EL-SUR

Martes 16 de Abril de 2024

Guerrero, México

Opinión

La universidad es nuestra

Jesús Mendoza Zaragoza

Febrero 22, 2004

 

 

En días pasados las precampañas de algunos candidatos perredistas pusieron la mira en la Universidad Autónoma de Guerrero haciendo algunos señalamientos que marcan diferencias sobre la percepción que de ella tienen. La UAG es una institución de primera importancia en el desarrollo de nuestra región y merece un tratamiento respetuoso a su naturaleza y responsable en lo que toca a sus repercusiones políticas.

Hay que decir que tenemos que lamentar situaciones que se dieron en el pasado en cuanto al manejo político de esta institución que ha pasado por etapas de manipulación, de agresión y de confrontación desde el poder público y desde los partidos políticos. Tienen que quedar en el pasado vicios que han frenado las tareas propias y específicas de la universidad en aras de intereses de personajes y de grupos que la han utilizado para hacerse de parcelas de poder al interior de la universidad y en los diversos ámbitos de la vida política de la región.

Es irrenunciable el significado político de una universidad como la de Guerrero, que tiene que ser ponderado y orientado siempre en la dirección correcta. “La universidad es nuestra”, dicen que dijo uno de los precandidatos y habría que hacer un esfuerzo de interpretación de lo que quiso decir y en nombre de quién lo dijo. Porque si a alguien tiene que servir la universidad es a todo el pueblo de Guerrero y sería un grave error el intentar, siquiera, orientar el peso de la universidad hacia un partido político determinado o hacia una facción partidista. La universidad es de todos, y cuando señalo que es de todos, quiero decir que no es sólo de los universitarios, sino de todos los guerrerenses que vemos en ella un punto de apoyo para el desarrollo cultural, social, económico y político de esta región tan deprimida en todo sentido.

Por otro lado, el pensar que se puede seguir manejando a la universidad y a los universitarios de manera corporativa al estilo de los regímenes desgastados de antaño, no es más que un insulto a la inteligencia y al honor de muchos universitarios, desde estudiantes hasta trabajadores docentes y administrativos que, con una vocación democrática, asumen sus opciones y su compromiso político con una visión abierta a las necesidades de la gente y no a las cuotas de poder comprometidas.

La universidad es nuestra, y pedimos que sea tratada como un patrimonio que no debe ser tocado para favorecer a grupos, ni siquiera de aquellos que piensan que representan a los pobres. Los pobres no tiene que ser mediatizados y el servicio de la universidad al pueblo de Guerrero no tiene porqué pasar por intermediarios que cobren su comisión y lucren con lo que pertenece a todos.

Lo que sí esperamos de quienes compiten en las precampañas de hoy y en las campañas de mañana es un respaldo completo a la educación en todos los niveles, que “despolitice” la tarea educativa del Estado en cuanto que no sirva para promover políticamente a personas, grupos o partidos, sino que sea capaz de promover políticamente al pueblo de Guerrero, educando para la participación, para la conciencia crítica, para el diálogo, para la honestidad, para la responsabilidad, para la justicia y para el desarrollo. De otra manera, ¿qué visión tan miope y tan cerrada se tendría de la universidad?