Muy buena noticia ha sido el anuncio de la gobernadora que, de manera personal, colaborará en la búsqueda de Yoseline, la jovencita desaparecida en la periferia de Acapulco. Afortunadamente, el entorno familiar, escolar y comunitario de Yoseline dio la capacidad de movilización para exigir a las autoridades su búsqueda eficaz. Los bloqueos de calles y avenidas, aunque inconvenientes, han sido eficaces para llamar la atención de las autoridades. En este sentido, la gobernadora está mostrando sensibilidad humana y social ante el sufrimiento de la familia de Yoseline y es necesario hacer un reconocimiento de esa capacidad, que muchos políticos han perdido.
Aprovechando esta sensibilidad de la gobernadora, convendría que la canalizara hacia todos los desaparecidos que hay en Guerrero. De los cien mil desaparecidos que la Comisión Nacional de Búsqueda ha reportado últimamente, a Guerrero le corresponden 3 mil 795, cantidad que es muy conservadora y se mueve a diario. En el país hay un rezago monumental en la búsqueda de desaparecidos, debido a las deficiencias de las instituciones oficiales que tienen que responder a los casos de desaparición forzada. Fiscalías, comisiones de búsqueda, Semefos y demás instituciones tienen deficiencias en sus capacidades institucionales, tales como insuficiencia de personal capacitado y de presupuesto.
El interés de los gobiernos se ha reflejado en las deficiencias institucionales de quienes tienen a su cargo tareas específicas relacionadas con los desaparecidos y sus familias. Dichas instituciones debieran fortalecerse de manera que sean competentes para la principal demanda de las familias, que es encontrarlos. El interés que la gobernadora puso en el caso de Yoseline tendría que ponerse en la búsqueda de todos los casos pendientes desde hace años.
De esta manera se evitarían tantas tragedias y las familias de los desaparecidos no tendrían que recurrir a los bloqueos de las avenidas para presionar a los gobiernos para que cumplan sus responsabilidades. Esto vale para Guerrero y para todo el país. Son más de cien mil los que necesitan ser buscados y encontrados y no sólo los casos de desaparecidos cuyos entornos familiares o comunitarios tienen capacidad de movilización.
En otras ocasiones he dicho que, si los gobiernos tienen voluntad política para resolver esta herida nacional de las víctimas de las violencias y de todas sus secuelas en las familias y en las comunidades, tendría que atenderse montando institucionalmente un organismo o coordinación de organismos del nivel de una Secretaría de Estado. Esta herida nacional requiere de muchos recursos, de muchas capacidades y de mucho empeño político y social. Lo que se está haciendo es totalmente insuficiente para atender los miles de casos de desaparecidos, asesinados, desplazados y feminicidios.
Sería muy oportuno que la gobernadora Evelyn Salgado pusiera sus manos, de manera muy personal, en este asunto, dando prioridad a los colectivos de familias de desaparecidos y de feminicidios, al acompañamiento a víctimas de las violencias, atendiendo a todas sus necesidades. Y, por otra parte, es necesario alinear todas las instituciones gubernamentales en una perspectiva de construcción de paz, capaz de prevenir las violencias, todas las violencias para reducir los daños que, desde hace muchos años están desarrollándose en el estado de Guerrero.
PD. Me he enterado que Yoseline fue localizada. Esto sucede cuando las autoridades se enfocan en cuerpo y alma. Nos siguen faltando los cien mil.