EL-SUR

Martes 23 de Abril de 2024

Guerrero, México

Opinión

Las consecuencias geopolíticas del viaje de Alberto Fernández a Rusia y China

Gaspard Estrada

Febrero 09, 2022

 

El pasado fin de semana el presidente de Argentina, Alberto Fernández, viajó junto con una importante comitiva de ministros a Moscú y Pekín, para reunirse con sus homólogos Vladimir Putin y Xi Jinping. Este viaje se llevó a cabo en un contexto geopolítico muy particular, tanto en Argentina como en el escenario internacional.
Desde el plano de la política interior argentina, este periplo asiático (que terminó con una visita relámpago a Barbados, que acaba de independizarse de la Corona Británica, y está en disputa con Buenos Aires al respecto de la soberanía de las Islas Malvinas) tuvo como telón de fondo dos asuntos: el manejo por el presidente de los equilibrios internos de su coalición gubernamental, y por otro lado la gestión de su pre-acuerdo firmado hace unos días con el Fondo Monetario Internacional (FMI) para reestructurar la deuda de Argentina con el organismo multilateral.
Este viaje a China y Rusia revestía una importancia singular para Alberto Fernández, en el sentido que estos dos países tienen una relevancia particular para Cristina Fernández de Kirchner, la actual vice presidenta y –sobre todo– la ex presidenta de Argentina, que impulsó de manera sorpresiva la postulación presidencial de Alberto Fernández en 2019. Durante sus gobiernos, Rusia y China tuvieron un papel destacado para respaldar política y económicamente a Argentina cuando esta última no podía acceder a los mercados internacionales, al estar enfrentada a los fondos buitres que disponían de una parte de la deuda soberana argentina, pero que se negaban a acceder a los programas de reestructuración de la deuda ofrecidos por Buenos Aires. En este sentido, el viaje de Alberto Fernández a Moscú y Pekín tenía como uno de sus objetivos contentar al sector más radical del peronismo, que orbita alrededor de la figura de la vice presidenta y que regularmente es crítico de las acciones del actual jefe del Ejecutivo argentino. Éste último ha impulsado un acuerdo con el FMI, visto por buena parte de los sectores más a la izquierda de la coalición gubernamental como un ente hostil a los gobiernos progresistas de América Latina, provocando una tensión dentro de su coalición gubernamental. En este sentido, la renuncia de Máximo Kirchner, el hijo de Cristina Kirchner, a la jefatura de la bancada oficialista en la Cámara de Diputados, fue el resultado del enojo del grupo político ligado a la vicepresidenta. Según varios medios, otras renuncias podrían llevarse a cabo en los próximos días y semanas. De tal manera que era importante para Alberto Fernández mandar una señal hacia ese sector del oficialismo, que estaba descontento con las orientaciones políticas del presidente Argentino.
No obstante, estas decisiones también tienen un impacto internacional, que tuvo que ser ponderado por Alberto Fernández antes de embarcar hacia Moscú y Pekín.
En efecto, Europa está sumida en una profunda crisis diplomática, tras el anuncio a principios de año de una serie de maniobras militares rusas en la frontera con Ucrania, desde territorio ruso y más recientemente desde Bielorrusia, generando un cerco en torno a la ex nación soviética. Se trata de la mayor amenaza a la estabilidad y la paz en Europa desde el fin de la guerra fría, a finales de los años 1980. En este sentido, cada movimiento realizado ya sea por Estados Unidos, las principales potencias europeas frente a Rusia y-o a China es analizado con mucho detenimiento por cada una de las partes. Y en este sentido, está claro que un viaje del jefe de Estado de una democracia occidental, como es el caso argentino, a Rusia en plena crisis diplomática, tiene un impacto singular. Sobre todo si unas horas después, Buenos Aires firma con Pekín un memorándum de entendimiento para que Argentina se sume al principal proyecto geopolítico de China desde hace poco menos de una década.
En resumen, el viaje de Alberto Fernández a Asia puede marcar un parteaguas en la política exterior Argentina y del cono sur.

* Director Ejecutivo del Observatorio Político de América Latina y el Caribe (OPALC), con sede en París

Twitter: @Gaspard_Estrada