EL-SUR

Viernes 03 de Mayo de 2024

Guerrero, México

Opinión

Ley de Restauración de la Naturaleza de la Unión Europea

Octavio Klimek Alcaraz

Marzo 02, 2024

 

El pasado martes 27 de febrero de 2024 en Estrasburgo, el Parlamento Europeo adoptó por estrecho margen la Ley de Restauración de la Naturaleza en Europa. Su gran objetivo es restaurar los ecosistemas degradados de los territorios de los países de la Unión Europea (UE), contribuir a alcanzar los objetivos climáticos y de biodiversidad de ésta y mejorar la seguridad alimentaria (realizo este texto con base en información de: https://www.europarl.europa.eu/news/es/press-room/20240223IPR18078/nueva-ley-para-restaurar-el-20-del-suelo-y-el-mar-de-la-ue y de Thomas Krumenacker en la revista de divulgación Spektrum: https://www.spektrum.de/news/faq-zum-eu-renaturierungsgesetz-worum-geht-es-bei-dem-gesetz/2208692).
La ley fue aprobada con 329 votos a favor, 275 en contra y 24 abstenciones. Los legisladores de los grupos parlamentarios socialistas, verdes, la izquierda, algunos liberales y conservadores votaron a favor, en tanto que los legisladores de los grupos parlamentarios agrupados en torno al Partido Popular Europeo (demócratas cristianos) y la extrema derecha votaron en contra. Estos últimos intentaron en todo momento descarrilar que se lograra la ley, bajo la explicación de que no querían mayores regulaciones a costa de los agricultores, con más requisitos y presentación de informes en el contexto de una compleja lucha de los agricultores europeos por mejorar sus condiciones de vida.
Hasta la votación final del martes, la ley pasó por numerosas votaciones en las que se tuvieron en cuenta las objeciones de los partidos conservadores y de las asociaciones de agricultores, a veces hasta tal punto que sus partidarios dudan de si la ley aún podrá alcanzar sus propios objetivos.
Los estados miembros de la Unión Europea están obligados a tomar las medidas necesarias para que en el 2050 se encuentren restaurados casi todos los ecosistemas dañados en su territorio. Deben incluirse todos los tipos de hábitats, incluidos bosques, páramos, praderas hasta ríos, lagos y mares. Esto es de manera progresiva, ya que el primer objetivo es restaurar al menos el 30 por ciento de los ecosistemas contemplados en la nueva ley, para que pasen de un estado deficiente a uno bueno en 2030 –lo que corresponde a alrededor del 20 por ciento de la superficie total de la Unión Europea– porcentaje que aumentará al 60 por ciento en 2040 y al 90 por ciento en 2050.
La ley de restauración también deberá ayudar a lograr otros objetivos establecidos por la Unión Europea: una evolución positiva de varios indicadores en los ecosistemas forestales; la plantación de al menos 3 mil millones de árboles adicionales para 2030; convertir al menos 25 mil kilómetros de ríos en cauces libres; y garantizar que no se produzca una pérdida neta de la superficie nacional total de espacios verdes urbanos y de cubierta arbórea urbana.
La ley de restauración es una respuesta a la pérdida y deterioro de ecosistemas, especialmente los espacios de vida para la diversidad biológica que originalmente los habitaba. Esta pérdida se ha acelerado significativamente en todo el mundo en las últimas décadas. En la Unión Europea, más del 80 por ciento de todos los ecosistemas se encuentran actualmente en malas condiciones ecológicas. Muchas especies animales y vegetales luchan por sobrevivir. Esta pérdida de biodiversidad también tiene consecuencias para los seres humanos: los ríos encauzados y las llanuras aluviales destruidas ya no proporcionan una protección eficaz contra las inundaciones, los bosques enfermos emiten gases de efecto invernadero en lugar de almacenarlos y el número cada vez menor de insectos polinizadores se está convirtiendo en una grave amenaza para la producción de alimentos. La mitad de los cultivos de la Unión Europea que dependen de la polinización ya sufren deficiencias.
