EL-SUR

Viernes 19 de Abril de 2024

Guerrero, México

Opinión

Los impactos políticos del coronavirus en Europa

Gaspard Estrada

Abril 01, 2020

 

La pandemia del coronavirus tiene impactos geopolíticos fundamentales a nivel internacional. En poco más de tres semanas, más de una tercera parte de la población mundial se encuentra ya confinada o en vías de serlo.
La economía mundial, por su lado, se encuentra paralizada como tal vez nunca en la historia. Y por primera vez desde el fin de la segunda guerra mundial, Estados Unidos no está liderando la respuesta a esta crisis internacional que no tiene precedentes. El gobierno del presidente Donald Trump, por el contrario, perdió tiempo minimizando y relativizando la crisis sanitaria que se avecinaba: el resultado es que hoy en día, el sistema de salud de numerosos estados, como los de Nueva York y California, están a punto de entrar en un punto de saturación.
China, por su lado, también fue desbordada en un primer momento. Sin embargo, al tratarse de un régimen autoritario, pudo emprender un confinamiento estricto no solo de la ciudad de Wuhan, sino de toda la provincia de Huabei y de esta manera, contener la expansión del coronavirus. Ahora que esta etapa ya ha sido superada, según los medios oficiales chinos, Pekín ha pasado a utilizar esta crisis como un instrumento a favor de sus objetivos de política exterior. De tal manera que ese país comenzó a vender numerosas cantidades de productos sanitarios a otros países, al tiempo que aceleró un proceso de mediatización de los donativos del imperio del medio a varios países europeos, como Italia y España. Por su lado, Estados Unidos ha brillado por su ausencia, hasta el día de ayer, cuando el presidente Donald Trump hizo el anuncio del envío de material médico valuado en cien millones de dólares a Italia, a título de ayuda humanitaria.
En esta batalla geopolítica entre China y Estados Unidos, el futuro de la Unión Europea desempeña un rol fundamental. En efecto, después de la segunda guerra mundial, este continente fue el escenario de una de las batallas más decisivas de la guerra fría, en la cual Estados Unidos y la Unión Soviética se disputaron la preeminencia política en la región. Para evitar que la URSS obtuviera el control de Europa, Estados Unidos puso en marcha el “Plan Marshall”, que consistía en un masivo apoyo económico distribuido por un organismo internacional, la Organización Europea de Cooperación Económica (OECE), que se transformaría más adelante en la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), paralelamente a la construcción de un aparato militar de protección contra la URSS, a través de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN). Pero la institución que le dio mayor estabilidad al continente durante todo este tiempo, y que permitió la reconciliación franco-alemana, cuyas disputas fueron el motor de los conflictos del siglo XIX de y las dos guerras mundiales del XX, fue la construcción de la Unión Europea. Y con la crisis del coronavirus, este proyecto político único está en peligro.
En efecto, la pandemia tendrá consecuencias económicas devastadoras para los países europeos. Las medidas de confinamiento se están traduciendo en una caída sin precedentes de la actividad económica en la UE. Para evitar que estos índices se transformen en una explosión social y relanzar la máquina, es indispensable contar con recursos. Sin embargo, en vez de jugar de manera colectiva y decidir emitir bonos europeos en los mercados financieros internacionales, los líderes de algunos países, como Alemania, Países Bajos y Austria, han intentado desechar esta hipótesis, generando una severa crisis dentro de la UE. Según ellos, sus países no deberían pagar por la incapacidad de los países más pobres de la UE –en particular España e Italia– de financiarse en los mercados. Pero el problema es que esta pandemia no surgió a raíz de una mala gestión de estos países, sino que se trata de un problema global que tiene que ser enfrentado colectivamente: por ende, si la UE no asume una responsabilidad colectiva en esta crisis, ¿cuándo lo hará?
De manera que existe en el seno de los líderes de la UE una percepción cada vez más instalada de que, sin un acuerdo de fondo, la UE puede dirigirse hacia una crisis política cuyas consecuencias todavía no pueden medirse. Esperemos que no suceda.

Fe de erratas: contrariamente a lo indicado en mi columna de la semana pasada, el autor del concepto “fin de la historia” es el académico Francis Fukuyama.

* Director Ejecutivo del Observatorio Político de América Latina y el Caribe (OPALC), con sede en París

Twitter: @Gaspard_Estrada