Gaspard Estrada
Junio 21, 2017
El pasado domingo concluyó un proceso político de poco más de 340 días que transformó la vida política de Francia, y tendrá consecuencias no sólo en la Unión Europea, sino también en el mundo entero. A raíz de la instauración de la Constitución de la Quinta República por el general Charles de Gaulle en 1958, dos grandes partidos políticos se habían repartido el poder, tanto a nivel nacional como local: el Partido Socialista y el partido Los Republicanos. Para ellos, la postulación presidencial del joven ex banquero del banco Rothschild no podía significar una amenaza, en el sentido que no dirigía un partido político, nunca había ganado una elección popular y no disponía de los recursos financieros para pagar el costo de una campaña electoral. Mientras tanto, Emmanuel Macron consiguió levantar casi veinte millones de euros para financiar su campaña (incluido un préstamo personal de ocho millones de euros), montó una estructura territorial a partir de su movimiento político “En Marche!” (¡En Marcha!), y construyó un discurso que le permitió conquistar los sufragios de los franceses, hasta llegar a la Presidencia de la República. Pasó de ser un neófito ministro de Economía, sin ninguna experiencia electoral, a ser el contrapunto del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, a nivel mundial. Sin duda un hecho histórico, que tal vez sólo haya sido igualado en su momento por el ex presidente de Ecuador Rafael Correa, que fue candidato independiente en 2006 y no presentó en su momento candidatos al Congreso, lo cual no le impidió posteriormente tener una mayoría absoluta después de la elección de una asamblea constituyente un año después.
Ahora bien, si es cierto que Macron acaba de hacer historia obteniendo la mayoría absoluta en la Cámara de Diputados, con más de 300 diputados para su partido (se necesitan 289 escaños de 577 curules en total) sin contar a los diputados electos por el partido del ministro de la Justicia, François Bayrou, el Movimiento Democrático (Modem), los desafíos que tiene el nuevo presidente son inmensos. En primer lugar, darle coherencia al grupo parlamentario de En Marche! en el Congreso, dado que el 75 por ciento de los diputados nunca había ejercido una función electiva antes de ganar el pasado domingo. Si bien podemos destacar y celebrar el hecho que más del 40 por ciento de los nuevos diputados serán mujeres, en buena parte gracias al gran número de candidatas vencedoras, habrá un número históricamente reducido de empleados o ex obreros. Es decir, lo que se gana en diversidad de género se pierde en la homogeneidad de los perfiles socioeconómicos de los nuevos diputados. Por otro lado, el contenido de las reformas que serán impulsadas en el plano doméstico también serán el centro de la atención política, en particular para determinar la correlación de fuerzas dentro del gobierno. Durante la campaña legislativa, de mayo al pasado domingo, el gobierno encabezado por el primer ministro Edouard Philippe (ex alcalde de la ciudad de Le Havre y miembro del partido Los Republicanos) anunció su voluntad de hacer votar tres proyectos de ley inmediatamente después de la instalación de la nueva legislatura: una ley de “moralización de la vida pública”, otra de lucha contra el terrorismo, así como una vasta ley de reforma del mercado laboral. Si bien las dos primeras disponen de fuerte apoyo en la opinión pública, la ley del mercado laboral será, sin duda, la primera prueba de fuego de la capacidad de articulación política del nuevo gobierno. Para buena parte de los electores de Emmanuel Macron, este proyecto de ley tiene mucho más retrocesos que avances. Los sindicatos, por su lado, han anunciado movilizaciones de envergadura en las próximas semanas.
Por el momento, el presidente Macron se ha focalizado en la agenda internacional, en particular en su voluntad de crear una polarización con el presidente de Estados Unidos, Donald Trump en la agenda climática internacional. Sin embargo, su gobierno tiene que dar resultados en el corto plazo en la economía para que su ascenso meteórico se confirme y se afiance.
* Director Ejecutivo del Observatorio Político de América Latina y el Caribe (OPALC), con sede en París.
Twitter: @Gaspard_Estrada