No hay plazo que no se cumpla. La cita con las urnas en la entidad más numerosa del país, cita previa a la madre de todas las elecciones, la presidencial y legislativa del 2024, llegó. Las elecciones se desarrollaron sin mayores incidentes en los estados de Coahuila y de México.
Dos resultados, diferentes, diametralmente opuestos, que nos obligan a la reflexión y al análisis.
En Coahuila, la Alianza del mal, llevaba un buen candidato, arropado por un gobernador muy bien calificado, y la coalición progresista ni siquiera pudo realizarse. Como resultado, el PRI y sus paleros, arrasaron y consiguieron carro completo dejando a Morena, al PT y al Partido Verde, muy por detrás.
En el Estado de México, una buena candidata que competía por segunda ocasión al frente de una coalición unida, superó por casi diez puntos a la candidata del neo porfirismo qué a pesar de realizar una muy buena campaña no pudo competir ante la aplanadora de Morena y aliados.
Las lecciones son muy claras: ahí donde Morena va con candidatos y candidatas fuertes en unidad y en alianza arrasa; dónde va con candidatos y candidatas salidos de procesos dudosos y cuestionados, ponen en riesgo el triunfo.
Como adelantamos la semana pasada, el resultado del Estado de México es un golpe casi mortal para el PRI. El PAN, desdibujada comparsa del PRI y el PRD está en riesgo de perder su registro. Para ninguno de los participantes en la alianza del mal hubo un resultado favorable, esto ocurre porque el electorado castiga a las alianzas anti natura, premia a aquellas y aquellos candidatos que son tenaces y castiga a las dirigencias que siguen queriendo hacer política desde el escritorio.
El país se pinta de vino y todas las condiciones objetivas y subjetivas están dadas para que en el 2024 morena refrende su triunfo en la elección para la presidencia de la república.
Unidad, movilización, trabajo a ras de piso, estrategia, táctica, medios, mensaje, imagen, alianzas reales con actores de verdadero peso político, humildad, generosidad, coherencia, consciencia, paciencia y decencia. Estas son las claves para ganar la elección, aquel o aquella que logre descifrarlas, ganará la elección presidencial porque además contará con el apoyo del presidente Andrés Manuel López Obrador que si bien es cierto no estará en la boleta, seguirá teniendo una enorme ascendencia sobre gran parte del pueblo de México.
En política la soberbia y la simulación son las peores aliadas. El electorado es sabio y solo los tontos siguen creyendo que el pueblo es tonto.
Hoy el Estado de México, el más grande del país, amanece en alternancia. Enhorabuena para las y los mexiquenses. En cambio, Coahuila seguirá dando tumbos en la larga noche neoliberal.