EL-SUR

Sábado 04 de Mayo de 2024

Guerrero, México

Opinión

Libaneses acapulqueños

Anituy Rebolledo Ayerdi

Diciembre 08, 2022

 

(Quinta parte)

 

Kuri Jazbeck

Don Pedro Kuri Jazbek fue un ser excepcional, carismático y con una enorme capacidad de liderazgo. Aquí se instaló con su esposa Yamel Pherez en la tienda Reforma, en Velázquez de León, que más tarde será Driles y Casimires, primero en Cuauhtémoc y finalmente en Galeana y Mina. Hasta allí llegaban diariamente –siempre en pos de una tacita de café exprés– quienes tenían en él a un amigo leal o guía moral . Yamel, su esposa, siempre a su lado.
Fue don Pedro un adelantado sobre el papel que debía jugar el sector privado –hoy sociedad civil– en los asuntos públicos de la comunidad. Estaba convencido de que los dos poderes, el poder político y el poder social, podían complementarse en aras de un mayor bienestar para los demás. Así, aceptó el reto de encabezar la Junta Administradora del Agua Potable de Acapulco (JAAPA) creada por la Secretaría de Recursos Hidráulicos (SRH) para operar el sistema de agua Papagayo, recién terminado. Lo hizo con otros acapulqueños, cosechando el aplauso de los beneficiados y el elogio de la dependencia. La transparencia en el manejo de los recursos públicos –expresión usada hoy muchas veces como tapadera de raterías– fue uno de los logros más apreciados de esa administración cuya tesorería estuvo en manos del contador Raúl S. Orbe.
Llegado al gobierno del estado el ingeniero Rubén Figueroa Figueroa se crea, en relevo de la JAAPA, la Comisión del Agua Potable y Alcantarillado del Municipio de Acapulco (CAPAMA). Kuri y su grupo entregarán el organismo durante una junta de Consejo encabezada por el nuevo mandatario.
–Quiero hacer hincapié, señor gobernador, en que las personas del sector privado que arrancamos y operamos la JAAPA los hicimos honoríficamente con el único propósito de retribuir con nuestro trabajo algo de lo mucho que nos da Acapulco. Que renunciamos a cobrar un solo centavo por concepto de honorarios y viáticos en aras de la salud financiera del organismo –enfatizó el señor Kuri en la parte final de su informe.
–¡Bueno! –responderá en su turno el gobernador Figueroa Figueroa–, si ustedes no cobraron salarios y viáticos fue por lo que ustedes dicen, lo que yo les digo es que el director de la CAPAMA, el profesor Florencio Encarnación Urzúa, aquí presente, sí va a cobrar, y muy bien.

Hombre religioso

Fervoroso católico, no maronita, don Pedro emprendió acciones pías y solidarias como la Casa de la Cristiandad, anexa al templo de la Sagrada Familia, cuyas instalaciones serán barridas por el huracán Paulina. Otra de sus obras fue un dispensario en el poblado de Tlacoachistlahuaca, arriba de Ometepec, dedicado especialmente a niños amuzgos y operado por religiosas. Como el acceso al mismo se dificultaba por falta de un puentecillo, lo logrará por parte de la delegación estatal de la Secretaría de Recursos Hidráulicos, a cargo de su amigo, el ingeniero Fernando Galicia Islas.

¡Gracias, Dios mío!

A petición de este columnista, interesado en escribir en el diario donde laboraba, Trópico, algo sobre aquella interesante experiencia, don Pedro lo invita a ir con él en su próximo viaje. Llegado el día, viajamos en una camioneta, por él tripulada, repleta de comida, ropa y juguetes. Directo hasta Ometepec, puerta de entrada a la región amuzga, pueblos donde los cacicazgos no han tenido necesidad de disparar muchos balas pero sí millones de litros de mezcal.
El vehículo transita por una brecha angostísima cuando se pronto se carga hacia la derecha para deslizarse suavemente por un talud arenoso para quedar, finalmente, con las “patas pa’rriba”, según reporte del comisario municipal. “¡Puta, por poquito nos partimos la madre!”, fue la primera reacción del columnista contrastando con el fervoroso “¡gracias, Dios mío!”, de don Pedro. Plegaria que incluía a una familia amuzga, dos adultos y dos niños, que minutos antes habían rechazado rotundamente el aventón ofrecido. Caminando, como lo han hecho durante 500 años, llegaron a su destino, además de sanos y salvos, mucho antes que los motorizados.
(La mención de Trópico merece una explicación para la gente nueva. Fue un diario acapulqueño, dirigido por don Manuel Pérez Rodríguez, que hizo de la credibilidad una doctrina. Un “lo dijo Trópico” disipaba entonces cualquier duda sobre asuntos públicos).

