EL-SUR

Viernes 19 de Abril de 2024

Guerrero, México

Opinión

Las prisas de Felipe Calderón

Jorge Zepeda Patterson

Noviembre 21, 2005

El 2 de julio de 2000, día de las elecciones presidenciales anteriores, Felipe Calderón preparó un maletín de 4 mil dólares y los pasaportes de su familia. Él temía que parte del PRI no fuera a aceptar un apretado triunfo de Fox, por lo que pensó prepararse para todo (anécdota recogida por Salvador Camarena en el libro Los Suspirantes, edit. Planeta). Seis años más tarde, el 2 de julio del 2006, Felipe también podría estar preparando otro maletín, pero esta vez para irse a vivir a Los Pinos.

Cuando las cosas le suceden a Felipe, le suceden rápido. Hace 17 meses salió regañado y casi corrido del gabinete para emprender una campaña peregrina y desangelada, en contra del delfín presidencial, Santiago Creel, quien parecía el candidato inexorable del PAN a la presidencia. Durante un año Calderón recorrió el país sin mucho éxito. Todavía hace tres meses, el michoacano se encontraba muy atrás en las intenciones de voto entre los propios panistas. Súbitamente el descrédito acumulado por parte de Creel, con la puntilla del asunto de las concesiones de las casas de juego, y un debate televisado favorable a Calderón, voltearon las posiciones en cuestión de semanas.

Lo demás es historia. Lo que sigue también podría serlo. Hoy Felipe Calderón no sólo encabeza la candidatura del PAN; también ha comenzado a generar una fiebre de alianzas que amenazan en convertir a su candidatura en bola de nieve. En esta semana, Calderón mismo o la dirigencia de su partido tuvieron conversaciones con Elba Esther Gordillo del sindicato de maestros, con Bernardo de la Garza, candidato de Partido Verde Ecologista, y con Víctor González, el Dr. Simi.

El caso de Gordillo es el más llamativo. Es evidente que desde hace mucho que Elba Esther coquetea con el ala moderada de las corrientes panistas. Comenzó con Jorge Castañeda hace años, siguió con Fox a lo largo del sexenio, y ahora se ha establecido con Felipe Calderón. El viernes pasado se hizo pública una conversación telefónica entre Gordillo y Calderón, que no deja dudas de que la maestra se la había jugado con este último en su competencia con Creel.

Desde luego esto no significa que el magisterio vaya a votar por el PAN como un todo. Lo más probable es que la maestra deje abiertas varias puertas con otras organizaciones políticas. Pero es un hecho que una alianza de Calderón con la élite del magisterio, aunque sea parcial, debilita al PRI y le ofrece al PAN un apoyo para la campaña en zonas en estratégicas.

Más importante aún sería una alianza con el Partido Verde Ecologista. Bernardo de la Garza, su candidato a la presidencia ha sostenido conversaciones con el PAN en días recientes, con miras a una “declinación” a favor de Felipe. Eso equivaldría a un torpedo en la candidatura de Madrazo. Como se recordará, el PVEM apoyó a Fox en el 2000, pero luego rompió la alianza por la escasa generosidad del vencedor en el reparto del poder. Desde entonces el Partido Verde ha acompañado al PRI en la mayoría de las elecciones regionales y todo hacía suponer que llegarían juntos al 2006.

Por ahora el Partido Verde está deshojando la margarita y buscando la mejor propuesta por parte de ambos cortejadores. No se trata solamente de analizar cuál de los dos partidos le ofrece más (escaños en las cámaras y posiciones en el gabinete), sino también cuál de los dos enamorados tiene mayor posibilidad de ganar la presidencia. Lo más probable es que el Verde espere hasta el último momento, para asegurar una apuesta por el ganador.

Se estima que el PVEM puede alcanzar entre 4 y 6 por ciento de la votación, lo cual podría significar la diferencia en caso de uno comicios reñidos como los que se prevén en julio del 2006. El Partido Verde no tiene base social en realidad (tampoco convicciones dicho sea de paso), pero posee dinero para la campaña y, sobre todo, tiene el nombre ecologista que provoca que muchos jóvenes no politizados lo crucen en la planilla electoral.

El caso de Víctor González Torres parecería más factible e inmediato. Por las mismas razones que Jorge Castañeda no podrá estar en la boleta tampoco podrá estar el Dr. Simi. De no subirse a algún partido, hasta aquí habrá llegado la intensa campaña de este pintoresco candidato. Pero no es un aliado despreciable. No sólo porque es el precandidato que más dinero gastó en la precampaña, también porque posee una firme relación con una gran cantidad de medios de comunicación y una “base social” importante a través de su extensa cadena de farmacias, consultorios y fundaciones. No hay que perder de vista que la clientela del Dr. Simi pertenece mayoritariamente a las capas sociales a las que al PAN le cuesta alcanzar.

Ninguna de estas alianzas se ha consumado. Pero es inquietante la velocidad con la que se está moviendo la estrategia de Calderón. Es previsible que una buena parte de los empresarios del país se vuelquen a favor de su campaña, puestos a escoger entre él, Madrazo y El Peje. Comitivas de su equipo se aprestan a recorrer el país en búsqueda de esos empresarios. Lo que no era previsible es que Calderón y el PAN salieran con la “chequera” al mercado político a conseguir alianzas a diestra y siniestra. Si sus rivales no se avivan podría pasarles lo que a Creel, que cuando comenzó a tomarlo en serio resultó que ya lo había derrotado. Este Pancho López que fue presidente del PAN a los 34 y líder de Congreso a los 38, quiere ser presidente a los 44. En todo caso, las prisas de Felipe han convertido en un triángulo lo que parecía una disputa simplemente entre dos tabasqueños.

 

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