EL-SUR

Jueves 18 de Abril de 2024

Guerrero, México

Opinión

Los plutócratas

Silvestre Pacheco León

Noviembre 11, 2019

La teoría marxista desde el siglo XIX descubrió que el sistema capitalista engendra en su seno su propia contradicción al generar tanta pobreza como la riqueza que produce, pues en la medida en que se requiere mayor cooperación para la producción, la apropiación privada crece.
Esa ha sido la historia de la humanidad que se desenvuelve con las crisis que solemos llamar revoluciones, las cuales nunca han sido suficientes para terminar con la desigualdad, pero pueden atenuarla, aunque las mismas al final declaran como beneficiarios a los plutócratas, como se llama al gobierno de los ricos, quienes siempre se las ingenian para controlar y poner a su servicio a los Estados nacionales.
El modelo capitalista bajo el régimen democrático solamente en pocos países ha podido moderar la opulencia, de tal manera que la desigualdad en el resto del mundo ha crecido con tanta ostentación que, de acuerdo con los datos de Nick Hanauer, uno de los hombres más ricos de Estados Unidos que se ha puesto de moda en las redes sociales por su llamado de advertencia a los plutócratas, el uno por ciento de los multimillonarios concentra el 50 por ciento de la riqueza mundial, los cuales en vez de hacer algo para devolverle la salud al planeta haciéndolo más habitable, gastan sus fortunas financiando viajes espaciales pensando en conquistar oros planetas que los pongan a salvo de los terrícolas enardecidos al descubrir que son ellos los culpables de la pobreza y desigualdad en la tierra.
La desigualad es la madre de las crisis económicas que suelen ser más frecuentes y derivar en violencia cuando los gobiernos dejan de ocuparse en medidas políticas para la redistribución del ingreso, acudiendo a la fuerza del Estado para acallar las protestas y el enojo acumulado de la sociedad.
Esa situación es la que se está viviendo hoy en Chile donde el supuesto crecimiento sostenido de la economía daba fama a su gobierno, mientras la pobreza de los trabajadores iba en aumento.
Aquel país andino del cobre y el cóndor, del poema y el canto, de Neruda y Gabriela Mistral, de Violeta Parra y Víctor Jara, ha sido con Uruguay el de mayor crecimiento sostenido, pero también el de la más grande desigualdad y pobreza, solamente equiparable con México y con Turquía, para hablar nada más de los países de la OCDE.
En Chile el multimillonario Piñera en lugar de premiar a sus electores que lo llevaron al poder creyendo en su compromiso de que gobernaría para todos, decidió buscar en el aumento al precio del transporte del metro el mecanismo para obtener mayores ingresos, que es como pedirle a sus pobres gobernados apretarse más el cinturón para que él viva con holgura, con lo cual provocó el más grande descontento que aún lo tiene desconcertado, al grado de que su mujer se atrevió a decir que los movilizados son como alienígenas invadiendo el país.
Ante esa realidad que provoca la desigualdad y que el gobierno se niega a ver, buscando en un lugar diferente el origen del descontento de su pueblo, su mentalidad autoritaria y retrógrada lo llevó a tomar medidas represivas que han cobrado vidas y sufrimiento para los miles de chilenos que han vuelto a tomar la histórica plaza de Santiago, donde la voz del sacrificado presidente de la Unidad Popular, Salvador Allende no ha dejado de extinguirse, escuchándose con mayor nitidez su discurso desde el Palacio de la Moneda asegurando que más temprano que tarde las alamedas se abrirán para ver pasear al hombre libre.
Esos miles de chilenos movilizados, retando a los represores con el ejercicio de su sagrado derecho a la libre manifestación de las ideas, parecen estar reivindicando a los militantes de la Unidad Popular que en la década de los 1970 conquistaron el voto de la mayoría de los electores para organizar entre todos una sociedad sin explotadores ni explotados, que la reacción acalló.
Como sabemos, aquella aspiración del pueblo chileno fue ahogada en sangre con la represión del militar fascista Augusto Pinochet quien en septiembre de 1973, hace 46 años, con la ayuda de Estados Unidos, encabezó el golpe de Estado perpetrando miles de asesinatos, de torturados y de exiliados, suponiendo que la fuerza podría erradicar las ideas y los sueños de quienes luchan por la igualdad.

La nueva consigna

Las movilizaciones, la violencia y la represión que ahora se viven en aquel país constituyen un buen ejemplo de lo que nos ahorramos los mexicanos en nuestra propia lucha contra la desigualdad votando por el candidato correcto cuyo liderazgo se está convirtiendo en ejemplo para el resto del continente que debe aprender la importancia de poner en los gobiernos a quienes sean capaces de levantar la consigna de que “por el bien de todos, primero los pobres”, pues frente a los chilenos que se movilizan día con día, los mexicanos tenemos la ventaja de estar viviendo las transformaciones sociales par atenuar la desigualdad en democracia y paz social.
Quienes vivimos los días aciagos del brutal golpe militar que derrocó al gobierno de la Unidad Popular de Salvador Allende, sabemos el enorme sufrimiento y la alta cuota de sangre que pagaron los miles de activistas que siguieron la suerte de su presidente.
En México, la lucha contra la desigualdad apenas se ha iniciado, y los avances de la 4T han sido vertiginosos pero rápidamente nos estamos acostumbrando a ellos porque entre todos los llevamos a cabo. Por eso nos resulta risible que la clase gobernante chilena haga chistes contra quienes demandan en su país que la educación universitaria sea gratuita como en México, porque ese derecho que nosotros tenemos conquistado ellos con su ideología conservadora lo ven como un imposible.
Por eso frente a tanta desigualdad en el mundo generando desestabilización en la sociedad, a los que se han enriquecido con el hambre y la pobreza del pueblo, más allá de nuestra imaginación, les conviene conocer el video de la advertencia de Nick Hanauer, el empresario norteamericano que vendió a Microsoft una empresa con valor de 6 mil 500 millones de dólares y ahora pide a sus compañeros plutócratas y multimillonarios que despierten y se hagan cargo de la enorme desigualdad que han provocado en el mundo “porque si no hacemos algo para corregir las desigualdades económicas evidentes en nuestra sociedad, las horcas vendrán hacia nosotros”.