Con esta ley se busca atender el análisis de la Plataforma Intergubernamental Científico-normativa sobre Diversidad Biológica y Servicios de los Ecosistemas (IPBES), según la cual ya no basta con proteger los fragmentos de ecosistemas naturales existentes para frenar la pérdida de especies. La consecuencia fue que en la Conferencia de las Partes 15 (COP15) del Convenio sobre Diversidad Biológica celebrado en 2022 en Montreal se adoptó una nueva directriz para la protección global de las especies y la naturaleza y la preservación de la biodiversidad, el denominado Marco Mundial Kunming-Montreal de la Diversidad Biológica. Dicha directriz acordó el doble objetivo de proteger el 30 por ciento de la Tierra y restaurar otro 30 por ciento para 2030. Esto último con el fin de mejorar la biodiversidad y las funciones y los servicios de los ecosistemas y la integridad y conectividad ecológicas. A diferencia de las decisiones de Montreal, una ley de la Unión Europea es directamente vinculante para los estados miembros y no tiene que ser aprobada nuevamente por cada uno de los parlamentos nacionales. Es pertinente comentar que la ley de restauración es la primera ley del mundo que obliga a toda una comunidad de estados no sólo a preservar la naturaleza, sino también a restaurar los ecosistemas que ya han sido destruidos o dañados para ponerlos en buenas condiciones.
Los agroecosistemas también están sujetos a la ley, entre otras cosas porque una parte importante de la agricultura se desarrolla en antiguas turberas que están liberando gas metano a la atmósfera, gases de efecto invernadero, contribuyendo al cambio climático. La rehumidificación se considera el método más eficaz para promover la biodiversidad en las turberas destruidas y detener la emisión de gas metano procedentes del suelo seco de las turberas. Sin embargo, esto no significa necesariamente el fin de su uso. Dado que la restauración de las turberas drenadas es una de las formas más rentables de reducir las emisiones en el sector agrícola, para el 2030 los países de la Unión Europea deben reparar al menos el 30 por ciento de estas (como mínimo deberá rehumedecerse una cuarta parte), el 40 por ciento de aquí a 2040 y el 50 por ciento para 2050 (donde habrá que rehumedecer al menos una tercera parte).
Según la ley prevista, los campos que no se encuentran en antiguos páramos o turberas también se incluirán en la restauración, por ejemplo, con la creación de “diversos elementos paisajísticos”, como setos, arbustos, árboles o pequeñas islas de pastizales. Su objetivo es promover la biodiversidad, desde insectos hasta aves, y mejorar el almacenamiento de carbono en el suelo.
La restauración de tierras agrícolas fue particularmente controvertida. Por lo tanto, se insertó un pasaje que establece expresamente que no se puede exigir a los agricultores que participen en programas de rehumidificación. El proceso de rehumidificación seguirá siendo de carácter voluntario para los agricultores y propietarios particulares. En cambio, se planean incentivos financieramente lucrativos para la participación voluntaria en tales programas. Otro pasaje permite a los estados dar inicialmente prioridad a la restauración de áreas que ya forman parte de la red europea de áreas protegidas Natura 2000 y donde ya existen restricciones de uso para la agricultura. La ley incluye un “freno de emergencia” que permitirá suspender los objetivos para los agroecosistemas en circunstancias extraordinarias si merman en gran medida las tierras necesarias para una producción suficiente de alimentos para el consumo de la Unión Europea. Aunque no está claro cómo se aplicará este freno de emergencia. De hecho, estos asuntos fueron resultados de enmiendas a la propuesta original de la ley para lograr el apoyo de los grupos parlamentarios conservadores, que finalmente votaron en contra.
Según la ley, el objetivo de la restauración es promover la diversidad biológica en los ecosistemas individuales y así hacerlos más resistentes a los efectos del cambio climático. La ley enumera en su Anexo VII más de 30 ejemplos de medidas de restauración. En la agricultura, esto incluye eliminar o reducir el uso de fertilizantes y pesticidas, crear franjas de vegetación casi natural a lo largo de los arroyos, plantar setos y utilizar páramos rehumedecidos para la “agricultura húmeda” (paludicultura). Allí se pueden criar, por ejemplo, búfalos de agua para la producción de carne o cultivar espadañas para su posterior procesamiento como material de embalaje o aislamiento.
