Gaspard Estrada
Abril 27, 2022
El pasado domingo los franceses fueron a las urnas para elegir a su próximo presidente de la República. Y conforme a las encuestas de opinión publicadas la víspera de la elección, el presidente saliente, Emmanuel Macron, fue electo con el 58.2 por ciento de los votos, frente a su contrincante de extrema derecha, Marine Le Pen, que obtuvo 41.8 por ciento. Se trata de un resultado inédito: desde la reforma constitucional que modificó la duración del periodo de gobierno, en 2001, pasando de siete a cinco años de ejercicio por periodo, nunca un presidente de la República había conseguido ser reelegido. De esta manera, después de haber logrado ser electo presidente de Francia sin antes nunca haber tenido algún cargo de elección, Emmanuel Macron vuelve a hacer historia.
Para buena parte de la sociedad francesa y europea, este resultado es un alivio. La perspectiva de ver llegar al poder a la hija del fundador del partido Frente Nacional, cuyas ideas racistas, xenófobas y abiertamente antidemocráticas son un peligro para el futuro de Francia, de Europa y del mundo, provocó el nerviosismo de los mercados financieros, y más generalmente, de buena parte de la sociedad francesa, europea e internacional. En América Latina, la perspectiva de ver llegar a la extrema derecha al poder en Francia provocó una serie de iniciativas inéditas: el ex presidente de Brasil, Luis Inácio Lula da Silva, publicó una serie de tweets, en portugués y en francés, para llamar a los electores de ese país a votar a favor de Emmanuel Macron y en contra de la extrema derecha. En poco más de veinticuatro horas, más de 116 mil tweets fueron publicados en esa red social en Francia. Por otro lado, el presidente de Argentina, Alberto Fernández, también respaldó al líder francés, enfocando su mensaje en la defensa del multilateralismo, y llamando a reforzar la unidad entre Europa y América Latina.
Sin embargo, esta victoria no representa el fin de la incertidumbre política en el país, una de las principales potencias mundiales –miembro permanente del Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas, y poseedor de armas nucleares. En efecto, dentro de poco menos de seis semanas se llevarán a cabo elecciones legislativas, en las cuales se renovarán 577 puestos de la Cámara de Diputados. Y contrariamente a lo sucedido hace cinco años, cuando el partido de Emmanuel Macron, La République en Marche (LREM), había arrasado, con más de 340 curules, ahora las perspectivas son mucho más complejas. Desde su derrota en primera vuelta, Jean-Luc Mélenchon, el líder del partido Francia Insumisa (izquierda radical), ha llamado a sus electores a elegirlo como futuro primer ministro de Francia, ya sea de Emmanuel Macron o de Marine Le Pen. Esta declaración se enmarca en un contexto en el cual buena parte de los electores de Mélenchon, poco más de un tercio, decidieron abstenerse o votaron en blanco durante la segunda vuelta, en lugar de votar en contra de la extrema derecha.
A pesar de ello, los primeros sondeos de opinión publicados después de la segunda vuelta dan cuenta de una posible victoria holgada del presidente Emmanuel Macron, con más de 300 diputados electos, frente a dos bloques: uno de izquierda, dividido a partes iguales entre el Partido Socialista y el partido Francia Insumisa de Jean-Luc Mélenchon, y el otro de derecha-extrema derecha, donde se encontrarían los diputados del partido Los Republicanos, del Encuentro Nacional de Marine Le Pen, así como el partido Reconquista! del polemista de extrema derecha Eric Zemmour.
Como faltan todavía seis semanas para la primera vuelta de las elecciones legislativas, es difícil todavía tener certeza sobre lo que pasará. Lo que sí está claro es que Macron tendrá que entregar resultados rápidamente, en el frente económico y social, si quiere lograr que los electores de Marine Le Pen no vuelvan a votar por ella en la próxima elección presidencial, en 2027. Porque en ese momento Macron no podrá ser candidato nuevamente. Y ahi sí, la extrema derecha podría llegar al poder.
* Director Ejecutivo del Obser-vatorio Político de América Latina y el Caribe (OPALC), con sede en París.
Twitter: @Gaspard_Estrada