Kuri, ¿ alcalde?

Kuri Jazbek desautorizará a un grupo de amigos cuando inicien la formación de una plataforma política para llevarlo a la alcaldía de Acapulco. Hombre soñador, pero práctico, estaba convencido de que la política del momento obedecía en Guerrero al mando de un solo hombre cuya decisión jamás lo favorecería, incluida la hipótesis de que contara con la simpatía popular. Bromeaba, para redondear el rechazo: “un árabe puede ser presidente de Líbano, pero no de Acapulco”. Don Pedro, hay que decirlo, era militante activo del PRI.
Hoy, los hijos del matrimonio –Nadia, Jazmín, Yamel y Pedro– siguen venerando el recuerdo de sus padres, orgullosos por lo demás de su ascendencia libanesa. Pedro, a propósito, es un exitoso empresario gastronómico.

Zarur, alcalde

Amín Zarur Ménez –científico y político de trato suave, pero enérgico–, fue presidente municipal de Acapulco, impulsado por el gobernador Alejandro Cervantes Delgado (1981-1987). Integraron el Cabildo 1981-1983, entre otros, Evaristo Sotelo Brito, Esperanza Fugigaki, Catalino Mendoza y Abel Salgado Valdez.
Inmigrante libanés, el padre de Amín, Simón Zarur, se asentará en Arcelia con una pequeña fábrica de hielo y paletas que pronto reemplazará por una concesión de cervezas y refrescos. Casado con la lugareña Ernestina Ménez, funda una gran familia: Richard, Jorge, Amín, Francisco, Karime, Marta, José y Simón.
Amín es llamado por la ciencia y estudia biología marina en la UNAM, ampliando más tarde sus estudios como becario en Alemania. Laborando en la dirección de Pesca, se liga con Alejandro Cervantes Delgado y con él se inicia en la política, su nueva pasión. La UAG lo llamará para dirigir una escuela y más tarde el gobernador Rubén Figueroa Figueroa lo propondrá como delegado federal de Pesca. Lo demás será miel sobre hojuelas. Como su padre, escogerá a una mexicana como compañera de vida: Graciela Jordá, quien será una discreta y distinguida primera dama de Acapulco.

Salomón Tanús

Automóviles Tanús fue una prestigiosa agencia de autos localizada en la Costera, que tenía a los gobiernos estatal y municipal como sus mejores clientes. Su propietario, José Salomón Tanús, no es sólo un empresario bonancible sino comandante de la Dirección de Investigaciones para la Prevención de la Delincuencia (DIPD), en el gobierno de Luis Echeverría. “Soy un chico malo, malo, malo”, se declaraba en son de broma, y era en realidad un torturador cruel y sanguinario.
“Yo soy Salomón Tanús, el que te puede dejar vivir o quitarte la vida aquí mismo. Si quieres lo primero tienes que hablar, soltar la sopa, mi cuate”. Tal era su prédica con voz y actitud de sacerdote en el confesionario, según el testimonio de varios torturados , miembros de la Liga 23 de Septiembre. (Jesús Ramírez Cuevas, reportero de La Jornada (30/6/05).

Margarita Saad

Aquí, José Salomón Tanús será pieza importante en el trágico desenlace del secuestro de la rica empresaria Margarita Saad (su esposo, Simón Baz Baz, había sido asesinado a navajazos por un acreedor vendedor de sandalias). Marcos Saad, hermano y socio, negocia su liberación con los secuestradores miembros de las FAR (Fuerzas Armadas Revolucionarias). Hará lo que Tanús le ordene, apresurando la muerte de su hermana.
Hasta antes de incorporarse Tanús a la investigación del secuestro que conmovió al puerto (30 de agosto de 1974), las FAR le habían aceptado a Marcos el pago de sólo la mitad de los 5 millones exigidos por el rescate. Cantidad que debía ser entregado por él mismo, con la exigencia de ir acompañado por una dama, familiar o amiga, en el poblado de Plan de Lima (Tierra Colorada). Una advertencia: cualquier presencia policial pondrá en peligro la vida de Margarita. De última hora, Marcos Saad logra que los secuestradores le permitan acompañarse por un primo y no por una dama. El “primo”, Tanús.

