EL-SUR

Lunes 22 de Abril de 2024

Guerrero, México

Opinión

Las nubes se acumulan sobre Emmanuel Macron

Gaspard Estrada

Febrero 19, 2020

 

El presidente de Francia, Emmanuel Macron, pronunció un discurso muy aplaudido durante la última edición de la Conferencia de Munich sobre Seguridad (Munich Security Conference), principal encuentro europeo sobre asuntos de defensa y diplomacia. Sin embargo, la popularidad del jefe del ejecutivo francés en esta cita diplomática contrasta con su impopularidad en casa: ¿será que el líder más influyente de Europa no tenga el capital político para mantenerse en el cargo de aquí a la elección presidencial de 2022? Si bien muy pocos observadores dan como válida esta hipótesis, la perspectiva de una victoria de Marine Le Pen, hija del fundador del partido de extrema derecha Encuentro Nacional (RN, por sus siglas en francés) Jean-Marie Le Pen, y ex candidata a la presidencia de la República por ese partido en 2017, ya no parece ser una mera fantasía. En efecto, a pesar de sus múltiples errores de campaña durante la elección presidencial pasada, y de su evidente falta de competencia para ejercer el cargo (sin hablar de sus ideas racistas y xenófobas), su partido mantiene un nivel de intención del voto nada despreciable, frente a un Emmanuel Macron cada vez más tentado de asumirse como un político de (centro) derecha, traicionando así sus compromisos de campaña.
En efecto, la llegada al poder de Emmanuel Macron había sido interpretada como una fuerte señal de advertencia para las élites políticas y económicas de Francia. Durante la campaña presidencial, el joven ex banquero y ex ministro de economía del entonces presidente François Hollande, había apostado sus energías en presentarse como un candidato diferente, libre de los tradicionales juegos de poder y de las guerras internas de los partidos políticos tradicionales que habían gobernado ese país hasta entonces. Su idea de ser un candidato “ni de derecha ni de izquierda”, sino de sumar todas las “buenas voluntades en donde se encuentren”, poco a poco ha dado paso a la reproducción de las prácticas del pasado, ya sea en los nombramientos de cargos de confianza de alto nivel en la administración pública, o bien en la falta de dialogo con la sociedad civil antes de tomar decisiones de políticas públicas de gran calado. Pero es a nivel del mensaje político que Emmanuel Macron ha decepcionado a sus electores, en particular a los que se sitúan en el centro izquierda. Según la casa encuestadora IPSOS, casi el 60 por ciento de los electores de Emmanuel Macron en la primera vuelta de la elección presidencial de 2017 eran antiguos electores de François Hollande en 2012, es decir, se trataba de electores auto referenciados en el centro izquierda. De la misma manera, buena parte de los diputados electos en las elecciones legislativas de junio de ese mismo año venían del Partido Socialista, o al menos simpatizaban con la izquierda. De tal manera que el centro de gravedad político del electorado de Macron y de su bancada en el congreso estaba en la izquierda.
Sin embargo, las políticas implementadas por el presidente francés y por su gobierno, dirigido por el primer ministro Edouard Philippe, pueden ser catalogadas como de centro derecha, y en algunos casos como de derecha asumida. La última medida que ha polarizado la vida política francesa ha sido la reforma de las jubilaciones. Los sindicatos, que han venido perdiendo fuerza en los últimos años, en particular a raíz del nacimiento del movimiento de los “chalecos amarillos”, que no responden a una lógica institucional sindical, sino a un movimiento horizontal sin ninguna institucionalidad ni liderazgos claramente identificables, han querido hacer de este movimiento un catalizador de su búsqueda de relegitimación en la sociedad francesa. Y hasta el día de hoy, a pesar del hecho que las huelgas suscitaron numerosos bloqueos e incomodidades para los ciudadanos, las protestas en contra de la reforma de las pensiones continúan teniendo el respaldo de la mayoría de los franceses, que desaprueban, por otro lado, la gestión gubernamental de Emmanuel Macron. En este contexto, algunas voces influyentes en la izquierda, en particular de intelectuales, ya han declarado que en caso de tener que elegir entre Marine Le Pen y Emmanuel Macron en una hipotética segunda vuelta en las próximas elecciones presidenciales, estos últimos ya no estarían dispuestos a votar por Macron. Falta todavía mucho tiempo antes de que arranquen las campañas, pero los augurios para el futuro político de Macron no son del todo halagüeños.

Twitter: @Gaspard_Estrada

*Director Ejecutivo del Observatorio Político de América Latina y el Caribe (OPALC), con sede en París