EL-SUR

Viernes 26 de Abril de 2024

Guerrero, México

Opinión

Liberación social a través de la conciencia ciudadana

Héctor Manuel Popoca Boone

Septiembre 17, 2022

 

¿Alguien ha visto a Vicente Suástegui Muñoz?

Una mayor conciencia ciudadana permite que existan capacidades necesarias y suficientes para cambiar la situación difícil y opresiva por la que actualmente atravesamos. De otra suerte, cualquier intento de afrontar la cruda realidad, quedara como un esfuerzo, banal y frustrante, porque superar lo que nos acontece obliga a una hazaña colectiva más que a una acción protagónica individual. El primer paso es tener información y darla a conocer al colectivo social sobre la verdadera magnitud del problema estatal y la dimensión real del reto que nos embarga como guerrerenses.
La involución en los índices de desarrollo humano de México que dio a conocer la ONU-PNUD, fueron comentados con acertada oportunidad por Rubén Aguilar Valenzuela (El Sur. 14/septiembre/2022). Su lectura nos da para pensar mucho en nuestro desastre estatal. Como promedio nacional el país ha retrocedido seis años en los niveles que tenía de calidad de vida, tomando como base los índices ponderados de salud, educación y economía familiar. Yo infiero que, en Guerrero, por ser uno de los tres estados de la república con menor desarrollo socioeconómico, el retroceso no es menor a ¡ocho años! Verdaderamente es todo un desastre.
Hemos rehuido afrontar con total veracidad nuestra cruda realidad, que ya está explotando socialmente en varios frentes. Las causas de nuestra regresión las conocemos todos. La pandemia; la caída de la economía estatal (con el consecuente desempleo y falta de inversiones productivas); la mayor desigualdad social (causada por la acentuada inequidad en la distribución del ingreso económico); la expansión de la delincuencia simple y organizada; los endebles, ineficientes y corruptos, sistemas estatales de seguridad pública, salud, educación y administración gubernamental (largamente deformados por los malos gobiernos que hemos padecido).
No es nada fácil combatir la pobreza, las enfermedades, la injusticia social, la escaza educación y la débil consciencia ciudadana; sobre todo en un estado demasiado insolvente, donde somos los primeros en ocupar los últimos lugares nacionales, en casi todo. Adicional a enderezar la manera de gobernar, perentorio es actuar como pueblo activo, no pasivo; con propio discernimiento para tomar decisiones y acciones autónomas civiles; poseyendo una mayor consciencia ciudadana; tratando de discernir, con mayor precisión, la verdad sobre la circunstancia y realidad circundante, para intervenir colectivamente en ella, puesto que es un tema no solo de circunscripción individual, sino que nos impacta a todos como sociedad.
En un artículo de opinión (El Sur, 6/sept./2020), expresaba que uno no nace con consciencia ciudadana; ésta se hace y toma forma en el devenir de nuestra vida. Su importancia radica en que solo con ella nuestro accionar civil adquirirá trascendencia social. De lo contrario, unos cuantos vivales se aprovecharán de la nobleza de los muchos. Está dentro de la naturaleza humana la inclinación de subordinar a nuestros semejantes para nuestros fines personales.
Lo que ayuda a una mejor participación ciudadana es la comunión de ideales, principios y valores que podamos tener para arribar a un mayor bienestar colectivo con una convivencia, pacífica, armónica y bioética; respetando la preservación de la vida, el humanismo, la libertad, la justicia en su más amplia acepción, la igualdad de todos los derechos para todos, con la necesaria equidad social.
Lamentablemente hoy, los del poder político y económico los enarbolan de “dientes para afuera”, como parte de la mediocridad ética y la raquítica moral imperante; usando las malas artes de la mentira, el engaño, la farsa, la hipocresía y la demagogia.
La política, el dinero y las armas otorgan poder; pero su usufructo prolongado lo corrompe totalmente; apropiándose ilícitamente y con impunidad de lo que nos corresponde a todos, en el marco de un capitalismo rapaz y depredador, donde la ley y el orden están al mejor postor. (Recomiendo la lectura de la columna periodística de Jorge Valdez Reycen (El Sol de Chilpancingo 15/sept/2022).
La desatención gubernamental, el egoísmo personal o de grupo y el alcance mafioso del poder por el poder mismo, aunado a la desmedida ambición material individualista y egoísta, reducen aún más la ya de por sí escasa fraternidad y fragmentada solidaridad social. Es por eso que la liberación social mediante la mayor consciencia ciudadana adquiere todo su significado, importancia y vigencia en las circunstancias actuales. Les guste o no, a los poderosos.

PD1. Como gobernador moral de Guerrero, respaldo lo dicho por la Presidenta Municipal de Acapulco: “para dar resultados, primero hay que sanear la casa”.

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