EL-SUR

Jueves 25 de Abril de 2024

Guerrero, México

Opinión

Los desafíos de la oposición en Colombia

Gaspard Estrada

Julio 28, 2021

El próximo mayo de 2022 los colombianos irán a las urnas para elegir a su próximo presidente de la República. Y en este caso se tratará de una elección histórica, por más de un motivo.
En efecto, por primera vez en más de dos décadas, es posible que la sombra del ex presidente Álvaro Uribe no gire en torno al próximo jefe de Estado de ese país. Tanto Juan Manuel Santos como Iván Duque, que han gobernado Colombia desde la salida de Uribe del Palacio de Nariño (sede del Ejecutivo) en 2010, dependieron del apoyo (a veces incómodo) del llamado “uribismo” para imponerse en las urnas.
Si bien Juan Manuel Santos viene de una familia colombiana de abolengo, lo que le permitía disponer de un capital político propio antes de ser lanzado por el Partido de la “U” (en una referencia implícita al expresidente Uribe), la candidatura de Iván Duque fue pensada desde un inicio por un grupo compacto de operadores políticos de Álvaro Uribe.
Por ende, cuando este último llegó al poder, la ascendencia del expresidente fue tal que de cierta manera, su presencia opacó la del actual mandatario de Colombia, durante la primera parte de su gobierno. Sin embargo, conforme fue pasando el tiempo, y las presiones del entorno de Álvaro Uribe se fueron haciendo cada vez más fuertes sobre Iván Duque y su gobierno, la coalición política conservadora que le ha dado sustento al gobierno de Duque comenzó a fisurarse.
Por un lado, los líderes más cercanos a Duque estimaban que Uribe los dejaba sin espacio político. Por el otro, las acciones emprendidas por la justicia colombiana (en particular, la Suprema Corte de Justicia) en contra del expresidente Uribe, por su participación en supuestos actos delictivos durante su gobierno, lo fragilizaron, y motivaron un alejamiento progresivo de Duque con su ex mentor.
La llegada de la pandemia –y, junto con ella, de las crisis sanitaria, económica y social–, ahondó aún más los problemas de gobernabilidad de un gobierno sin rumbo ni propuesta. La pérdida del grado de inversión de Colombia en los mercados internacionales terminó de fragilizar el discurso del presidente Iván Duque frente a la sociedad y los mercados internacionales.
Es en este escenario, inédito, que Colombia va a arrancar su próxima campaña presidencial. Y por primera vez, la oposición de izquierda se encuentra en situación de ganar la elección presidencial y ejercer el poder en uno de los países más importantes de América del Sur.
Durante el ciclo electoral anterior, en 2018, el ex alcalde de Bogotá, Gustavo Petro, logró pasar a la segunda vuelta, y obtener más del 40 por ciento de los votos, una cifra histórica. Sin embargo, a pesar de estos buenos resultados electorales, su figura no ha logrado unanimidad dentro de las fuerzas progresistas colombianas. Por lo contrario. Un sector importante del centro izquierda colombiano, impulsado por el ex alcalde centrista de Medellín, Sergio Fajardo, junto con la actual alcaldesa de Bogotá, Claudia López (del partido Alianza Verde), que incluye también al senador Jorge Enrique Robledo, influyente en el sector magisterial bogotano de izquierda y un sector del partido liberal, encabezado por el ex comisionado para la paz con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), Humberto de la Calle así como al ex congresista Juan Manuel Galán, decidieron crear una estructura política común para la próxima elección, la Coalición de la Esperanza.
Frente a ella, Gustavo Petro, su partido Humanista, y sus aliados del Polo Democrático Alternativo, los Comunes, y la Lista de la Decencia (en la que están partidos más a la izquierda, como la Unión Patriótica), crearon otro polo político, el Pacto Histórico, para apuntalar las aspiraciones presidenciales del ex alcalde de Bogotá.
Según las encuestas de opinión, si las elecciones presidenciales se llevaran a cabo el día de hoy, Gustavo Petro sería el próximo presidente de Colombia. Sin embargo, todavía falta mucho antes del día de la elección, y como lo vimos en Perú o en Ecuador, los candidatos conservadores harán todo lo posible para desacreditar a los candidatos progresistas con opciones de victoria. De allí la importancia de que el centro izquierda supere sus divisiones, si quiere aspirar a gobernar Colombia a partir del próximo año.

* Director Ejecutivo del Observatorio Político de América Latina y el Caribe (OPALC), con sede en París.

Twitter: @Gaspard_Estrada