En los bosques, las medidas van desde promover una mayor biodiversidad arbórea hasta dejar árboles muertos en el bosque y abandonar completamente su uso en favor de áreas silvestres. También se mencionan medidas de transformación a gran escala del paisaje, como la restauración de los meandros de los ríos, las llanuras aluviales y los lagos. Se deben tomar medidas contra los contaminantes, el ruido y los residuos plásticos en el mar. Las ciudades también deberían volverse más naturales y, por tanto, más habitables: se mencionan como ejemplos más árboles, espacios verdes ecológicos, tejados verdes y prados urbanos de flores silvestres.
Con vistas a mejorar la biodiversidad de los agroecosistemas, los países de la Unión Europea deberán de avanzar en dos de los tres indicadores siguientes: el índice de mariposas de los pastizales; la proporción de tierras agrícolas con características paisajísticas muy diversas, y las reservas de carbono orgánico en suelos minerales de tierras de cultivo. Además, deben tomarse medidas para aumentar el índice de aves comunes ligadas a zonas agrícolas, ya que estos animales son buenos indicadores del estado general de la biodiversidad. Así, la ley prevé medidas para garantizar que los agricultores aseguraren de que más mariposas y aves vivan en sus campos.
Los costos de aplicar la ley de acuerdo con estimaciones de asociaciones de conservación de la naturaleza suponen una necesidad de entre 20 y 30 mil millones de euros al año y piden financiación con cargo al presupuesto de la Unión Europea. En comparación con los casi 390 mil millones de euros que fluirán sólo en subsidios agrícolas durante siete años en el actual período de financiación, se trata de cantidades modestas. Asimismo, la comisión de la Unión Europea calcula en 50 mil millones de euros los costes que se generan año tras año debido al deterioro de la calidad del suelo en las tierras agrícolas, más de lo que se necesita para la restauración de todos los hábitats en el mismo período. Así, la propia comisión de la Unión Europea quiere presentar propuestas de financiación en el plazo máximo de un año. Al presentar el proyecto de ley, anunció que financiaría en gran medida la aplicación de la ley con diversos fondos de la Unión Europea. En el actual ejercicio financiero hasta 2027, dispone de 100 mil millones de euros para atender sus programas de biodiversidad.
La comisión de la Unión Europea también calcula que las inversiones en la restauración de la naturaleza valen la pena desde el punto de vista económico, porque los beneficios de la restauración superan con creces los costes asociados. Sus estimaciones son de que por cada euro gastado se recuperan entre ocho y 38 euros, según el ecosistema.
Antes de publicarse en el Diario Oficial de la Unión Europea y entrar en vigor 20 días después, el Consejo de la Unión Europea conformado por sus estados miembros debe adoptarlo, para lo que se considera existe mayoría a favor. Pero todavía puede pasar algún tiempo antes de que llegue la gran ola de restauración. Una vez que entre en vigor, los estados miembros tienen dos años para desarrollar sus propios planes para aplicar la ley y presentarlos a la comisión de la Unión Europea, en Bruselas. Luego, la comisión de la Unión Europea tiene seis meses para evaluar los borradores y hacer sugerencias de mejora. Sin embargo, los estados miembros tienen mucho margen de maniobra. Simplemente tienen que “tener en cuenta” las sugerencias de Bruselas en sus planes, para no estar obligados por ellas.
Habrá que reflexionar si para México se necesita una ley de restauración de la naturaleza, o políticas públicas que se encaminen a tal propósito, partiendo de que buena parte del territorio sufre procesos graves de deterioro y destrucción de sus ecosistemas naturales.