La emboscada

José Arturo Gallegos Nájera –fundador y militante de las FAR– narra en su libro La guerrilla en Guerrero que Marcos llegó a Plan de Lima acompañado por su “primo”. Allí, los tres guerrilleros que los esperaban le exigen a Marcos la contraseña convenida para enseguida cachear a la pareja. Una vez entregado el rescate, la pareja será conducida a un árbol cercano a cuyo tronco los atan, ataduras ligeras de las que pudieran librarse fácilmente y salir a la carretera sin mayor dificultad.
Imposible que alguno de aquellos jóvenes campesinos se pudiera imaginar siquiera que el acompañante de Saad, Tanús, había guiado por radio a las fuerzas armadas, ya rodeándolos en aquél momento.
“Cuando los camaradas entraron a la emboscada –escribe Gallegos Nájera–, fueron recibidos a tiros y en el acto cayó muerto Ciro Nájera Fajardo (Esteban) y herido Moisés Perea Cipriano (Lorenzo), atravesado del pecho y con una pierna rota. El único que pudo salir corriendo fue Víctor Herrera Pegueros (Manuel), pero a los pocos metros una bala le atraviesa el cráneo. Escondido, el tercer guerrillero, Adán, verá caer a sus tres compañeros.
“Conocidos que fueron los hechos, la dirección de las FAR ordena la ejecución de Margarita, dando por concluido aquél episodio de pesadilla”: JAGN.
Ellos la mataron

Tomando café en Sanborns, Gallegos Nájera derivará el epílogo de la tragedia señalando a Marcos y a Salomón Tanús como los únicos responsables de la muerte de Margarita Saad. “¿Cómo chingaos no iban a imaginarse lo que pasaría con ella luego de lo que hicieron? ¡A los dos lo único que les interesaba en aquél momento eran los dos y medio millones de pesos del rescate, que finalmente se chingaron!”.

Jean Succar Kuri

Nacido en Líbano en 1944, Jean Touma Succar Kuri llega a México a los 15 años, presumiendo de su paisanaje con el poeta Gibran Jalil Gibran, ambos de Bacharré. Aquí adquirirá gran experiencia en materia turística que luego desarrollará exitosamente en Cancún, Quintana Roo, con una tienda de souvenirs en la terminal aérea.
Pasados los años, el empresario libanés contrae matrimonio con una mexicana, pero al poco tiempo se divorcia para casarse con otra, esta de 18 años, con la que procreará cinco hijos. Para entonces ya será propietario 50 villas en la Riviera Maya, además de la operadora del hotel Solymar.

121 años de prisión

La suerte abandona a Johnny, como era conocido Succar, cuando en 2004 se le acumulan por lo menos 20 acusaciones de pornografía infantil, abuso sexual infantil , estupro y corrupción de menores. Huye al extranjero pero pronto es capturado por la Interpol en Chandler, Arizona. Extraditado, se le interna en el penal federal del Altiplano, donde un juez de distrito lo condena en 2011 a 13 años, un mes y 15 días de prisión, más una multa de 800 mil pesos. Sentencia que anula más tarde el Tribunal Unitario de Cancún para imponerle una condena de 121 años , reducida a 93 años luego de muchos amparos y artimañas jurídicas. La purga en el reclusorio La Palma de Cancún
La periodista Lydia Cacho publica su libro Los demonios del Eden, El poder que protege a la pornografía infantil, en el que denuncia con testimonios la operación de una red de explotación sexual infantil operada por Succar Kuri y su paisano Kamel Nacif, llamado El rey de la mezclilla, con la protección del gobernador de Puebla, Mario Marín. Nacif la acusa de difamación y el llamado gober precioso la arresta y atormenta, hoy preso también en Cancún. Nacif huyó a Líbano.

Succar, empleado de La Moda

La presencia de tan siniestro personaje en este recuento de libaneses en Acapulco, todos respetabilísimos, obedece a que el columnista tiene información de que Succar Kuri laboró en la tienda La Moda, de don José Nader, en el Zócalo. Lamentablemente, no se precisa en qué tiempo y tampoco cuál fue su desempeño.