EL-SUR

Viernes 19 de Abril de 2024

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Opinión

Los desafíos del presidente Macron

Gaspard Estrada

Mayo 10, 2017

Con 66.1 por ciento de los votos, Emmanuel Macron fue electo presidente de Francia el pasado domingo, frente a Marine Le Pen, la candidata del partido de extrema derecha Frente Nacional, que obtuvo 33.9 por ciento de los votos. Este resultado fue la culminación de una exitosa estrategia de campaña y de una voluntad política a toda prueba por parte del candidato, que se originó a mediados de 2015. En ese momento, el entonces ministro de Economía del gobierno de François Hollande quería mandar al Congreso un proyecto de ley de liberalización de la economía, que no pudo ser votada por la negativa del primer ministro Manuel Valls de darle una victoria política al joven ministro. Desde entonces, Emmanuel Macron decidió que usaría su cargo ministerial para construir su candidatura presidencial. Nadie en el gobierno (incluyendo al presidente François Hollande) como en la oposición y en los medios de comunicación se imaginaba lo que Emmanuel Macron tenía en mente. Pocos meses después, en abril de 2016, en su ciudad natal, Amiens, este último lanzó un movimiento, llamado “En Marche!” (¡En marcha!), y empezó una serie de encuentros con los franceses. Estos encuentros le permitieron crear una gigantesca base de datos sobre las preocupaciones de los franceses, usando para ello una serie de programas informáticos empleados durante la campaña de Barack Obama. Gracias a estos datos, Emmanuel Macron empezó una precampaña presidencial aún siendo ministro de Economía, antes de renunciar a su cargo el 30 de agosto del año pasado.
A partir de ese momento arrancó una intensa campaña electoral que se vio marcada por su carácter inédito. En poco menos de nueve meses, una generación completa de políticos franceses tuvo que abandonar la política, después de haber sido derrotados en las urnas: el presidente François Hollande (que no fue candidato a la reelección), el ex presidente Nicolás Sarkozy, los ex primeros ministros François Fillon, Alain Juppé y Manuel Valls. Por otro lado, por primera vez en la historia de la Quinta República, ninguno de los dos principales partidos políticos de Francia, el Partido Socialista y el partido Los Republicanos, llegaron a la segunda vuelta. Es más, la suma de los votos de estos dos partidos no llegó al 30 por ciento, cuando los votos obtenidos por los candidatos de la izquierda radical, Jean-Luc Mélenchon, y de la extrema derecha, Marine Le Pen, sobrepasaron el 40 por ciento. Pero sin duda, lo más impresionante de esta elección fue el ascenso progresivo de Emmanuel Macron durante la campaña, que hace apenas tres años era un desconocido en la opinión pública francesa, hasta llegar en primer lugar la noche de la primera vuelta. Durante los últimos dos años, todas las encuestas de opinión vaticinaban la victoria de Marine Le Pen en la primera vuelta, con un promedio de 30 por ciento de los votos. El domingo 23 de abril, obtuvo el 21 por ciento de los votos.
Sin embargo, a pesar de esta sucesión de hechos históricos, todavía falta mucho para que el nuevo presidente de Francia, Emmanuel Macron, tenga la capacidad de construir una mayoría política que le permita aprobar sus proyectos de reforma en el Congreso. Desde 2001, cuando el ex primer ministro Lionel Jospin invirtió el calendario electoral, las elecciones legislativas suelen confirmar la tendencia de las elecciones presidenciales, que se llevan a cabo un mes antes. Fue lo que pasó en 2002, en 2007, y en 2012. Sin embargo, todo indica que en este caso, esta elección también será marcada por su carácter inédito. La mayoría de las encuestas de opinión desde el pasado domingo indican que el partido de Emmanuel Macron, La República en Marcha, puede obtener la primera minoría en la Cámara de Diputados. Es decir, para construir una mayoría, el nuevo presidente de Francia tendría que armar una coalición de gobierno con otros partidos, ya sea de izquierda (el Partido Socialista), o de derecha (Los Republicanos), o con miembros de estos partidos. De ahí que las próximas semanas serán decisivas para el futuro político de Emmanuel Macron. Si este último no consigue ganar las elecciones legislativas, su promesa de renovación de Francia quedará en el tintero.

* Director Ejecutivo del Observatorio Político de América Latina y el Caribe (OPALC), con sede en París.

Twitter: @Gaspard_Estrada