EL-SUR

Viernes 19 de Abril de 2024

Guerrero, México

Opinión

Lo que produzca Guerrero de maíz, consumirlo aquí

Héctor Manuel Popoca Boone

Diciembre 17, 2022

¿Alguien ha visto a Vicente Suástegui Muñoz?

Conversando con mi amigo, Jorge Melo Bahena, buen analista rural y participante de Por el Rescate de Guerrero A.C., conveníamos que resultaba perentorio contar con una estrategia regional de reserva alimentaria de maíz. Guerrero tiene un estimado de producción anual de un millón 400 mil toneladas, de las cuales, alrededor del 70 por ciento son consumidas al interior del estado y un 30 por ciento sale para su venta al Estado de México, Puebla y Tlaxcala, en tiempos de cosecha. Si la totalidad de lo que producimos fuera consumido localmente, tendríamos cubierta nuestra autosuficiencia alimentaria, respecto a ese grano alimenticio. Pero no es así, tenemos déficits estacionales.
La salida de Guerrero del buen maíz blanco cultivado, es consecuencia de que los pequeños productores locales carecen de una adecuada infraestructura de almacenamiento (silos familiares), que les permita guardarlo para la época de no cosecha. Por lo que se ven obligados a venderlo en su totalidad en tiempos de pizca y posteriormente comprar una parte a un precio mayor del que vendieron. Por ejemplo, si hoy lo venden a 7 mil pesos la tonelada, la adquirirán dentro de algunos meses a un precio 25 por ciento más alto, dada la fuerte inflación prevaleciente en el mercado alimenticio.
La industria de la masa de la tortilla no sufre de mucha escasez, ya que el gobierno federal la provee de maíz, trayéndolo de Sinaloa o importando maíz amarillo. También subsidia flete, maniobras y costalera, con tal de que no suban mucho el precio de la tortilla a la población consumidora, fundamentalmente de las principales ciudades del estado. Por tanto, el problema de escasez de maíz se presenta cada año de manera estacional, afectando principalmente a los guerrerenses más pobres y marginados; sobre todo de los pueblos indígenas de la Montaña y de los barrios y colonias precaristas urbanas.
Para que no se den hambrunas estacionales regionales, es menester mantener estable el precio al consumidor final o regularlo a la baja. En tiempos de cosecha, defender un precio justo de venta (precio de garantía establecido por el gobierno federal) al pequeño productor rural y evitar así que sea víctima del coyotaje, beneficiando a la vez al consumidor final al garantizar el abasto del grano al industrial de la tortilla a buen precio. Todo eso, mediante la creación de las reservas regionales estratégicas de maíz.
Con dicha estrategia que sugerimos implementar a la voz de ya, se contribuirá a fortalecer nuestra soberanía alimentaria local, regular el mercado de compra-venta del maíz, subsanar el déficit estacional prevaleciente y combatir la inflación en la dieta familiar. La mecánica operativa de la estrategia consiste en crear la reserva de maíz para los pueblos indígenas deficitarios en su consumo anual, almacenando para tal fin, en época de cosecha, parte del maíz de la Costa Chica y Tierra Caliente, que son las principales regiones superavitarias, junto con los Valles de Iguala. Se ocuparían los almacenes de depósito regionales de Diconsa, ubicados en San Luis Acatlán (Costa Chica), Alcholoa (Costa Grande), Huitzuco (Norte), Chilapa y Tlapa (Montaña).
Los centros de distribución y venta micro regional pueden ser las pequeñas bodegas y tiendas al menudeo de Diconsa, ubicadas en los diferentes municipios y pueblos deficitarios; así como en las zonas de extrema pobreza de las principales ciudades del estado.
La compra para el acopio y almacenamiento de la reserva de maíz, la harían los centros comunitarios de abasto que integran el sistema Diconsa-Conasupo, hoy denominado Sistema federal de Abasto, Segalmex, mediante un crédito pignoraticio otorgado por la banca de desarrollo (Financiera Rural-Fira), respaldado por un fondo de garantía líquida aportado por el gobierno del estado de 200 millones de pesos, ya autorizados por el Congreso local para fines de mecanización agrícola y no ejercidos a la fecha por la Secretaría de Desarrollo Agropecuario.
El pago del crédito de pignoración a la banca estaría asegurado por las ventas que realizarían las tiendas Diconsa a la ciudanía en general de la reserva estratégica de maíz a lo largo de un año; cuyos importes los destinarían a pagar el crédito, por cuenta y orden de los centros comunitarios de abasto.
En conclusión: ante el urgente exhorto presidencial de fortalecer nuestra soberanía alimentaria, es un hecho objetivo que poco se ha trabajado en Guerrero en este aspecto. Estamos justo a tiempo de poder crear una reserva regional estratégica de maíz para el pueblo, para tiempos de escasez, evitando la proliferación de precios alzados y especulativos en la adquisición de este grano básico alimenticio en un futuro próximo. Solo es cuestión de tener voluntad política para hacerlo.