EL-SUR

Martes 23 de Abril de 2024

Guerrero, México

Opinión

Liliana Blum y el daño de la violencia

Adán Ramírez Serret

Junio 04, 2021

Liliana Blum (Durango, 1974), es una de las escritoras más importantes del panorama de la literatura mexicana actual; lo es, por la mezcla de un estilo consolidado, poético y original, ligado a un universo oscuro, plagado de cuerpos diferentes: una mujer pesada hasta la obesidad, una mujer enana, y ahora, en Cara de liebre, una asesina serial.
Se trata de una escritora muy talentosa que une dos mundos, la belleza de la escritura mezclada con la oscuridad de la naturaleza humana.
Liliana Blum lleva veinte años escribiendo cuentos virtuosos, profundos y originales; sin embargo, no fue hasta que dio el paso hacia la novela, cuando se la comenzó a considerar dentro del panorama de la literatura mexicana actual. Sus novelas Pandora y El monstruo pentápodo, la han consolidado y catapultado, como una de las novelistas más importantes y apasionantes de la literatura mexicana.
En su más reciente entrega, Cara de liebre, Blum da una vuelta de tuerca a su literatura, y da un giro a la violencia retratada en las novelas escritas por mujeres, que refleja la tragedia de la guerra del narco en México, pues no relata la violencia sucedida en las calles, en las peleas entre capos y grupos criminales o narcomenudistas, sino sobre aquella violencia que muchas personas han vivido cada día de sus vidas en la escuela, en el trabajo o dentro de su familia, al sufrir las burlas por tener un cuerpo, una mente o un espíritu diferente. Es la violencia que ha invadido la vida de cada uno de los mexicanos.
Escribe Blum en uno de los párrafos de su más reciente novela, “Los momentos felices, las cosas sencillas se escapan en espirales por el desagüe de la memoria; los instantes de sufrimiento, las afrentas y complicaciones más grandes permanecen en una vitrina como trofeos de la amargura”.
Recuerda un poco el inicio de Ana Karenina de Lèv Toltói quien dice, “Todas las familias felices se parecen unas a otras, pero cada familia infeliz lo es a su manera”.
Lo apasionante de estas líneas es subrayar una condición humana que se concentra más en el sufrimiento que en la felicidad.
Cara de liebre cuenta la historia de dos mujeres, Irlanda y Tamara, dos personas que han sufrido una terrible violencia, física e intelectual.
Tamara, limitada por su familia intelectualmente, pues no puede dedicarse a la pintura, porque a su círculo social y su familia les parece risible que alguien se quiera dedicar a cualquier profesión artística.
Irlanda, es una mujer particularmente guapa y voluptuosa, quien sufre violencia sexual y física con sus compañeros de escuela, por tener una cicatriz en la nariz y la boca por una operación de labio leporino.
Tamara e Irlanda viven con este pasado a cuestas, y cada una lo enfrenta de manera diferente; la primera, tímida, la segunda, completamente sola. Ambas, segregadas por el mundo. Y también las dos, unidas por un Don Juan devorador de mujeres.
Tamara es una mujer que se dedica a hacer depilación e Irlanda es profesora de literatura. Ambas viven en una completa soledad con una profunda necesidad de ser amadas. Víctimas perfectas… aparentemente. Nick, el Don Juan, cree que puede abusar de ellas haciendo uso de los privilegios de un varón blanco y heterosexual.
Cara de liebre es una obra confrontante para muchas personas, en la cual, las mujeres cambian el mundo, lo hacen con violencia, de manera inmisericorde, sin piedad. Reconstruyendo el ideal femenino.
Esta novela nos hace preguntarnos qué tanto se debe narrar la violencia y cómo debemos leerla. ¿Se debe escribir sobre toda la violencia? ¿Hay límites para narrarla? Para responder estas preguntas, hay que leer Cara de liebre, y dejar que nuestra conciencia explote.
Liliana Blum, Cara de Liebre, Ciudad de México, Seix Barral, 2019. 291 páginas.