EL-SUR

Jueves 25 de Abril de 2024

Guerrero, México

Opinión

La tarea

Florencio Salazar

Diciembre 08, 2020

Lo primero que reclamo de mis amigos es la unión más íntima, más sincera y cordial entre todos los que por su fortuna nacieron en este suelo. Gral. Vicente Guerrero.

Los guerrerenses tenemos orgullo, somos un pueblo orgulloso.
Orgulloso: “Que presume de sus valores y cualidades”. También: “Que está satisfecho de sus acciones o de lo que considera propio”. (Gran Diccionario Larousse).
La población del estado de Guerrero es de hombres y mujeres que tiene el orgullo muy alto.
Si los hombres son bravos y de acero, las mujeres no son menos: pierde cuidado mi prieto, que también yo me las sé fajar.
Guerrero, enclavado en las montañas del sur con declive hacia las costas del océano Pacífico, tiene un pueblo que ha sabido luchar por las causas justas: la Independencia de México, el Plan de Ayutla y la Revolución de 1910.
Los guerrerenses han marchado en las filas populares por las grandes causas de nuestra historia, pero también se han sublevado contra los rescoldos de la colonia y el abuso del poder. De ahí el nombre emblemático de Juan R. Escudero en Acapulco y el movimiento de masas de 1960.
Aquí, en el sur, también surgieron las guerrillas de Lucio Cabañas, Genaro Vázquez y Carmelo Cortés. Se puede estar de acuerdo o en desacuerdo con esos alzamientos, pero el hecho es que el guerrerense no es callado ni sumiso.
Si los hombres son valientes y decididos y las mujeres capaces de mantener orden en donde amenaza el pleito, ¿por qué Guerrero es el tercer estado más pobre de México? ¿En qué hemos fallado? ¿Qué nos ha hecho falta?
Los guerrerenses luchamos por las causas justas, protestamos, exigimos… Entonces, ¿qué pasa, qué nos pasa?
El sureño ha empleado mucha energía a favor de las causas de México, pero ha empleado mal su energía a favor de las causas de Guerrero.
Pasa el tiempo y Guerrero sigue igual: el tercer estado más pobre del país, superado en el atraso únicamente por Oaxaca y Chiapas.
Como se advierte, los tres estados más pobres de la nación son los del sur de la República, donde habitan los pobres más pobres y lastimados. Según Encuesta Intercensal Inegi 2015, la población indígena de estas entidades federativas es de 3 millones 76 mil indígenas (25 por ciento de la población).
Somos una entidad con riquezas naturales, que ya deberían haber cambiado la suerte de nuestros paisanos.
Al menos hay dos razones que han impedido la prosperidad de Guerrero: la parcialidad en la protesta social respecto al interés general del Estado.
Otro factor es la falta de visión de futuro. Desdeñamos las grandes obras de infraestructura, la creación de empleos por medio de la inversión extranjera. Nos contentamos con el aquí y ahora.
Y el aquí y ahora es el prontismo, la simpatía por el momento y no por el proyecto.
Para despegar debemos tener el piso firme –que se está consolidando– de la gobernabilidad.
Cuando veía desfilar a miles de adolescentes en los eventos cívicos, invariablemente pensaba –y pienso– ¿qué futuro espera a estos jóvenes? Cuando lleguen a la edad de formar a sus propias familias ¿de qué van a vivir?
Pienso también en los padres –en el campo y la ciudad– que se esfuerzan porque sus hijos obtengan un título universitario. Con cuánta ilusión esperan la graduación, para después caer en la desazón de tener profesionistas desempleados, que terminan en el comercio informal o en actividades económicas para las cuales no era necesario ir a universidad alguna.
La esperanza ya no se hace con promesas. Son los buenos resultados los que construyen la esperanza. Quizá la inmediatez tenga que ver con la incredulidad en el futuro.
Los estudiosos están de acuerdo en que el momento más importante que tiene el ciudadano es el momento de elegir.
Es necesario que, en su momento, se elija con la cabeza y no con el estómago. No hay que hipotecar la posible prosperidad futura por la dádiva inmediata, que se va a evaporar tan pronto llegue a la mano tendida.
Lo mejor de la democracia es que cualquier ciudadano puede ser electo.
Lo peor de la democracia es que cualquier ciudadano puede ser electo.
Hay motivos y tiempo para pensar. Debemos hacer esa tarea.