EL-SUR

Miércoles 17 de Abril de 2024

Guerrero, México

Opinión

Lo que viene

Arturo Martínez Núñez

Septiembre 20, 2022

 

Concluyó el proceso para renovar la dirigencia de Morena. Construir instituciones no es sencillo, construir instituciones toma a veces generaciones, construir organizaciones políticas no es diferente. El crecimiento y desarrollo de un partido es similar al de una persona: hay un periodo germinal, otro de crecimiento, una adolescencia tormentosa, hasta llegar, finalmente, a una vida adulta plena y luego la decadencia e inexorable fin.
Son muchísimas cosas las que deberían de cambiar en Morena, sin duda, este proceso estuvo plagado de errores y de omisiones que deberán subsanarse si queremos construir un partido a la altura de nuestro movimiento. Pero tampoco hay que desgarrarnos las vestiduras, en todos lados se cuecen habas, en el único partido en donde no hay conflicto es en aquel que la democracia popular se reemplaza por la voluntad de una sola persona. No es el caso de Morena.
Tenemos dirigencia, tenemos consejo nacional y tenemos congreso; con las instancias que nos hemos dado, “haiga sido como haiga sido”, iremos a los procesos electorales estatales del 2023 y luego a la histórica elección presidencial del 2024. Atrás quedaron los conflictos internos, es momento de enterrar los tambores de guerra y concentrarnos en el verdadero objetivo que debe de ser la consolidación de la cuarta transformación nacional y garantizar su continuidad y su trascendencia sexenal.
Decía con ironía, Gordon Brown, ex primer ministro del Reino Unido, que en el proceso de consolidación de la democracia los primeros 500 años son los más difíciles. Esto es válido para los países antiguos y lo es mucho más para las naciones en vías de desarrollo. Exigir que Morena sea a pocos años de fundado, un partido moderno, democrático, equilibrado y de avanzada, sería mucho pedir. En esta etapa del proceso son más importantes valores como la solidaridad, la fraternidad y el compañerismo.
En la cancha de los adversarios, la alianza anti natura inventada y auspiciada por el gran capital parece hacer agua. El PRI dejó colgados de la brocha a sus compañeros de viaje y abandona al PAN y al PRD como únicos aliados en una coalición que ya no tiene ningún significado ideológico. Lo único que les une es el deseo de terminar con la 4T. Ahora esparcen en medios y redes la especie de que Morena es el nuevo PRI. Se equivocan nuevamente. En Morena damos la bienvenida a todas y todos los mexicanos que estén dispuestos a contribuir al cambio verdadero. Pero nosotros, a diferencia de ellos, no olvidamos que el país se encuentra en la situación en la que está gracias a las décadas de malos gobiernos priistas y panistas. Rechazamos contundentemente al priismo como forma de gobierno al igual que lo hacemos con el panismo de derecha.
La realidad es que la oposición no entiende nada: no tienen figuras ni programa ni plan. Su único cemento y propuesta es detener a la 4T. Como no lo van a impedir en el 2024 comienzan a ajustar la mira pensando en el 2030. Desde nuestro movimiento los estaremos esperando para derrotarlos en las urnas las veces que sea necesario. En Morena nos unen otros intereses superiores. En Morena no luchamos por cargos ni por puestos. En Morena luchamos por una nueva patria más justa, más libre y más democrática para todas y todos.