Marcial Rodríguez Saldaña
Enero 08, 2004
En el año que comienza, se desarrollará la parte decisiva del proceso que defina quién se quedará con la gubernatura de Guerrero, en la elección del 6 de febrero del 2005; estamos exactamente a un año y un mes de la jornada electoral, el tramo que hay que recorrer hasta esa fecha tiene que cubrir varias etapas que son vitales para ganar o perder.
En este periodo, sin ninguna reglamentación se desarrollan con más intensidad las precampañas de los precandidatos; la publicidad aparece nuevamente como parte de la estrategia electoral, con mensajes en radio y televisión, felicitaciones por navidad y buenos deseos para el año nuevo en voz de los aspirantes –quienes se vuelven misericordiosos en estos tiempos–, convenios para la divulgación de actividades en medios escritos, plumas y voces a sueldo, contratación de espectaculares, imágenes en el transporte público, con preferencia en los camiones urbanos por su dimensión, pegas en taxis que recorren la voz del pueblo por las calles de la ciudad y en autos particulares, con los amigos que prestan los cristales de sus vehículos para promoción.
Por otra parte se despliega el proselitismo personalizado, los amarres políticos, los recorridos por las regiones del estado, los compromisos con los militantes de dentro y fuera de los partidos, con grupos que ofertan miles de votos que a la hora de la jornada se esfuman, las redes de pescadores de votos se multiplican, los estados mayores de los precandidatos cierran sus filas, se esmeran en las intrigas, hay peleas por entrar entre los favoritos de los suspirantes, los adversarios internos y externos de ayer son los aliados de hoy y enemigos de mañana, en fin la batalla apenas comienza.
La estrategia de los meses que vienen, se orienta a pasar la prueba de fuego de la candidatura interna, hay que vencer este primer escollo, quien no lo pase se queda fuera. ¿Encuesta?, ¿elección interna?, ¿plebiscito abierto? allí está la clave del futuro, el método de selección de candidato abrirá en todos los casos la puerta para quienes aventajan en la militancia y control partidario o en el voto ciudadano.
El riesgo de la derrota está en las fracturas internas y el éxito para el triunfo estará en la capacidad para mantener la unidad partidaria y en la habilidad para hacer el mayor número de alianzas, de incluir a todos quienes simpaticen con un proyecto; quienes sean desbordados por la pasión, los nuble su visión política, estarán condenados al fracaso, quienes con pasión y entrega pero con prudencia y convicciones hagan política se encaminarán a la victoria.
A más tardar en julio deberán estar listos los candidatos, la batalla por los votos se librará fundamentalmente entre septiembre y diciembre; enero de 2005 será para aceitar muy bien las estructuras electorales y los cierres de campaña y así todos estaremos listos para la jornada electoral en donde se definirá el futuro político de Guerrero.