EL-SUR

Sábado 20 de Abril de 2024

Guerrero, México

Opinión

Los de entonces

Florencio Salazar

Noviembre 06, 2018

Roberto Gatica Aponte fue un economista prestigiado. Se desempeñó como gerente del Banco de Comercio Exterior y representó a México en diversos foros internacionales. Aspiró a suceder al gobernador Raymundo Abarca Alarcón. Los fines de semana agendaba giras por el estado. Yo lo acompañé como su orador de bolsillo. En esa época
–1967– era director juvenil del PRI en Chilpancingo.
Desde la secundaria participé en concursos de oratoria y tuve la fortuna de obtener varios primeros lugares (a tiempo me aparté de dichos concursos). Conocía las partes del contenido del discurso y la actitud que debe tener el orador ante el público, sin olvidar la regla de oro: los discursos improvisados son los que más se preparan. Me tocaba hablar en comidas y reuniones, exhortando a apoyar a Gatica Aponte para que fuera el próximo gobernador.
La oratoria de entonces estaba cargada de citas y metáforas, caracterizada más por la forma que por el fondo. Tenía mi mapa mental: los aportes de Guerrero a las causas de la libertad; la deuda de la Revolución con el estado; mencionar a los prohombres del lugar y a los líderes locales; un par de citas con la infaltable referencia a nuestro orgullo: “somos del Sur, en donde el más cobarde es Vicente Guerrero y el más ignorante Ignacio Manuel Altamirano”. Para concluir que nuestro candidato era el convocado por la historia y por su pueblo para dirigir los destinos del estado ¡Qué cosa!
Al momento de intervenir, Gatica Aponte lo hacía con claridad y tono de profesor. Conocía los problemas de Guerrero, abordaba temas del desarrollo, de proyectos para regiones y municipios. A las infaltables peticiones respondía afirmativo: donó aulas, cantidades de máquinas Singer y de escribir, clausuras escolares rumbosas. Fue generoso con quienes pedían para la causa, aunque nunca faltaron los abusivos que usaban los recursos para su causa; eso sí, le “informaban” de imaginarias multitudes a su favor en estos y aquellos lugares…
En los años 60 varios periódicos generaban opinión pública, como La Verdad de Guerrero, Trópico de Acapulco y Revolución. Un semanario punzante, Verdades, dirigido por el calentano Artemio Rabadán, en vísperas de la sucesión de Abarca Alarcón decía en alguna de sus portadas: “6 Gallos para Guerrero”, con fotografías de Caritino Maldonado Pérez, Carlos Román Celis, Moisés Ochoa Campos, Plácido García Reynoso, Roberto Gatica Aponte y Píndaro Urióstegui Miranda.
Ganó el Jefe Cari, originario de Tlalixtaquilla, de amplia carrera política: diputado local y federal, dirigente nacional de la CNOP, delegado del PRI en varios entidades federativas y senador de la República, que apoyaba a Gustavo Díaz Ordaz, cuando éste competía contra Donato Miranda Fonseca por la Presidencia. Gatica Aponte pasó por alto la lectura del “cálculo de los méritos y riesgos de cada decisión, en vista del conjunto de las circunstancias” (Fernando Escalante Gonzalbo, El Principito o Al político del porvenir, Cal y Arena, 1995).
Con la serenidad que da el tiempo, he podido apreciar que Roberto Gatica Aponte hubiera sido un gobernador eficaz, sin ignorar la reflexión de Reyes Heroles: “al político se le conoce verdaderamente en el poder”. Gastó su atención y buena parte de su patrimonio, buscando el apoyo de quienes entonces no decidían, como tampoco decidía el gobernador Raymundo Abarca, su principal y discreto impulsor. La última palabra correspondía al presidente de la República, la instrumentaba el secretario de Gobernación y la concretaba el PRI, que en actos de masas ungía al abanderado de la Revolución, tal y como ocurrió.
Las reglas son otras, ahora lo local es definitorio. Pero lo que no debe cambiar es la calidad del político con la inherente vocación de servicio. Ejercer el poder exige autoridad y ésta no viene con el cargo, es consecuencia de la conducta ética. Los tiempos serán cada vez más complejos y por ello, especialmente en política, la aventura no se debe confundir con la certidumbre de la aventura.
Es temprano para la sucesión gubernamental, pero ya hay mojados en la madrugada.