Octavio Klimek Alcaraz
Junio 08, 2024
Aunque ya se realizó la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP28) a fines del año 2023 en Emiratos Árabes Unidos, algunos informes anteriores de la COP27, que tuvo lugar en noviembre de 2022 en Sharm el-Sheikh (Egipto), siguen siendo de gran vigencia. En la COP27, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) organizó y participó en un conjunto de eventos sobre educación relativa al cambio climático.
En la COP27, la Unesco recalcó el papel clave que desempeña la educación para hacer frente al cambio climático, y en particular cuando la Unesco presentó su informe de encuesta mundial, Youth demands for quality climate change education (Los jóvenes exigen una educación de calidad sobre el cambio climático). La Unesco organizó la encuesta y un conjunto de consultas con más de 17 mil jóvenes de 166 países que sirvió de base a este informe. Posteriormente en 2023, la Unesco presentó su traducción al español dicha encuesta. Considero pertinente, presentar sus principales resultados (https://unesdoc.unesco.org/ark:/48223/pf0000383615_spa)
De acuerdo con los resultados de la encuesta:
“La calidad de la educación actual sobre el cambio climático está en entredicho. El 70 por ciento de los jóvenes encuestados afirma que no puede explicar el cambio climático, o sólo puede explicar los principios generales, o no sabe nada al respecto, lo que pone en tela de juicio la calidad de la educación sobre el cambio climático en nuestras escuelas hoy en día”.
“Cuanto más jóvenes son los encuestados, mayor es el nivel de satisfacción de sus experiencias de aprendizaje en materia de educación sobre el cambio climático”.
“Las chicas tienen menos confianza que los chicos a la hora de abordar el cambio climático en función de lo que aprendieron en la escuela”.
“Respecto al primer hallazgo encontrado, al desglosarse, la encuesta reveló que el 27 por ciento de los participantes no puede explicar qué es el cambio climático, el 41 por ciento sólo puede explicar los principios generales, el 2 por ciento no sabe nada al respecto, y sólo un 30 por ciento dice que sabe mucho sobre el cambio climático y puede explicarlo bien. Uno de cada cinco encuestados afirma que no se siente preparado para el cambio climático en función de lo que ha aprendido en la escuela”.
Los jóvenes también se aburren con el aprendizaje pasivo y la “creación de afiches sobre el cambio climático”. El 60 por ciento de los jóvenes encuestados indicaron que aprenden sobre el cambio climático en gran medida en las aulas. Muchos quieren ir más allá del recinto escolar para aprender mediante actividades experienciales y basadas en proyectos, fundamentalmente por medio del trabajo con organizaciones y especialistas locales, y menos mediante la “creación de afiches y pinturas sobre el cambio climático”. El 77 por ciento está completamente de acuerdo en que el cambio climático debe ser enseñado por personas de diversos orígenes, para poder abordar la complejidad de este tema.
Los jóvenes también expresaron su deseo de aprender sobre quién tiene la responsabilidad histórica del cambio climático. Asimismo, están interesados en conocer los últimos debates llevados a cabo sobre las soluciones climáticas, que van desde cómo responder a los desastres y ayudar a restaurar la naturaleza, hasta el aprendizaje sobre los sistemas económicos alternativos, como la economía circular, que podrían ayudarles a hacer frente a la crisis climática. Para luchar contra la ansiedad ecológica generalizada, los jóvenes sugieren que las escuelas incorporen una pedagogía más diversa, el arte, la música, las representaciones culturales locales y los relatos en los planes de estudio.
De manera textual del informe se presentan las exigencias de los jóvenes:
“Una educación sobre el cambio climático que los ayude a comprender, a actuar mejor en relación con el cambio climático y a reconocer el lugar del ser humano en la naturaleza”.
“Enseñanza sobre los diversos aspectos del cambio climático en todas las asignaturas de manera interdisciplinaria para abordar la complejidad y las interrelaciones”.
“Formas de aprendizaje centradas en el estudiante, basadas en la experiencia y reflexivas para que la educación sobre el cambio climático sea más amena, basada en soluciones y orientada a la acción”.
“Que sus docentes reciban un buen apoyo que los prepare para enseñar sobre el cambio climático”.
“A los jóvenes les preocupa que los docentes no tengan la suficiente confianza y dispongan de recursos limitados para enseñar sobre el cambio climático”.
“Que las escuelas sean espacios de aprendizaje importantes en relación con el cambio climático”.
“Mayor participación en la adopción de decisiones relativas a la acción relacionada con el cambio climático en la escuela.
Una educación sobre el cambio climático contextualizada mediante la interacción con la comunidad local”.
“Deben tenerse en cuenta las especificidades de sus contextos geográficos y demográficos. Los jóvenes procedentes, en particular, de pequeños estados insulares en desarrollo (PEID) y de países menos adelantados (PMA), exigen más educación sobre el cambio climático de la que se ofrece actualmente”.
Seguramente este tipo de encuestas conectan a los jóvenes con los formuladores de políticas y brindarles a estos últimos información confiable sobre si los jóvenes consideran el cambio climático una emergencia y cómo les gustaría que sus países respondieran. Así, se tiene acceso a información recopilada y analizada sistemáticamente sobre la opinión de los jóvenes sobre el cambio climático y las posibles soluciones políticas.
Con lo anterior se indica en el informe, que “la Unesco se propone conseguir que todos los alumnos estén preparados para el cambio climático apoyando los esfuerzos de los estados miembros por incorporar la educación sobre el cambio climático de forma integral a la política y la práctica educativas. Basándose en las exigencias de las jóvenes presentadas en este documento, la Unesco y sus asociados trabajarán para plasmar las exigencias de los jóvenes en una guía curricular destinada a los responsables de formular políticas y a los educadores”.
Sólo para concluir, anteriormente en 2021, se presentó propiciada por la Unesco la Declaración de Berlín sobre la Educación para el Desarrollo Sostenible (EDS), en la que se hacía un llamamiento para que “la acción climática fuera un componente básico de los planes de estudio”. (https://www3.ugto.mx/ugsustentable/images/declaracion-de-Berlin-UNESCO.pdf). Así, que hay que trabajar muy fuerte y orientados a que estos mandatos globales sobre la educación y cambio climático se hagan realidad desde la educación básica hasta la profesional y de posgrado.