EL-SUR

Martes 10 de Diciembre de 2024

Guerrero, México

Opinión

Las consecuencias en América Latina de la invasión de Ucrania por Rusia

Gaspard Estrada

Marzo 09, 2022

Hay décadas en las que no pasa nada, y hay semanas en las que la Historia acelera dramáticamente. Tal parece ser el caso de lo sucedido en el mundo durante los últimos días. Ucrania fue invadida por Rusia, violando de manera frontal la carta de las Naciones Unidas, provocando el peor conflicto armado en Europa desde el final de la segunda guerra mundial. Al día de hoy, poco más de dos millones de personas han tenido que abandonar su país, para emigrar hacia otros países europeos, en particular Polonia, Rumania, y Moldavia (los países de la Unión Europea ya están preparándose para recibir flujos considerables de refugiados en las próximas semanas).
Frente a este escenario catastrófico, en el cual es difícil vislumbrar perspectivas positivas a corto plazo, las grandes potencias están tomando decisiones inéditas para defender la independencia de Ucrania, responder a esta crisis y obtener un cese al fuego de parte de Rusia.
Desde Washington, ha quedado claro que la mejor arma para poder doblegar al régimen de Vladimir Putin era la economía. Como este país vive en buena medida gracias a la exportación de materias primas, en particular de la exportación de petróleo y gas, los gobiernos estadunidenses y europeos están a la búsqueda de alternativas para no depender más en el futuro de Rusia, y así aumentar la crisis económica que vivirá ese país muy pronto a raíz de la imposición de sanciones económicas. Estas sanciones incluyen el congelamiento de buena parte de los activos del banco central ruso en bancos occidentales, así como la exclusión de los bancos rusos del sistema de transferencias bancarias SWIFT.
Pero el gobierno del presidente norteamericano Joe Biden quiere ir más allá. Su idea es aislar lo más posible al régimen de Vladimir Putin, para evitar que tenga la capacidad de contrarrestar las iniciativas políticas, económicas y diplomáticas de Europa y de Estados Unidos. En este sentido, Washington tomó la decisión, sorpresiva, de enviar una delegación de diplomáticos de alto nivel a Caracas, Venezuela, para retomar contacto con la administración del presidente Nicolás Maduro, y discutir la manera en que ese país pueda volver a exportar petróleo a Estados Unidos, para reemplazar el crudo de Moscú. En sí mismo, este encuentro (que fue revelado en un primer momento por The New York Times, antes de ser confirmado por las autoridades estadunidenses y el propio Nicolás Maduro durante una conferencia de prensa en el palacio presidencial de Miraflores), puede considerarse como histórico, teniendo en cuenta que al día de hoy el gobierno de Estados Unidos no reconoce formalmente al gobierno venezolano. Durante el gobierno del entonces presidente Donald Trump, Washington usó de todos los medios a su alcance para destituir al heredero político de Hugo Chávez, sin éxito. De manera que este giro político, si se concretiza, sería un cambio significativo en la política de Estados Unidos hacia Latinoamerica.
En los hechos, es posible ver como en cuestión de días, Washington cambió de orientación frente a algunos asuntos de la región, en particular cuando se trata de aliados de Moscú, o al menos de gobiernos que han decidido adoptar posturas de “neutralidad” ante la invasión rusa de Ucrania, que es injustificable desde cualquier punto de vista, y en particular desde el derecho internacional.
Hace unos días, Estados Unidos anunció la reapertura del consulado estadunidense en La Habana. También, respaldó la finalización del acuerdo entre el Fondo Monetario Internacional (FMI) y Argentina, pocos días después de que Alberto Fernández estuviese en Moscú junto a Vladimir Putin. Finalmente, el Departamento de Estado invitó a Jair Bolsonaro a participar en la próxima cumbre de las Américas, que se llevará en junio en Los Angeles (el presidente Brasileño acaba de estar, de igual manera, en Moscú para encontrarse con su homólogo ruso). Todas estas iniciativas políticas no son el fruto de una coincidencia: Washington está decidido a frenar la influencia rusa en el mundo, y en particular en América Latina. Falta saber si estas iniciativas tendrán éxito.

* Director Ejecutivo del Observatorio Político de América Latina y del Caribe (OPALC), con sede en París.

Twitter: @Gaspard_Estrada