Anituy Rebolledo Ayerdi
Noviembre 08, 2007
Los Tavira
Juan Bartolo Tavira ( 1847- 1924), humilde campesino nacido en Corral Falso, municipio de Ajuchitlán, es sin duda el más
notable creador de sones y gustos cantados y bailados entre siglos por toda la Tierra Caliente. Simiente, además, de una
orgullosa tradición musical de 150 años, abanderada por nietos, bisnietos y demás parentela populares en Guerrero y más allá
como Los Hermanos Tavira.
Destaca entre ellos el nieto Ángel Tavira, director del conjunto. Octagenario compositor y ejecutante quien ahora mismo ha
conmovido al mundo con la película mexicana El violín, de Francisco Vargas.
Un sorprendente primer trabajo actoral merecedor del máximo galardón en una sección especial del Festival de Cine de Cannes,
Francia. Además de otros muchos reconocimientos nacionales y extranjeros.
El abuelo –recuerda Cuauhtémoc Tavira–, logró formar un conjunto con arpa, violín, guitarra panzona y tamborita. Fue el último
ejecutante de la singular arpa calentana ya desaparecida; tocaba también el violín y la guitarra. Junto a él estuvo Isaías Salmerón
marcando ambos pautas en la que fue época dorada de la música calentana.
Considera el propio Cuauhtémoc como verdaderamente genial la obra conocida como Los versos de San Agustín o Corrido de
enumeración. Coplas en las que Juan Bartolo describe con mucho humor una fiesta de herradero con animales de la región y que
termina en un zipizape iniciado por un jején y un coruco. Un fragmento:
Comida muy preferida
que tengo que celebrar,
también debo matar
jabalines y zorrillos,
tlacuaches y armadillos
en lugar de puercos gordos
y hacer los tamales sordos
El casi legendario compositor es autor también del son de La tortolita, sin duda el más popular de la región, cuyas coplas han
trascendido las fronteras guerrerenses. Una cuarteta:
¿Tortolita por qué lloras,
dime quien se te murió?,
si se te murió tu amante,
no llores, ¡aquí estoy yo!
Juan Bartolo Tavira , cuya infancia, adolescencia y juventud están marcadas por algunas de las más grandes tragedias nacionales
–la invasión estadunidense, la última dictadura de Santa Anna, las guerras de Reforma, la intervención francesa y el imperio de
Maximiliano–, reaccionará necesariamente usando su arpa como arma poderosa. Creará El gusto federal como forma de
compromiso y resistencia. Unos versos:
Viva Dios que es lo primero,
dijo la oficialidad,
muera el príncipe extranjero,
¡que viva la libertad!
Bonito San Juan Huetamo
cuando la luna salió,
se oyeron los cañonazos
cuando Arteaga se alistó
Santa Anna dijo en el puerto,
cuando ya se iba a embarcar,
han dicho lo que no es cierto,
ahora acabarán de hablar:
ahí les dejo el gallo muerto,
acábenlo de pelar.
(El general José María Arteaga combatía a los franceses en la Tierra Caliente cuando fue hecho prisionero y fusilado).
Sones y gustos
Los gustos y sones calentanos derivan de los jarabes y sones antiguos –dice la musicóloga Yolanda Moreno Rivas. Tienen los
primeros un ritmo lento y hacen uso de la copla de carácter lírico o picaresco, en tanto que el son es más rápido y de carácter
bailable.
La copla –estrofa de cuatro o seis versos octosílabos– es una forma adoptada por los juglares populares para describir la
naturaleza, las costumbres, cantar la historia, contar sus pasiones, sus tragedias, sus amores y sus desamores. Los copleros
tanto de la Tierra Caliente como de la Costa Chica salpimentan sus versos con referencias picarescas, humorísticas e incluso
francamente sicalípticas.
