EL-SUR

Miércoles 24 de Abril de 2024

Guerrero, México

Opinión

Lo que está en juego en la COP-21

Gaspard Estrada

Diciembre 02, 2015

El pasado lunes, más de ciento cincuenta jefes de Estado y de gobierno (incluyendo el presidente de México, Enrique Peña Nieto) se reunieron en París para participar en el lanzamiento oficial de la conferencia de las partes número 21 (COP-21), que se realiza cada año desde 1992, cuando se definió el modo de funcionamiento de las negociaciones climáticas internacionales durante la cumbre de Río de Janeiro. Esta conferencia, la más importante en la historia de Francia por el número de gobernantes reunido, lo es también para el mundo, y también para el presidente François Hollande. Desde hace más de 15 años, todas las tentativas de reforma de los sistemas financieros (Fondo Monetario Internacional, Banco Mundial), comerciales (Organización Mundial de Comercio), políticos (reforma del Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas) a nivel multilateral fueron marcadas por el fracaso. La agenda del medio ambiente no ha sido la excepción, como lo evidenció el fracaso de la cumbre de Copenhague en 2009. En este sentido, la firma de un acuerdo este 11 de diciembre –fecha de la clausura de la COP-21– podría ser considerada como un parteaguas en la historia reciente de la diplomacia multilateral. ¿Que está en juego en esta cumbre?
En primer lugar, la reunión en París tiene como propósito darle continuidad al marco institucional de negociación en torno al cambio climático. Desde la firma del protocolo de Kioto, en 1997, se instauró un mercado mundial de emisiones de gas carbono, a pesar de que una buena parte del planeta no se adhirió a ese tratado internacional –como Australia, Canadá, o Estados Unidos. Para que este sistema continúe teniendo vigencia, es necesario que los países ratifiquen este mecanismo institucional, lo cual sólo puede ocurrir si existe un acuerdo durante esta cita internacional. Una de las principales disputas de esta cumbre estará ligada a la representatividad de los países en su lucha contra el cambio climático. El mundo se ha transformado desde los años 1990, y la mayoría de los países antiguamente llamados en “vías de desarrollo” se han vuelto “países emergentes”. Tal es el caso de México, de Brasil, de la India, o de China –a mediano plazo, estos dos últimos países se volverán los principales emisores de CO2 del planeta. De ahí la importancia de asociarlos a este acuerdo. ¿Cómo hacer para ajustar la participación de estos países al esfuerzo de mitigación y de combate al cambio climático, y al mismo tiempo preservar la esencia de la política climática internacional, que tiene como objetivo reconocer las “Responsabilidades comunes pero diferenciadas” de la comunidad internacional?
El segundo tema crucial de la agenda de esta COP-21 está ligado al financiamiento de las políticas contra el cambio climático. Durante los últimos años la temperatura del planeta no ha dejado de aumentar, más allá del nivel deseable por la comunidad científica internacional. El Grupo de Expertos Intergubernamental sobre Cambio Climático (GIEC), que se encarga de hacer el monitoreo del cambio climático para la comunidad internacional, ha hecho cálculos y ha pedido que durante esta cumbre se llegue a un acuerdo para que el planeta no vea su temperatura aumentar más de 2 grados de aquí al 2030. Sin embargo, para poder mantener la actual temperatura y, al mismo tiempo, garantizar el crecimiento económico, es necesario invertir en nuevas tecnologías energéticas que permitan producir más consumiendo menos. Para eso es necesario que los países desarrollados transfieran tecnología –y también dinero– para que los países menos avanzados puedan llevar a cabo sus objetivos. ¿Será suficientemente ambicioso el monto para evitar el aumento de 2 grados centígrados en 2030?
En resumen, los próximos días serán claves para saber si estas preguntas tendrán una respuesta positiva de parte de la comunidad internacional. Si es el caso, sería una grata sorpresa, después de más de una década de parálisis política en el plano multilateral.

* Analista del Observatorio Político de América Latina y el Caribe (OPALC), con sede en París.
@Gaspard_Estrada