EL-SUR

Jueves 25 de Abril de 2024

Guerrero, México

Opinión

Las poblaciones de animales se han desplomado

Octavio Klimek Alcaraz

Octubre 29, 2022

 

Conforme al denominado Índice Planeta Vivo (IPV), ha disminuido un promedio de 69 por ciento la abundancia relativa media de 31 mil 821 poblaciones de 5 mil 230 especies animales monitoreadas en todo el planeta. Esto en los últimos 48 años, entre los años 1970 y 2018. Lo anterior, lo informan la reconocida organización conservacionista World Wildlife Fund (WWF), también conocida como el Fondo Mundial para la Naturaleza, y la Sociedad Zoológica de Londres en su Informe Planeta Vivo 2022 recientemente publicado (https://livingplanet.panda.org/es-ES/que_es_el_informe_planeta_vivo/).
Las especies de animales vertebrados monitoreadas incluyen a los mamíferos, las aves, los peces, los anfibios y los reptiles. Para comprender de manera simple los conceptos de especie y población, el informe señala que “Una especie es un grupo de organismos similares que pueden cruzarse entre sí, mientras que una población es un grupo de una especie que vive dentro de la misma área geográfica. Las poblaciones conforman una especie. El IPV analiza las poblaciones de especies para determinar si la abundancia de especies ha aumentado o disminuido. Este índice no nos da información sobre el número total de individuos en una especie”.
En consecuencia, el IPV de WWF utiliza los cambios en el tamaño de población de una especie animal salvaje contabilizada durante años en territorios específicos, para establecer si, en promedio, la abundancia relativa de especies monitoreadas ha aumentado, disminuido o se ha mantenido igual. Para hacer esto, la información sobre los cambios en la abundancia se toma de la Base de Datos del Planeta Vivo y luego se obtiene un promedio.
El IPV cambia continuamente: por ejemplo, desde el Informe Planeta Vivo 2020 se han incorporado al conjunto de datos estudiados 838 nuevas especies y 11 mil 11 nuevas poblaciones que en el año 2020. El nuevo conjunto de datos incluye un aumento importante del número de especies de peces incluidas (29 por ciento, +481 especies) y ha fortalecido la cobertura de algunas zonas poco representadas anteriormente, como Brasil.
Se considera que indicadores como el IPV, contribuyen a desarrollar una imagen más precisa, tanto de la velocidad como de la escala del cambio en la biodiversidad de todo el mundo, así como de los efectos de dicho cambio. El IPV constituye un buen indicador de alerta temprana, pues realiza un seguimiento mundial de las tendencias de abundancia de mamíferos, reptiles, aves y anfibios.
Así, el informe indica que la región de América Latina y el Caribe cuenta con la mayor disminución de las poblaciones de vida silvestre monitoreadas a nivel mundial, con una disminución promedio del 94 por ciento entre 1970 y 2018.
Durante el mismo periodo, las poblaciones monitoreadas en África se desplomaron en un 66 por ciento, mientras que las poblaciones monitoreadas en el Pacífico Asiático cayeron en un 55 por ciento.
Según el informe, las especies animales de agua dulce se ven particularmente afectadas. Se han reducido en un promedio de 83 por ciento.
Las múltiples causas de la disminución de las poblaciones y la pérdida de especies son bien conocidas y son promovidas principalmente por las actividades económicas humanas. El cambio de uso del suelo sigue siendo el principal impulsor de la pérdida de biodiversidad. El informe indica que se pierden y degradan hábitats de animales salvajes como resultado de la deforestación para usos agropecuarios fundamentalmente, además de que la introducción de especies invasoras, la contaminación y el cambio climático están afectando aún más a los hábitats.
En el informe se dice claramente que se está viviendo una crisis climática y otra de biodiversidad. Pero que no son dos asuntos separados, sino dos caras de la misma moneda. Las repercusiones en cascada del cambio climático están afectando ya al mundo natural. Los autores del informe advierten de una “interacción fatal” entre la extinción de especies y la crisis climática. Si no se limita el calentamiento global a 1.5 grados es probable que el cambio climático se convierta en la principal causa de pérdida de biodiversidad en las próximas décadas y tendrá efectos devastadores en las economías y sociedades de todo el mundo, siendo los más vulnerables los que más sufrirán los impactos.
En dicho contexto, en el informe se presentan ejemplos sobre las repercusiones del cambio climático, como son las crecientes olas de calor y sequías, convertidas en fenómenos sumamente mortíferos para árboles, aves, murciélagos y peces. En Australia, en un solo día caluroso en 2014, murieron más de 45 mil zorros voladores. Los cambios en el clima también se han relacionado con la pérdida de poblaciones enteras de más de mil especies vegetales y animales.
Como consecuencia del cambio climático, el informe comunica que la humanidad está siendo testigo de las primeras extinciones completas de especies. El sapo dorado se extinguió en 1989 después de muchos días sin la niebla habitual en la selva tropical de Costa Rica. El melomys de Bramble Cay, un pequeño roedor que vivía únicamente en una pequeña isla entre Australia y Papúa Nueva Guinea, fue declarado extinto en 2016 después de una subida del nivel del mar y una serie de grandes tormentas que inundaron su hogar, acabaron con las plantas de las que se alimentaba y destruyeron sus lugares de cría.
El IPV proporciona evidencia sobre el progreso y el impacto de las políticas públicas, lo que lo ha convertido en un indicador clave para el monitoreo de la biodiversidad, en especial los animales salvajes. Es necesario por nuestro propio bien y de la biodiversidad que forma parte de la naturaleza cambiar nuestro modo de vida.