Lilia Maldonado
Lilia Maldonado Ramírez, la muy querida amiga de siempre –alcaldesa de Arcelia, diputada local y regidora por Acapulco, cuando
priísta– nos puso en contacto con los versos de Juan Bartolo. Nada encuadernado o empastado. Siete cuartillas sueltas con texto
apretado: 80 coplas del poeta considerado por algunos expertos como “inigualable y mal correspondido”. Hoy se da la feliz
oportunidad de compartir algunas de ellas con los lectores de El Sur, con el permiso de quien haya que pedirlo Los títulos son
nuestros.
La muerte
Este mundo es una rueda
donde vamos por escala
el rico viste de seda
y el pobre de manta rala,
el consuelo que me queda
que la muerte nos iguala
Tiros
De mis glorias me separo
ya quedó lejos mi diana
el parque se ha puesto caro
ya no traigo en mi canana,
hoy cuando mucho disparo
un tiro o dos por semana
Vecina
La vecina de allá enfrente
es una santa cristiana
que se va a misa de noche
y vuelve por la mañana,
si me invitara a su iglesia
no me perdería una semana
Potrancas
Con mis recuerdos me arrullo
y con ellos viviré
cada quien tiene lo suyo
ya desde cuando lo sé
pero digo con orgullo
buenas potrancas monté
Poder
Me aconsejan que te deje
pero que mal han pensado,
ni la fuerza de Sansón
ni la espada de Santiago,
solo el gran poder de Dios
me apartará de tu lado
Casado
Si me caso con la rica
me dirán interesado
si me caso con la pobre
seré un tonto enamorado,
para que no haya reproches
prefiero no ser casado
Venado
En este mundo todo es pena
solo el placer nos encanta
el que duerme en cama ajena
muy temprano se levanta,
como venado en la breña
mirando por dónde arranca
Ciego
Era casi a media noche
con la plena luz del día
un ciego estaba escribiendo
lo que el mudo le decía,
un sordo estaba escuchando
pa’ contarlo al otro día
Garza
Te fuiste y me dejaste
como garza en la laguna
con el pescuezo estirando
sin esperanza ninguna
pidiendo al olmo peras
y duraznos a la luna
Rifle
A mis palomas les dije
que ya no las mato yo
una cosa que me aflige
que aunque quiera yo ya no
se me descompuso el rifle
y el parque se me acabó
Quisiera
Quisiera verte y no verte
quisiera hablarte y no hablarte
quisiera encontrarte sola
y quisiera no encontrarte
quisiera besarte ahorita
y quisiera no besarte
Mujer ajena
Yo miré pelear un oso
con una hermosa sirena
no hay bocado más sabroso
como la mujer ajena,
así es el hombre goloso
aunque la suya esté buena
Olores
Tu eres joven amigo
y por eso haz de saber
que el hombre para ser hombre
a tres cosas debe oler:
a tabaco y aguardiente
y a contacto de mujer
Perro
Ya de este mundo me alejo
con un temor me demoro
con justa razón me quejo
ya no me adoran ni adoro,
hago lo del perro viejo
nomás me lambo y lloro
Puertas
Cuatro puertas tiene abiertas
el que no tiene dinero
el hospital y la cárcel
la iglesia y el cementerio
si se cierran estas puertas
le quedan las del infierno
Jarro
Nunca entregues el amor
sin pleno consentimiento
porque después ya no vale
tener arrepentimiento,
una vez quebrado el jarro
no se le solda el asiento
Deleites
De los deleites del mundo
ninguna cosa me agrada
la música me entristece
la conversación me enfada
sólo dormir con mi vieja
me gusta de madrugada
Catrina
Yo enamoré a una catrina
pensando en el casamiento
y me contestó la indina
a usted ya se le pasó el tiempo
pa’ tocar la golondrina
ya no sirve su instrumento
Relinchido
Ya los viejos como yo
las fuerzas hemos perdido
el vigor que Dios nos dio
Èl mismo lo ha recogido
solamente nos queda
el pedo y el relinchido
Despedida
Adiós, porque no es la mía
la vida es otro poder
yo ya estoy de despedida
adiós para no volver
Astro de la luz del día
jamás te volveré a ver
Estos últimos versos fueron dictados por Juan Bartolo en su cama de moribundo, según testimonio de Alfonso, uno de los
Hermanos Tavira.