El pasado domingo los portugueses fueron a las urnas para elegir a su presidente de la República. Se trataba de una elección bastante sorpresiva, porque la actual legislatura todavía no había llegado a su término (la última elección legislativa se llevó a cabo en 2019). De hecho, esta campaña fue el fruto de una crisis política originada durante el tercer trimestre del año pasado, cuando los dos partidos de izquierda socios del Partido Socialista –en particular, el “bloque de izquierda”– decidieron no votar a favor del presupuesto del gobierno nacional para el año 2022. Al hacerlo, rompieron el pacto de gobierno que le ha permitido a la izquierda gobernar Portugal desde 2015, a pesar de no disponer de la mayoría absoluta en la cámara de diputados. Ese pacto, llamado “jeringoça”, instaló al ex alcalde de Lisboa (2007-2015), Antonio Costa, como primer ministro de ese país. Fue así como la izquierda retomó el poder, después de cuatro años de gobierno de Pedro Passos Coelho, el líder del Partido Social Democrático (PSD), que en Portugal es una agremiación de centro derecha.
En un contexto de crisis política y económica aguda, fruto del crack financiero de 2008, el gobierno socialista de Costa tuvo el gran mérito de mantener una política macroeconómica responsable, y al mismo tiempo relanzar el consumo de las familias más pobres, y aumentar el salario mínimo. En este sentido, Portugal se volvió un “modelo” de país que logró –al mismo tiempo– aumentar el desarrollo económico y social.
La tasa de endeudamiento cayó considerablemente, al tiempo que los salarios continuaron creciendo. Todo este armado comenzó a entrar en un periodo de turbulencias con la aparición de la pandemia de la Covid-19, a principios de 2020. La adopción de medidas de restricción de los contactos sociales (más concretamente, de medidas de confinamiento en todo el territorio), así como el fin temporal de la actividad turística debido a la Covid-19 provocó un derrumbe de la economía portuguesa. Gracias al respaldo de la Unión Europea, el país puso sobreponerse e implantar políticas sociales y de estímulo. No obstante, las tensiones internas dentro de la coalición de izquierda afloraron durante este tiempo, provocando un aumento de la inestabilidad de la coalición dirigida por Antonio Costa.
En este sentido, la crisis política de finales de año pasado terminó siendo benéfica para el líder del Partido Socialista. Después de meses de incertidumbre política, los resultados de las elecciones legislativas dieron al PS como el ganador indiscutible, con poco menos del 42 por ciento de los votos –frente al 36 por ciento en 2019. En términos de escaños, Costa podrá contar con al menos 117 votos de parlamentarios socialistas, frente a los 108 de los que disponía en la legislatura anterior. Y lo más importante para él es que ya no tendrá que negociar con los otros partidos de izquierda, cuyas posiciones eran muchas veces mucho más radicales que las suyas, lo que impedía realizar acuerdos más ambiciosos a los ojos de los jerarcas del Partido. Por ello, los resultados electorales son muy favorables para el futuro del socialismo portugués, y de manera más general, para su futuro en Europa.
Gracias a la voluntad política de los principales líderes de la Unión Europea, el banco central europeo emitió deuda por primera vez en su historia, lo cual permitió financiar un programa de apoyo económico de más de 700 mil millones de euros. Dentro de este paquete, los países más pobres de la UE –como Portugal– van a recibir la mayor parte de estos recursos, lo que permitirá aumentar los programas de relanzamiento de la actividad económica. En este sentido, Costa podrá aprovechar esta nueva coyuntura para aumentar sus políticas de redistribución del ingreso y de desarrollo social, y así reforzar su capital político en el continente. De manera más general, tanto en Portugal, como en España y más recientemente en Alemania, los socialdemócratas han recuperado espacio en los últimos años. Con esta nueva victoria, esta tendencia se consolida en Europa, menos en Francia.

* Director Ejecutivo del Observatorio Político de América Latina y el Caribe (OPALC), con sede en París

Twitter: @Gaspard_Estrada